Noriega: La Victoria de Chávez Puede Ser De Corta Duración
Por: Roger Noriega
Fuente: IASW
Los líderes de la oposición en Venezuela se sienten decepcionados por su infructuosa campaña para derrocar a Hugo Chávez en las elecciones del 7 de octubre. Tal vez sea demasiado pronto para perder la esperanza. Chávez está perdiendo la batalla contra el cáncer, su régimen está siendo socavado por las luchas internas y por la delincuencia, y tiene que hacer frente a una serie de elecciones que tendrán lugar en todo el país el próximo año.
Chávez está enfermo y la campaña representó un desgaste físico significativo. Durante más de seis meses, fuentes confiables me han comentado que el equipo médico de Chávez está limitándose simplemente a tratar los síntomas del cáncer para esconder la verdadera virulencia de la enfermedad. Durante la mayor parte del periodo de campaña, esta estrategia tuvo éxito. Por otro lado, un video dramático de su mitin de clausura el 4 de octubre muestra a Chávez aparentemente desorientado y al borde del desmayo para después ser trasladado a otro sitio por su comitiva.
El decidió pagar el ultimo precio-y para que? Su régimen ahora debe lidiar con una crisis de seguridad pública que ha cobrado más de 160.000 vidas desde 1999 y con un desastre económico motivado por el despilfarro del gasto público en un año electoral. Es difícil ver cómo un gobierno cuyo congreso y el ejército son dirigidos por narcotraficantes y que recibe con los brazos abiertos a Irán y Hezbollah podrían ser legitimadas por cualquier elección. Por otra parte, debe quedar claro incluso para el observador común que el señor Chávez no ganó un combate justo hace una semana. De hecho, desde el principio, muchos venezolanos se mostraron escépticos de librar una batalla electoral a la luz de los abusos del régimen; con un gasto desmedido de fondos públicos, con un control absoluto de los medios de comunicación, con los cubanos administrado el aparato de seguridad interna y la amenaza implacable de la violencia política.
No obstante, la unidad sin precedentes y el entusiasmo que impulsó la campaña de Henrique Capriles Radonski – que ganó el 45 por ciento de los votos, incluso con el recuento dudoso de una junta electoral controlada por Chávez – demostró la fuerza formidable de la oposición. La campaña de 2012 no derrotó a la oposición, más bien la creó y la impulsó. Esta oposición unificada está mejor preparada para competir por el poder en un futuro muy cercano.
Por ejemplo, en los próximos 18 meses, Venezuela elegirá a los gobernadores de todos sus estados y a los alcaldes de sus 335 municipios. Se espera que las candidaturas de la oposición serán fuertes para disputar las próximas elecciones. La oposición ha hecho avances muy importantes y se ha unificado para hacer frente a los chavistas.
Después vendrá la interrogante de quien será el sucesor de este régimen cuando Chávez pierda la batalla contra el cáncer. Si muere antes de completar cuatro años de su mandato, una nueva elección debe ser convocada dentro de 30 días. Aunque esta elección pueda estar a meses de distancia, la lucha interna entre el circulo de Chávez ya ha comenzado. Es probable que esta guerra interna entre los criminales y matones que componen su círculo más cercano infrinja un gran daño entre los oficialistas antes de hacer frente a una oposición fortalecida.
La oposición venezolana podrá continuar luchando. Sin embargo, tendrá que luchar contra una máquina política que es dirigida por Cuba, financiada por China, armada por Rusia y que está asociada con Irán.
Narcotraficantes colombianos y mexicanos y terroristas de Hezbollah operan con la venia de autoridades venezolanas. Todas estas fuerzas están interesadas en la supervivencia de un régimen chavista.
Una cosa que es más clara hoy que nunca es que la oposición venezolana no puede librar esta lucha por si misma. ¿Y por qué habrían de hacerlo? Los Estados Unidos y nuestros aliados son los verdaderos objetivos de este régimen y sus partidarios. Los venezolanos son personas inocentes atrapadas en el fuego cruzado. Para que una alternativa democrática tenga la oportunidad de luchar contra el estatus quo, los Estados Unidos debe promover la solidaridad internacional y hacer frente a aquellos países que utilizan a Venezuela como una plataforma para amenazarnos.
Por ejemplo, hay que hacer uso de la diplomacia para reunir a los demócratas de la región y exigir un ambiente de campaña limpia donde se cuente con observadores internacionales respetables y con una reputación intachable. Debemos investigar y exponer la maquinaria electoral que se ha diseñado para negar un recuento de votos justo. Debemos capacitar a las agencias del orden público para exponer las actividades criminales de los líderes chavistas, cuyo narco-Estado amenaza a decenas de países de la región. Por último, hay que enviar un mensaje inequívoco a La Habana, Pekín, Moscú y Teherán que su decisión de mantener un régimen hostil en nuestro vecindario tendrá consecuencias.
El presidente Obama no ha estado dispuesto a hacer nada de esto, mientras que Mitt Romney ha hablado con frecuencia de estas amenazas. Por esta razón, nuestras elecciones, como cualquier otra en la región, serán de gran importancia para la libertad y la seguridad en las Américas.
Yo respeto el deseo de los demócratas venezolanos para derrotar al chavismo sin ayuda extranjera. Sin embargo, es importante recalcar que ellos si se están enfrentando a una alianza de países muy poderosa. Si ponemos manos a la obra y defendemos nuestros valores y nuestra seguridad, podemos ayudar a los venezolanos a recuperar su soberanía y dignidad.
