La Empatía de Correa con un Dictador

Por: Roger Noriega 

Fuente: Inter American Security Watch

La semana pasada el presidente del Ecuador, Rafael Correa, hizo un comentario soberbio anunciando que boicotearía la próxima Cumbre de las Américas en protesta por la continua exclusión de la dictadura cubana. Esto, entre otras cosas, revela su vana esperanza de heredar el trono del movimiento bolivariano cuando Hugo Chávez muera.

Desde que asumió el cargo en 2007, Correa ha seguido al pie de la letra el manual de jugadas de Chávez y que fue creado por el tirano Fidel Castro. 

El ex periodista del Washington Post Douglas Farah, ha documentado las raíces corruptas de Correa, incluyendo los hechos de que su campaña utilizó fondos de las narcoguerrillas colombianas y que sus más cercanos asesores y jueces han alentado el tráfico de drogas. Esta narco-corrupción es una táctica arriesgada pero lucrativa para recaudar cientos de millones de dólares en efectivo que también requiere un ataque sistemático contra el Estado de Derecho.

En Ecuador Correa es la ley. Gradualmente ha sofocado los poderes del Estado y ha concentrado el poder en sus manos. Críticos sostienen que se ha recurrido al soborno descarado para mantener el control del Congreso. Y una nueva Corte Suprema de Justicia ha sido formada con jueces que son leales a él y listos para hacer su voluntad.

Al igual que Chávez, Correa afirma que la mayoría de los votantes ecuatorianos han ratificado su agenda política – que incluye una serie de profundas reformas constitucionales. En mayo, dos medidas que conceden al presidente poderes extraordinarios para regular los medios de comunicación y para nombrar a jueces fue aprobada por las autoridades electorales de Correa en circunstancias muy sospechosas.

Lamentablemente, gran parte de esta corrupción y abuso de poder ha sido enmascarada por la riqueza petrolera de Ecuador, donde la gente de bajos recursos se siente satisfecha en una nación donde las condiciones económicas han sido temporalmente disimuladas por los altos precios internacionales del petróleo. De hecho, los excesos de Correa habían sido desatendidos por la comunidad internacional hasta que le declaró la guerra a los medios de comunicación independientes. Y, por supuesto, su ataque a la prensa ha demostrado ser mucho más interesante para la prensa internacional que su asalto sistemático contra el pueblo de Ecuador, el estado de derecho y la separación de poderes.

Un ejemplo claro de los abusos de Correa fue su demanda contra el diario El Universo por publicar una columna de opinión en la que Emilio Palacio se refiere a Correa como un “dictador”, y donde lo acusa de poner vidas inocentes en riesgo en la represión de una rebelión de la policía en septiembre de 2010. Uno de los jueces que esta bajo las ordenes de Correa sorpresivamente pudo estudiar un expediente de más de 5,000 páginas teniendo tan sólo dos días para hacer un dictamen de 60 páginas que le otorgó a Correa $40 millones en daños y perjuicios contra Palacio y los directores del periódico y una condena para cada uno a tres años en prisión. Como era de esperarse, la condena fue confirmada en febrero por la propia Corte Nacional de Justicia después de que Palacio y uno de los directores del periódico solicitaron asilo político fuera de su país.

Después de semanas de críticas, Correa indultó a los cuatro hombres. No obstante, y antes de que los defensores de la libertad de prensa se congratulen por este hecho, debemos recordar que el precedente legal y el efecto de estas acciones autoritarias todavía prevalecen. Los editores de El Universo comentaron que van a “seguir luchando por la libertad de expresión y el acceso equitativo a la justicia en el Ecuador, apelando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. Por otra parte, Correa continúa el asalto judicial implacable contra la familia Isaías, cuyas tres estaciones de televisión y 200 empresas fueron expropiadas, algunos con uso de la fuerza en 2008.

Algunos han tratado de explicar el ataque de Correa en los medios aludiendo a su resentimiento personal. Sin embargo, como los caudillos en Venezuela, Bolivia y Argentina, los ataques a los medios de comunicación no son provocados por ataques de cólera, sino tácticas bien calculadas. A medida que avanzan para estrangular las instituciones políticas del país, han amordazado a los medios de comunicación independientes. El gobierno de Venezuela ha impuesto multas exorbitantes y canceló licencias de transmisión. El régimen de Bolivia ha comprado los periódicos oficialistas. Parte de la Argentina ha atacado a medios de comunicación y ha tomado el control de varios periódicos.

Se podría argumentar que el chavismo como un movimiento internacional se desvanecerá con Chávez. Correa, quien se jacta de ser un gigante intelectual, parece estar ensayando para ser el nuevo líder de los radicales de la región. Queda por ver si tiene las agallas para jugar ese papel. Por ejemplo, cuando se filtró que Irán estaba buscando minas de uranio en el Ecuador, Correa se mostro pávido, al declarar queque, “Esta es la primera vez en mi vida que yo he oído que el Ecuador tiene uranio”.

Por suerte para Correa, en América Latina hoy en día no hace falta valentía para defender la dictadura de Castro y argumentar que debe ser incluida en la Cumbre regional en Cartagena. Para Correa, no hay nada malo con el régimen de Castro. Eso dice mucho acerca de él y lo que él tiene en mente para el Ecuador y el resto de América Latina.

Roger F. Noriega fue embajador ante la Organización de Estados Americanos de 2001-03 y subsecretario de Estado de 2003-05. Él es un investigador visitante en el American Enterprise Institute y director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a clientes estadounidenses y extranjeros.