El Mito Socialista y la extraña sumisión ante el caudillo
Por: Ovidio Roca
Fuente: Eju! Bolivia
En esencia, estos políticos nos manipulan aprovechando nuestras debilidades y temores; la mayoría creados intencionalmente por el aparato de comunicación y coerción del gobierno.
“El mundo quiere que lo engañen”. Kierkegaard - “Porque me quiere me apórrea”. Llajtamasi
Tiempo atrás en un “Paladar” de Matanzas (Cuba), unos vecinos de mesa y con varias frías encima, me comentaban sobre su revolución: Al principio vivimos bien y esto duro mientras repartimos los bienes de los que se fueron, luego vivimos de los rusos que pagaban por tener un puesto de avanzada (para su juego de la guerra fría), frente al Imperialismo norteamericano. Cuando cayeron los rusos lo pasamos re mal, pero ya el pueblo estaba apendejado e incapaz de protestar y resistir. Coño asere; por suerte apareció Chávez y nuevamente pudimos comer, ahora rezamos para que no se nos muera.
Históricamente, el modelo socialista de estatizaciones y dirigismo de la economía, ha demostrado ser la más efectiva receta para el fracaso y peor aun cuando los ejecutores son incompetentes y corruptos. Pero hay que reconocer, que en su afán de mantenerse en el gobierno los socialistas han desarrollado algo en lo que ahora son maestros, los sistemas de espionaje, de terror, de destrucción de todo mecanismo de libre expresión y pensamiento; de ahí que ahora en Venezuela, Ecuador y Bolivia los servicios de inteligencia, de expedir cedulas de identidad y pasaportes, están en manos o tienen apoyo de los cubanos castristas.
Los fracasos del comunismo son patentes y dramáticos y así lo aseveran los sobrevivientes de esos desgraciados países: Rusia, China, Vietnam, Cuba, Corea y la forma de verificarlo es simple, ir al terreno. Si los militantes socialistas quisieran ver la realidad del modelo comunista y sus nefastos impactos sobre la economía, la libertad y la vida de los ciudadanos, tendrían que ir hoy a Cuba y Corea, no como invitados del régimen, sino como pueblo llano, para saber lo que es canela. Pero no son tontos, cuando cayó el experimento Allendista en Chile, los comunistas no viajaron a Cuba, fueron a Suecia, a Bélgica a vivir parasitariamente y lo mismo hicieron los izquierdistas bolivianos cuando Banzer.
Los socialistas del club chavista, una vez en el gobierno, viven del ahorro y las inversiones realizadas durante los gobiernos anteriores. En estos últimos años, han sido bendecidos además por los altos precios de las materias primas, lo que les permite ampliar su práctica populista y de enriquecimiento y dilapidación sin que se note tanto; hasta que sea tarde. En los últimos años, los movimientos socialistas han asumido el poder por el mecanismo eleccionario y luego se dedican a destruir todo el andamiaje institucional creando el suyo propio; el que les permite perpetuarse indefinidamente en el poder. El único movimiento revolucionario al estilo tradicional, es la guerrilla de las FARC, que viven de la extorsión, el secuestro y de la producción y tráfico de cocaína en las tierras que detentan, y aun así pretenden dar discursos de cambio social y reforma agraria, al pueblo colombiano.
En este siglo, en el mundo de la información y la comunicación, uno se pregunta: ¿por qué sabiendo todo esto, el pueblo sigue apoyando los regímenes socialistas chavistas y votan para que caudillos y movimientos populistas se apoderen del país? Revisando la experiencia internacional y mirando lo que ocurre en nuestros países, podemos encontrar la explicación de este fenómeno social y político y de adicción por las ilusiones, propio de la sicología humana. Sicología que hábilmente y en su provecho, manejan los activistas políticos para la manipulación de la conciencia de las personas y la opinión pública. En las siguientes sentencias y aforismos populares podemos ver reflejadas algunas de estas conductas:
- El primer instinto del ser humano es creer siempre en las apariencias y por tanto al pueblo se lo conquista con adulaciones, con dádivas y, sobre todo, con promesas.
- Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder, todo lo que se diga aunque sea sólo una banalidad parecerá una idea original si se la plantea en forma vaga, abierta y enigmática.
- Las promesas cuestan menos que las dádivas y ellas tienen mucho más valor para la masa, ávida de ilusiones. Se nos considera aun más generosos cuando pagamos con ilusiones, con esperanzas, pues estas perduran por siempre.
- Nunca se debe hablar con la verdad, ni con la realidad, salvo que estemos dispuestos a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que las personas inventan ilusiones y fantasías, luego las ven como un oasis en el desierto y todos corren hacia ellas.
- Se consigue el apoyo de la masa mediante la manipulación de las emociones, jugando con lo que éstas aman y valoran, o lo que temen.
- La forma más eficaz de seducir a alguien consiste en manejar con habilidad sus sueños, sus rencores, sus frustraciones, sus flaquezas; la psicología del individuo y de la masa.
Si revisamos nuestra realidad veremos que todas las anteriores técnicas de manipulación de la conciencia de las masas, son utilizadas por los cultores del “proceso de cambio”, para construir su estrategia de manipulación y de poder. La seducción de los indígenas, la exaltación de la pachamama, la defensa de los pobres, la impunidad para los amigos, los bonos y prebendas. Bonos y regalos, así como subsidios para la gasolina y otros; que nos convienen como individuos, aunque a la larga sea malo para el país y la sociedad. Sabemos que los regalos son insostenibles y que nos torna cada vez más dependiente de las dádivas del gobierno, pero poco nos importa.
En esencia, estos políticos nos manipulan aprovechando nuestras debilidades y temores; la mayoría creados intencionalmente por el aparato de comunicación y coerción del gobierno. Bajo estas circunstancia, las masas masistas defenderán y lucharan por el mito socialista indígena, pues en él pusieron todas sus esperanzas de reconocimiento, de lucro y poder. Proceso que perdurara entre tanto haya plata; plata que viene no de una actividad productiva y sostenible, sino de lo extractivo, el gas; de lo delincuencial la pichicata, el contrabando y del endeudamiento, que las generaciones futuras tendrán que pagar; una deuda pública que cada día aumenta más.
Soberbios y con poses de genio, siguen adelante copiando la recetas mil veces fallida; la del control de la economía, la estatización de las empresas y organismos públicos que multiplican los empleos y disminuyen la producción; donde el personal es contratado con criterio político y étnico y no por capacidad técnica; donde los sueldos son bajos, pero no importa pues no se trata de trabajar sino de aprovechar las ventajas del cargo, recibiendo las comisiones por compras y adjudicaciones; donde el negocio de las extorsiones, usando los organismos públicos, judiciales, policiales y los ministerios de represión está en auge. Y una nueva fuente de trabajo, los Grupos de choque del gobierno para amedrentar a la población y para interferir en el accionar de las instituciones, especialmente de los municipios.
Todo ello en un país que no logra formalizarse ni institucionalizarse, donde casi un ochenta por ciento de la gente vive en una economía informal y en gran parte delincuencial y ligada al narcotráfico y por ende, donde el proceso corporativista y anárquico que vivimos es lo ideal. Se trata de un “proceso de cambio”, que es totalmente nominalista; los dirigentes creen que modificando el nombre de las cosas y las instituciones, se cambia la realidad. Por eso andan cambiando el nombre de todo e inventando mecanismos y prácticas que sirven para hacer lo mismo de siempre, pero con otro nombre. Y en la práctica tenemos una economía cada vez más extractivista, informal, nuevos ricos y mecanismos de represión más efectivos.
