La MUD cuida al Régimen para protegerlo en su agonía
Por: Alberto Franceschi
La entrada de los personeros de la oposición MUD al Palacio de Miraflores, por la puerta trasera, por dónde sacan las sobras de comida para los cochinos, ha cambiado la naturaleza de lo que llamábamos oposición y aunque parezca sorprendente, representa también un cambio estratégico para el régimen chavista, para el corto tiempo de vida que les queda, porque si bien han impuesto un diálogo a una oposición en completo estado de rendición, sobre la base de su sumisión, al propio tiempo ello expresa la debilidad extrema del gobierno madurista y del régimen chavista, ya desfalleciente, porque lo remató la bestial crisis económica y el desborde delincuencial que, como es perceptible a simple vista, agotó sus márgenes de maniobra.
Por eso el crimen político de la capitulación rastrera de la oposición MUD es aún más grave, porque vienen, in-extremis, al auxilio del ilegitimo, para salvarlo del derrumbe.
El papel de la MUD ya no el de bomberos que apagan el incendio institucional y moral de la ladronera incapaz, que sucumbe como régimen, es el de una cuadrilla especial de rescatistas que buscan entre escombros a los sobrevivientes para presentarse en la televisión con un aparatoso mensaje de conmiseración, sobre que el estado lamentable en que vemos al régimen, en absoluta indefensión, en realidad no es tan así, sino que se trata de robustos hermanos con problemas manejables que merecen ser socorridos, y hasta aconsejan como hacerlo, con otros pañitos de agua tibia.
En el colmo del absurdo, todos los “grandes” dirigentes de la MUD defienden la tesis que Capriles ya había hecho pública en reiteradas ocasiones, sobre que lo peor que puede pasarnos como “democracia” es el establecimiento de un régimen impuesto por los militares, sin reparar en el hecho elemental, que estamos sometidos a UNA de las fracciones militares, que en manos de Diosdado Cabello y Rodríguez Torres constituyen el soporte fundamental sobre el que descansa la precaria estabilidad del gobiernito de Maduro, pero que ahora tiene, también visible, el soporte de la MUD y por eso es que, aun en medio de su caída al abismo, Maduro aun luce en control de la situación.
Lo más criminal de la MUD no es ser solo mucamos serviles, sino convertirse también en un tapón para impedir su salida del escenario y más aun desaprovechando vergonzosamente las posibilidades para obligarles a ceder mejores condiciones institucionales de apertura política, prefiriendo más bien casi como risueños y adaptados a un statu- quo incuestionable, seguir en el juego masoquista de apaleados, dejando intactos todos los mecanismos de opresión política de estos 15 años de oprobio.
Lo que creo es que estos genios de la MUD compraron la tesis Madurista que solo él y su gobierno representan la barrera que impide el establecimiento de una dictadura militar a troche y moche, sin percatarse que este, el gobierno de Maduro, es el que quieren los Castro, que por enésima vez repito: no quieren cambiar el sistema capitalista en Venezuela, solo quieren aprovecharse de él para restaurarlo cautelosamente en Cuba, bajo la férula de los Castro, dada la inviabilidad absoluta del sarnoso sistema colectivista imperante allá irreversiblemente fracasado por 55 años.
EL castrismo en Cuba sobrevive allá como Estado, porque aquí como ideología de gobierno mantiene el saqueo salvaje con el que los Castro sustituyeron el extinto subsidio soviético. Es la ideología castrista de estos idiotas gobernantes, la que nos llevó a esta bancarrota en todos los órdenes de la vida nacional.
EL desabastecimiento y las colas son hijos de la inviabilidad de esta estupidez e creer que era posible un capitalismo regimentado que ahoga todas sus fuentes vitales, propias de su esfera productiva y de libre intercambio, por creer que el espejismo de la abundancia transitoria de medios de pago extraídos del rentismo petrolero les haría indemnes.
Esto empieza a parecerse a Cuba pero NO ES como Cuba. El sistema cubano esta basado en la absoluta absorción por parte del Estado totalitario comunista, de PARTIDO UNICO, de todas la funciones comerciales, de propiedad y su base jurídica, que anula cualquier otra que no sea la del Estado y con ellas todas las funciones económico-sociales, institucionales, culturales, militares, judiciales , educativas, de normativa municipal, asociativas, deportivas etc.
Para imponer eso se necesita una Revolución Social y Política y esa tarea que NO la llevó adelante Chávez, quien era el único factótum de esta bosta de régimen que ahora ya no es viable, porque la descomposición de lo que el montó no se supera en un replanteamiento “positivo” de profundización de esas estructuras, sino que estas, ya carcomidas por un salvaje deterioro senil, aunque solo tengan década y media de vida, están condenados al más absoluto fracaso por obsolescencia prematura, que viene dada por la pavorosa ineptitud de sus protagonistas y la pudrición de sus pilares de sostén político-militares.
