Ministro Aguajero: “Agua para todo el mundo”

Por: Lorenzo García Tamayo

De nuevo el flamante Ministro de Ambiente nos anuncia, que tiene órdenes presidenciales de “agua para todo el mundo”. Pero no nos dice cómo piensa resolver tan “menudo” problema. Parece más bien otra amenaza ministerial en contra de la insularidad, y no un pronunciamiento noticioso. Porque si a ver vamos, en conjetura lógica, quienes vivimos aquí en Margarita y nos acostumbramos a la sempiterna manía de sentir como se bate el cobre en materia de aprovisionamiento de agua, lo primero que uno piensa sobre el significado real de lo que nos quiere decir el Ministro cuando afirma “agua para todo el mundo”, es que:

¿Será que van a eliminar los llaveros y camiones cisterna de agua?

Para nadie es un secreto, que amplios sectores urbanos de la Isla, sufren calamitosamente por el racionamiento del vital líquido. Ha habido comunidades que han padecido sequía por espacio de varias semanas continuas. En zonas urbanas de Mariño y Maneiro, los municipios más poblados de Nueva Esparta, sus habitantes hace años se acostumbraron al racionamiento, que estoicamente soportan algunos días a la semana, a determinadas horas.  

Los llaveros operan como verdaderos “sádicos”, cuando por obra y gracia de quien sabe quien, llegan con sus “famosos” instrumentos cerrajeros de largo alcance y con giros caprichosos deciden la suerte de millares de ciudadanos condenados a sufrir los rigores en el desmoronamiento de su calidad de vida. Ruinoso acto que echa por el suelo, lo que les pertenece y corresponde por derecho constitucional. 

En Aruba y Curacao, que están justo en frente de nuestras narices. En las Islas Canarias. En las Baleares. En Madeira, en Malta, Chipre, o cualquier otra isla del mundo con mucho menos recursos de los que tenemos aquí, en la Patria de Bolívar, resolvieron el problema del agua hace muchos años, instalando las Plantas Desalinizadoras. El eufemismo de las benditas “mesas técnicas de agua” lo que persiguen es tapar con un dedo, el sol de la ineficacia e ineficiencia.

La insularidad autonómica reclama categóricamente la imperiosa y definitiva independencia descentralizadora, para liberar a Margarita del yugo que esclaviza a Nueva Esparta con una dependencia “a dedo” desde tierra firme, que nos raciona por vía de una frágil tubería submarina, el agua que nos merecemos desde siempre.  

Deje el “aguaje” Señor Ministro, decrete Las Plantas Desalinizadoras.

L. García Tamayo es Presidente de la Fundación Energía Limpia para Margarita. Fundaelmar