El problema seguramente se agudizará en un futuro muy cercano, cuando fruto de la inviabilidad e incompetencia el régimen, este se caiga y se cae por que se pudre no porque lo tumben, como ocurrió en la URSS, donde lo único que quedaba organizado era la Mafia y la KGB que aliados han impuesto su dictadura; aquí seguramente serán los cocaleros, las bartolinas, los contrabandistas y tucuimas. Por todo esto, es necesario conocer y difundir la forma y los mecanismos de cómo nos manipulan, para estar advertidos y encontrar la forma de resistirlos y hacer conciencia de que este camino es inviable y también para motivar a los intelectuales y los partidos políticos que piensen en sus hijos y nietos, y se organicen para darles posibilidades y viabilidad de futuro como sociedad y como país.
Históricamente, el modelo socialista de estatizaciones y dirigismo de la economía, ha demostrado ser la más efectiva receta para el fracaso y peor aun cuando los ejecutores son incompetentes y corruptos. Pero hay que reconocer, que en su afán de mantenerse en el gobierno los socialistas han desarrollado algo en lo que ahora son maestros, los sistemas de espionaje, de terror, de destrucción de todo mecanismo de libre expresión y pensamiento; de ahí que ahora en Venezuela, Ecuador y Bolivia los servicios de inteligencia, de expedir cedulas de identidad y pasaportes, están en manos o tienen apoyo de los cubanos castristas.
Los fracasos del comunismo son patentes y dramáticos y así lo aseveran los sobrevivientes de esos desgraciados países: Rusia, China, Vietnam, Cuba, Corea y la forma de verificarlo es simple, ir al terreno. Si los militantes socialistas quisieran ver la realidad del modelo comunista y sus nefastos impactos sobre la economía, la libertad y la vida de los ciudadanos, tendrían que ir hoy a Cuba y Corea, no como invitados del régimen, sino como pueblo llano, para saber lo que es canela. Pero no son tontos, cuando cayó el experimento Allendista en Chile, los comunistas no viajaron a Cuba, fueron a Suecia, a Bélgica a vivir parasitariamente y lo mismo hicieron los izquierdistas bolivianos cuando Banzer.
Los socialistas del club chavista, una vez en el gobierno, viven del ahorro y las inversiones realizadas durante los gobiernos anteriores. En estos últimos años, han sido bendecidos además por los altos precios de las materias primas, lo que les permite ampliar su práctica populista y de enriquecimiento y dilapidación sin que se note tanto; hasta que sea tarde. En los últimos años, los movimientos socialistas han asumido el poder por el mecanismo eleccionario y luego se dedican a destruir todo el andamiaje institucional creando el suyo propio; el que les permite perpetuarse indefinidamente en el poder. El único movimiento revolucionario al estilo tradicional, es la guerrilla de las FARC, que viven de la extorsión, el secuestro y de la producción y tráfico de cocaína en las tierras que detentan, y aun así pretenden dar discursos de cambio social y reforma agraria, al pueblo colombiano.
En este siglo, en el mundo de la información y la comunicación, uno se pregunta: ¿por qué sabiendo todo esto, el pueblo sigue apoyando los regímenes socialistas chavistas y votan para que caudillos y movimientos populistas se apoderen del país? Revisando la experiencia internacional y mirando lo que ocurre en nuestros países, podemos encontrar la explicación de este fenómeno social y político y de adicción por las ilusiones, propio de la sicología humana. Sicología que hábilmente y en su provecho, manejan los activistas políticos para la manipulación de la conciencia de las personas y la opinión pública. En las siguientes sentencias y aforismos populares podemos ver reflejadas algunas de estas conductas:
- El primer instinto del ser humano es creer siempre en las apariencias y por tanto al pueblo se lo conquista con adulaciones, con dádivas y, sobre todo, con promesas.
- Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder, todo lo que se diga aunque sea sólo una banalidad parecerá una idea original si se la plantea en forma vaga, abierta y enigmática.
- Las promesas cuestan menos que las dádivas y ellas tienen mucho más valor para la masa, ávida de ilusiones. Se nos considera aun más generosos cuando pagamos con ilusiones, con esperanzas, pues estas perduran por siempre.
