El Mercosur Cayó En Un Profundo Descrédito Internacional

Fuente: ABC Color PY.

El Mercosur, que nació hace 21 años con la pretensión nunca cumplida de convertirse en un mercado común en el que circularan libremente bienes, servicios y factores productivos, ya no podrá nunca más recuperarse de la aguda crisis institucional en la que fue sumido por la artera estocada que le infligieron los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay, al disponer la suspensión del Paraguay y el ingreso del gorila bolivariano Hugo Chávez, al que metieron de contrabando en el bloque. Estamos frente a un cadáver al que ni un milagro podrá resucitar. Los referidos mandatarios creyeron haber perjudicado grandemente al Paraguay, haberlo puesto contra las cuerdas, buscaron forzarlo a arrodillarse ante ellos, pero no hicieron más que declarar la muerte formal del Mercosur.  

El Mercosur, que nació hace 21 años con la pretensión nunca cumplida de convertirse en un mercado común en el que circularan libremente bienes, servicios y factores productivos, ya no podrá nunca más recuperarse de la aguda crisis institucional en la que fue sumido por la artera estocada que le infligieron los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay, al disponer la suspensión del Paraguay y el ingreso del gorila bolivariano Hugo Chávez, al que metieron de contrabando en el bloque. Estamos frente a un cadáver al que ni un milagro podrá resucitar.

El nauseabundo olor del difunto llega a los lugares más distantes del planeta. Tras un encuentro mantenido este lunes en Bruselas, sede de la Comisión Europea, con los comisarios de Mercado Interior, Michel Barnier; de Comercio, Karel De Gucht, así como con el presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Vital Moreira, la ministra francesa de Comercio Exterior, Nicole Bricq, no ocultó su escepticismo en torno a la marcha de las negociaciones con el Mercosur para la concreción de un acuerdo de asociación birregional.

“Hay grandes problemas, porque el Mercosur mismo está muy dividido entre países”, manifestó en una rueda de prensa la ministra gala. A continuación recordó las dificultades existentes “en el interior de la organización”, señalando como ejemplo de ellas la unilateral suspensión de Paraguay del bloque y el controvertido ingreso de Venezuela al mismo.

Desde luego que hay “grandes problemas” en el Mercosur. Ellos ya venían arrastrándose desde hace mucho tiempo, pero fueron severamente agravados cuando de manera inconsulta, antojadiza y sin permitirnos el derecho a ejercer nuestra legítima defensa, Argentina, Brasil y Uruguay decidieron suspender al Paraguay del proceso de integración regional, y, en el mismo acto, incorporar a Chávez al bloque.

Para sustanciar el primer hecho, se violentó el artículo 4 del Protocolo de Ushuaia, que dispone la necesidad de que el país afectado ejerza su descargo. En el segundo, se atropelló el propio Tratado de Asunción, en el cual se establece que el ingreso de nuevos socios al bloque debe contar con la “decisión unánime” de todos los Estados miembros, y el mismo Protocolo de Adhesión de Venezuela al Mercosur, en cuyo artículo 12 se prescribe la necesidad de cumplir con el requisito de la ratificación parlamentaria del acuerdo.

En su momento, el presidente del Uruguay, José “Pepe” Mujica, justificó el alevoso atropello a la institucionalidad del Mercosur argumentando que las “consideraciones políticas superaban largamente a las jurídicas”. Pues bien, lo expresado por la ministra francesa de Comercio Exterior es precisamente una de las consecuencias de ese manifiesto y alegre desprecio por el derecho internacional.

En efecto, ¿de qué credibilidad podrá gozar externamente el Mercosur si en su propio seno no se cumplen las normas y las reglas de juego que garantizan una correcta vida institucional? Evidentemente, nadie a lo largo y ancho del mundo, ningún país ni grupos de países, como bien lo expresa ahora la Unión Europea, pueden tomar en serio la palabra de una región liderada por Estados que tienen tan poco apego a la ley y respeto por la seguridad jurídica.

Son más que justificados la crítica y el temor europeos. ¿Cómo avanzaría Bruselas en la suscripción de un tratado de asociación birregional con un bloque que mañana, sin mayor empacho ni rubor, podría alegar caprichosamente que ya no comparte el criterio inicialmente acordado, que las circunstancias cambiaron, que los intereses se modificaron y que, por lo tanto, de manera unilateral, dejará de cumplir lo que ha sido establecido en los documentos?

En su irresponsabilidad y en su ambición por darle un manotazo a la petrochequera de Hugo Chávez a como dé lugar, este es el peligroso y equívoco mensaje que Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y José Mujica enviaron al mundo el pasado 29 de junio, en la desafortunada Cumbre Presidencial que celebraron en Mendoza. Creyeron haber perjudicado grandemente al Paraguay, haberlo puesto contra las cuerdas, buscaron forzarlo a arrodillarse ante ellos, pero no hicieron más que declarar la muerte formal del Mercosur.

Definitivamente, esta situación será extremadamente difícil de remontar y revertir. No solo ya porque a los paraguayos se nos hará cada vez más difícil poder olvidar las degradantes condiciones de sometimiento a que hemos sido expuestos, sino también porque se perdió todo atisbo de credibilidad ante el mundo. Nadie volverá a tomar nunca más en serio la palabra de un grupo de países que, por la ideología compartida por sus presidentes, se mofan tan insólita y descaradamente del imperio de la ley.