México, Venezuela y el flagelo de las drogas
Por: FELIPE TRIGOS
Fuente: InterAmerican Security WatchLa semana pasada, el gobierno del presidente Felipe Calderón demostró una vez más su compromiso de poner fin a la corrupción y la impunidad que ha emanado después de décadas de tráfico de narcóticos a través de México. El general de división retirado y ex subsecretario de la defensa, Tomás Ángeles Dauahare, y el general brigadier Roberto Dawe fueron detenidos por su supuesta complicidad con el cártel de los Beltrán Leyva.
La noticia de la detención sorprendió a los medios de comunicación internacionales, puesto que Dauahare es el general de más alto rango arrestado por el gobierno mexicano. Dos días más tarde, el general de división Ricardo Escorcia Vargas, también fue detenido por su presunta complicidad con la misma organización delictiva. Actualmente se encuentra con los otros generales en una celda de detención que pertenece a la Procuraduría General de la República (PGR).
Aunque no se han presentado acusaciones formales, la PGR afirma que los generales estaban involucrados con Alfredo Beltrán, alias el Mochomo, quien fuera líder del Cártel de los Beltrán Leyva y con Edgar Valdez Villareal, alias la Barbie, un ex teniente de esa organización.
La detención de estos generales demuestra dos cosas: la indudable infiltración de las organizaciones criminales en el gobierno mexicano y la voluntad del presidente Calderón de acabar con estos delincuentes.
México, a pesar de seguir sufriendo la violencia relacionada con el narcotráfico y de contar con una tasa de 15 homicidios por cada 100,000 habitantes, se encuentra en condiciones mucho mejores que las de otros países latinoamericanos que enfrentan circunstancias similares. La administración de Calderón ha sido capaz de decomisar cantidades record de drogas y armas y ha capturado o eliminado a casi 30 líderes de organizaciones criminales.
La Venezuela de Chávez, en contraste, ha tenido un aumento extraordinario de homicidios per cápita y actualmente está clasificada como el cuarto país más violento con casi 70 asesinatos por cada 100,000 habitantes. Cuando Chávez asumió el poder, esta cifra era menos de la mitad de lo que es hoy. Las Naciones Unidas estima que más del 50 por ciento de las drogas que salen de las Américas por vía marítima lo hacen de Venezuela.
El general Henry Rangel Silva, Ministro de Defensa, así como el comandante del Ejército, general Cliver Alcalá y el ex jefe de inteligencia, general Hugo Carvajal, son considerados protectores de la criminalidad en Venezuela y promotores de organizaciones terroristas como las FARC.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos agregó a estas personas a su Lista Kingpin que es manejada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). No obstante, el gobierno de Chávez no ha tomado las medidas necesarias para detener y castigar a los que practican estos actos de corrupción y criminalidad. Chávez, de hecho, no sólo no denunció sino que ascendió al general Rangel Silva a Ministro de Defensa justo después de la notificación de la OFAC: Muestra de ineptitud o de complicidad, siendo la ultima la explicación más probable.
México y Venezuela comparten problemas similares con los que han decidido lidiar de forma diferente.
El presidente Calderón ha probado su voluntad política para erradicar la amenaza criminal en su país. Chávez, por el contrario, se ha aliado con criminales para mantenerse en el poder.
Aunque difícil e incierto, el futuro de México parece estar dirigido hacia la consolidación de sus instituciones democráticas. Venezuela, por desgracia, no ofrece ningún indicio de mejora en términos de seguridad y prosperidad para su pueblo.
Los narco-generales no deberían ejercer en puestos públicos donde pueden utilizar su posición de poder para consolidar sus actividades delictivas, sino ingresar a una prisión de máxima seguridad donde paguen por sus crímenes junto con los dirigentes que los protegen y que continúan envenenando a nuestra región con gobiernos que ofrecen nada más retórica y corrupción.
Si la comunidad internacional continúa evadiendo su responsabilidad con el pueblo venezolano, el narco-estado Venezolano no solo continuará extendiendo su influencia sobre la región, sino que logrará consolidar sus actividades delictivas en otros países de nuestro hemisferio.
Etiquetas: Cliver Alcalá, narcoestado
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