- Nunca se debe hablar con la verdad, ni con la realidad, salvo que estemos dispuestos a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que las personas inventan ilusiones y fantasías, luego las ven como un oasis en el desierto y todos corren hacia ellas.
- Se consigue el apoyo de la masa mediante la manipulación de las emociones, jugando con lo que éstas aman y valoran, o lo que temen.
- La forma más eficaz de seducir a alguien consiste en manejar con habilidad sus sueños, sus rencores, sus frustraciones, sus flaquezas; la psicología del individuo y de la masa.
Si revisamos nuestra realidad veremos que todas las anteriores técnicas de manipulación de la conciencia de las masas, son utilizadas por los cultores del “proceso de cambio”, para construir su estrategia de manipulación y de poder. La seducción de los indígenas, la exaltación de la pachamama, la defensa de los pobres, la impunidad para los amigos, los bonos y prebendas. Bonos y regalos, así como subsidios para la gasolina y otros; que nos convienen como individuos, aunque a la larga sea malo para el país y la sociedad. Sabemos que los regalos son insostenibles y que nos torna cada vez más dependiente de las dádivas del gobierno, pero poco nos importa.
En esencia, estos políticos nos manipulan aprovechando nuestras debilidades y temores; la mayoría creados intencionalmente por el aparato de comunicación y coerción del gobierno. Bajo estas circunstancia, las masas masistas defenderán y lucharan por el mito socialista indígena, pues en él pusieron todas sus esperanzas de reconocimiento, de lucro y poder. Proceso que perdurara entre tanto haya plata; plata que viene no de una actividad productiva y sostenible, sino de lo extractivo, el gas; de lo delincuencial la pichicata, el contrabando y del endeudamiento, que las generaciones futuras tendrán que pagar; una deuda pública que cada día aumenta más.
Soberbios y con poses de genio, siguen adelante copiando la recetas mil veces fallida; la del control de la economía, la estatización de las empresas y organismos públicos que multiplican los empleos y disminuyen la producción; donde el personal es contratado con criterio político y étnico y no por capacidad técnica; donde los sueldos son bajos, pero no importa pues no se trata de trabajar sino de aprovechar las ventajas del cargo, recibiendo las comisiones por compras y adjudicaciones; donde el negocio de las extorsiones, usando los organismos públicos, judiciales, policiales y los ministerios de represión está en auge. Y una nueva fuente de trabajo, los Grupos de choque del gobierno para amedrentar a la población y para interferir en el accionar de las instituciones, especialmente de los municipios.
Todo ello en un país que no logra formalizarse ni institucionalizarse, donde casi un ochenta por ciento de la gente vive en una economía informal y en gran parte delincuencial y ligada al narcotráfico y por ende, donde el proceso corporativista y anárquico que vivimos es lo ideal. Se trata de un “proceso de cambio”, que es totalmente nominalista; los dirigentes creen que modificando el nombre de las cosas y las instituciones, se cambia la realidad. Por eso andan cambiando el nombre de todo e inventando mecanismos y prácticas que sirven para hacer lo mismo de siempre, pero con otro nombre. Y en la práctica tenemos una economía cada vez más extractivista, informal, nuevos ricos y mecanismos de represión más efectivos.
El problema seguramente se agudizará en un futuro muy cercano, cuando fruto de la inviabilidad e incompetencia el régimen, este se caiga y se cae por que se pudre no porque lo tumben, como ocurrió en la URSS, donde lo único que quedaba organizado era la Mafia y la KGB que aliados han impuesto su dictadura; aquí seguramente serán los cocaleros, las bartolinas, los contrabandistas y tucuimas. Por todo esto, es necesario conocer y difundir la forma y los mecanismos de cómo nos manipulan, para estar advertidos y encontrar la forma de resistirlos y hacer conciencia de que este camino es inviable y también para motivar a los intelectuales y los partidos políticos que piensen en sus hijos y nietos, y se organicen para darles posibilidades y viabilidad de futuro como sociedad y como país.
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