El nacimiento de una nación peligrosa

Por: Roger Noriega

Fuente: Inter Amerrican Security Watch

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se las está arreglando para reemplazar a su homologo venezolano, Hugo Chávez, como líder de la izquierda corrupta latinoamericana. El coqueteo de Correa con la concesión de asilo al director de Wikileaks, Julian Assange, revela su desprecio hacia el estado de derecho y su profunda animosidad hacia los Estados Unidos. En una nueva muestra de sus intenciones maliciosas, el presidente ecuatoriano ha anunciado que planea comprar $400 millones en petróleo del Estado nuclear y terrorista Iraní.

La proximidad de Correa con Irán quizás sea una de sus artimañas más peligrosas. Por ejemplo, su gobierno tiene la intención de cooperar con el Banco Central de Irán en un oscuro plan que tiene como objetivo el ayudar al régimen de Ahmadinejad a evadir sanciones internacionales. El año pasado, cuando fue revelado un acuerdo con Irán para la explotación de minerales estratégicos en territorio ecuatoriano, Correa hizo la ridícula afirmación de que el ni siquiera sabía que su país poseía depósitos de uranio.

Desde que asumió la presidencia en el 2007, Correa ha recurrido a las estrategias anti-democráticas y anti-americanas de Hugo Chávez: el uso indebido de la democracia electoral con el propósito de desarticular las instituciones y los procesos legales que tradicionalmente impedirían su perpetuación en el poder. Los puestos en los tribunales han sido ocupados por gente cercana a él, ha utilizado a las fuerzas de seguridad para ocuparse de los medios de comunicación y ha fabricado procesos “legales” para acosar a los periodistas independientes que se atreven a criticar la irresponsabilidad que caracteriza a su régimen. De igual manera lo ha fortalecido la debilidad y las divisiones internas de sus oponentes políticos.

En los Estados Unidos, Correa es famoso por sus intentos de extorsionar a la compañía Chevron usando sus tribunales corruptos para demandar a esta compañía por la cantidad de $20 mil millones de dólares por el supuesto incumplimiento de la limpieza a daños medioambientales. Correa ha intervenido de forma directa en el caso de Chevron al haber instruido a sus jueces para que exprimieran a la empresa estadounidense.

En marzo pasado, un artículo escrito por Theodore J. Boutrous Jr., para la revista Forbes, denunció el escandaloso trato que el gobierno de Ecuador le ha dado a la empresa Chevron y señaló que “una corte federal de los Estados Unidos dijo que la evidencia de la “conducta inapropiada, poco ética y quizás ilegal” de los demandantes ecuatorianos ha enviado “ondas de choque que han estremecido a la comunidad legal de los Estados Unidos”. Otro juez comentó, “lo que ha ocurrido de forma evidente en este asunto sería considerado como un fraude por cualquier tribunal”.

Correa ahora se pasea por el escenario mundial mientras contempla la concesión de asilo a Assange, quien evadió a la justica inglesa para evitar su extradición a Suecia, donde tendría que enfrentar dos casos de agresión sexual. Incitado por las celebridades Chavistas como Michael Moore, Noam Chomsky y Oliver Stone, Correa ha fingido estar preocupado de que Assange pudiera ser sometido a la pena de muerte en Estados Unidos por cargos de “espionaje” a sabiendas de que dichos cargos no se han interpuesto contra el fundador de Wikileaks. Correa esta apostando a ganar más adeptos en la izquierda latinoamericana al desafiar a los Estados Unidos y al aparentar que le preocupa el criminal Assange.

Desafiar a los Estados Unidos se ha convertido en una obsesión para Correa. No hay que olvidar que expulsó los agentes anti-narcóticos en Manta. (No es sorprendente que las incautaciones de drogas en el Ecuador se han reducido y que el tráfico de drogas va hacia arriba.)

En abril de 2011, Correa expulsó a la embajadora de EE.UU. Heather Hodges, después de que Wikileaks publicara un cable confidencial de la embajada que simplemente se refirió a “varios informes” referentes a los graves actos de corrupción cometidos por uno de los jefes de seguridad de Correa. En lugar tomar medidas en el asunto por esta expulsión, la administración de Obama se apresuró a mandar otro embajador a Quito para aplacar al régimen.

Correa ahora está considerando la posibilidad de interrumpir de forma definitiva el Programa de Ayuda de los Estados Unidos (USAID) – sobre todo porque algunos de los fondos se destinan a grupos cívicos independientes comprometidos con el imperio de la ley y la democracia. Al mismo tiempo, su gobierno tiene el atrevimiento de exigir que los Estados Unidos le continúe otorgando los beneficios comerciales que se supone se reservan para los aliados contra el narcotráfico.

El gobierno de Obama propone gastar otros $20 millones de dólares en el Ecuador el próximo año, incluyendo cerca de $9 millones para programas antidrogas, $3 millones para el fortalecimiento de la democracia y $6 millones para la protección del medio ambiente. Tomando en cuenta que Correa quiere convertir a Ecuador en un campamento anti-estadounidense, es hora de tomar decisiones claras acerca de la ayuda extranjera que otorga los Estados Unidos y en los lugares donde esta sería mejor gastada y merecida. Sin duda, los esfuerzos antidrogas en Honduras y Guatemala- dos países que se encuentran muy cerca de nuestras fronteras y que actualmente están siendo atacados por violentas bandas de narcotraficantes-son de mayor prioridad. Por otra parte, el Congreso debería dejar que los beneficios comerciales para Ecuador venzan el próximo año a menos que el régimen de Correa demuestre una mayor voluntad para luchar contra el tráfico ilícito de drogas.

Correa debe elegir; puede ser amigo de Ahmadinejad, Assange y de los narcotraficantes o de los Estados Unidos. Hasta que él no se convierta en un socio confiable, debemos de hacer uso de la ayuda y el comercio de los Estados Unidos para ayudar a nuestros aliados y no a gobiernos que son liderados por personajes irresponsables.

Roger F. Noriega fue embajador ante la Organización de Estados Americanos de 2001-2003 y Subsecretario de Estado de 2003-2005. El es un investigador visitante en el American Enterprise Institute y director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a clientes de EE.UU. y extranjeros y contribuye con www.interamericansecuritywatch.com