Roger F. Noriega es un investigador visitante en el American Enterprise Institute.
Chávez está enfermo y la campaña representó un desgaste físico significativo. Durante más de seis meses, fuentes confiables me han comentado que el equipo médico de Chávez está limitándose simplemente a tratar los síntomas del cáncer para esconder la verdadera virulencia de la enfermedad. Durante la mayor parte del periodo de campaña, esta estrategia tuvo éxito. Por otro lado, un video dramático de su mitin de clausura el 4 de octubre muestra a Chávez aparentemente desorientado y al borde del desmayo para después ser trasladado a otro sitio por su comitiva.
El decidió pagar el ultimo precio-y para que? Su régimen ahora debe lidiar con una crisis de seguridad pública que ha cobrado más de 160.000 vidas desde 1999 y con un desastre económico motivado por el despilfarro del gasto público en un año electoral. Es difícil ver cómo un gobierno cuyo congreso y el ejército son dirigidos por narcotraficantes y que recibe con los brazos abiertos a Irán y Hezbollah podrían ser legitimadas por cualquier elección. Por otra parte, debe quedar claro incluso para el observador común que el señor Chávez no ganó un combate justo hace una semana. De hecho, desde el principio, muchos venezolanos se mostraron escépticos de librar una batalla electoral a la luz de los abusos del régimen; con un gasto desmedido de fondos públicos, con un control absoluto de los medios de comunicación, con los cubanos administrado el aparato de seguridad interna y la amenaza implacable de la violencia política.
No obstante, la unidad sin precedentes y el entusiasmo que impulsó la campaña de Henrique Capriles Radonski – que ganó el 45 por ciento de los votos, incluso con el recuento dudoso de una junta electoral controlada por Chávez – demostró la fuerza formidable de la oposición. La campaña de 2012 no derrotó a la oposición, más bien la creó y la impulsó. Esta oposición unificada está mejor preparada para competir por el poder en un futuro muy cercano.
Por ejemplo, en los próximos 18 meses, Venezuela elegirá a los gobernadores de todos sus estados y a los alcaldes de sus 335 municipios. Se espera que las candidaturas de la oposición serán fuertes para disputar las próximas elecciones. La oposición ha hecho avances muy importantes y se ha unificado para hacer frente a los chavistas.
Después vendrá la interrogante de quien será el sucesor de este régimen cuando Chávez pierda la batalla contra el cáncer. Si muere antes de completar cuatro años de su mandato, una nueva elección debe ser convocada dentro de 30 días. Aunque esta elección pueda estar a meses de distancia, la lucha interna entre el circulo de Chávez ya ha comenzado. Es probable que esta guerra interna entre los criminales y matones que componen su círculo más cercano infrinja un gran daño entre los oficialistas antes de hacer frente a una oposición fortalecida.
La oposición venezolana podrá continuar luchando. Sin embargo, tendrá que luchar contra una máquina política que es dirigida por Cuba, financiada por China, armada por Rusia y que está asociada con Irán.
Narcotraficantes colombianos y mexicanos y terroristas de Hezbollah operan con la venia de autoridades venezolanas. Todas estas fuerzas están interesadas en la supervivencia de un régimen chavista.
Una cosa que es más clara hoy que nunca es que la oposición venezolana no puede librar esta lucha por si misma. ¿Y por qué habrían de hacerlo? Los Estados Unidos y nuestros aliados son los verdaderos objetivos de este régimen y sus partidarios. Los venezolanos son personas inocentes atrapadas en el fuego cruzado. Para que una alternativa democrática tenga la oportunidad de luchar contra el estatus quo, los Estados Unidos debe promover la solidaridad internacional y hacer frente a aquellos países que utilizan a Venezuela como una plataforma para amenazarnos.
Por ejemplo, hay que hacer uso de la diplomacia para reunir a los demócratas de la región y exigir un ambiente de campaña limpia donde se cuente con observadores internacionales respetables y con una reputación intachable. Debemos investigar y exponer la maquinaria electoral que se ha diseñado para negar un recuento de votos justo. Debemos capacitar a las agencias del orden público para exponer las actividades criminales de los líderes chavistas, cuyo narco-Estado amenaza a decenas de países de la región. Por último, hay que enviar un mensaje inequívoco a La Habana, Pekín, Moscú y Teherán que su decisión de mantener un régimen hostil en nuestro vecindario tendrá consecuencias.
El presidente Obama no ha estado dispuesto a hacer nada de esto, mientras que Mitt Romney ha hablado con frecuencia de estas amenazas. Por esta razón, nuestras elecciones, como cualquier otra en la región, serán de gran importancia para la libertad y la seguridad en las Américas.
Yo respeto el deseo de los demócratas venezolanos para derrotar al chavismo sin ayuda extranjera. Sin embargo, es importante recalcar que ellos si se están enfrentando a una alianza de países muy poderosa. Si ponemos manos a la obra y defendemos nuestros valores y nuestra seguridad, podemos ayudar a los venezolanos a recuperar su soberanía y dignidad.
Roger F. Noriega es un investigador visitante en el American Enterprise Institute.
Etiquetas: Cartel de los Soles, Hezbollah, MUERTE, narcoestado
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