Todo el desastre del desabastecimiento que los cerebros simplistas atribuyen a un plan preconcebido de “guerra económica” solo virtual, me permite decirles, que aunque ello pareciera cierto, el régimen ideal del chavismo era el del “comandante eterno” que daba algunos sipotazos a segmentos del empresariado, pero queriendo ante todo, el desarrollo de una Chavi-burguesía, solo que en su incapacidad infinita terminó prohijando solo a los especuladores de una nueva “burguesía compradora” coimera- especulativa, que terminó por ser absolutamente inútil, para siquiera proveer el mercado interno de productos de consumo masivo, por cuanto con su depredación ciega desbordada, solo se dedicaban a pactar compras externas, con sus comisiones dolosas anticipadas y el reciclamiento de los dólares extraídos del sistema del control de cambios, para su venta inmediata a los precios exorbitantes del mercado paralelo de divisas.
No les importaba siquiera que los productos llegaran a su destino de distribución final, y es eso lo que explica el abarrotamiento de los patios de los puertos con mercancías sin reclamo, lo cual linda con lo demencial en estos circuitos de la corrupción “oficial- privada”. Y la dudosa patente “privada” viene de la constatación que se trata, en la mayoría de los casos, de testaferros y prestanombres de grandes plutócratas civiles y militares de los altos poderes oficiales chavistas.
Todos los circuitos comerciales con inventarios penalizados, absurdos cambiarios, permisologias portadoras de corrupción sin límites, controles estatistas y confiscatorias multas abusivas, extorsiones masivas al sector industrial y comercial, determinaron esta tragedia final del desabastecimiento, carestía e inflación desatada, que pulverizó el poder de compra de los salarios.
El 90% del país con salarios e ingresos menores de 7 mil Bolívares mensuales, se rige por una economía de sub-producción y sub-consumo, con esos salarios y pensiones de hambre, de escasísimo poder adquisitivo frente a un mercado negro floreciente, de abastecimientos transversales para el segmento de la población que recibe ingresos altos, generalmente espurios, al estar ligados a todo tipo de tráficos desde el aparato de estado, y que pueden pagar hasta de 30-40 mil y muchos más Bolívares mensuales.
La ficción de ganar 1000 dólares oficiales que nunca obtienes, pero con poder de compra real equivalente a 100 dibuja toda la estafa de la economía vudú madurista, con los mismos ministros e ideólogos de Chávez.
En medio de este cuadro de presente y perspectivas siniestras, que acompañan un deterioro ya espeluznante del tejido social, que entre otros fenómenos está prohijando una economía del delito, que ya ocupa a centenares de miles de personas, entre quienes destaca un malandraje también masivo que en su segmento animalizado puede ya reunir unos 30.000 asesinos y criminales impunes resulta, además de vergonzoso realmente increíble por su nivel de irresponsabilidad, que la dirección política de la llamada oposición se integre al régimen en plan de ser reconocida como parte integral suya.
Por eso aunque les resulte necio a los sabios de la oposición, ahora integrada políticamente de forma explícita al régimen, vuelvo a explicarles el ABC de la política que reza: Todo régimen reposa para su estabilidad sobre determinados consensos sociales o se basa en la imposición o hegemonía de un segmento social específico.
El caso del gobierno de Maduro, heredero espurio, pero heredero al fin, del chavismo como régimen de contornos político-institucionales específicos , propios del despotismo militarista, cuyos rasgos dominantes son la composición social lumpen de su aristocracia y su adhesión a una variante ideológica póstuma del castrismo-stalinista, tiene su principal pilar de sostén es lo que se dio en llamar en la jerga sociológica de los años 80, el “establissment”, el establecimiento, es decir el cuerpo de poderes fácticos que defienden la estructura de poder.
Este stablissment está compuesto, en su segmento civil por: una burocracia político-partidista rapaz , de nivel profesional rústico y lastimoso, integrada por trepadores y logreros de origen social clase media baja, con títulos rebuscados y experiencia profesional nula, que les asignaba niveles de ingresos magros, correspondientes a capas clientelares en extremo oportunistas y desechables, generalmente guarecidas en el sistema educativo de las universidades autónomas de la Cuarta República, donde pululaban como clientelas de la llamada “izquierda”.
Con el poder de estado a su servicio, en todos estos años de depredación de abundantes dineros públicos, desviados directamente al beneficio y promoción de ingresos de su clientela social, el chavismo se convirtió en una numerosísima capa de funcionarios y activistas cuya misión de vagos al servicio del aparato del PSUV constituye una nada desdeñable fuente de control social. Su debilidad intrínseca sin embargo le viene dada por la indigestión ideológica variopinta que sus propios dirigentes trepadores les han infundido, con medias verdades sobre el igualitarismo, que se supone debe amparar a todos por igual, y es más bien la constatación de que todo esto es una estafa, lo que les hace díscolos, fracturados, rosqueros, fraccionalistas y por vocación desertores como a la postre ocurrió en los grandes partidos de la Cuarta.
El otro segmento, estadísticamente importante, es el constituido por miles de profesionales militares de todos los niveles, que tenían en común, para el grueso de quienes eran susceptibles al mensaje depredador chavista, el ser los segmentos menos calificados y de más baja respetabilidad entre los uniformados, destacándose entre ellos los de rápida vocación delictiva, usurpando o ejerciendo abusivamente funciones de autoridad pública.
El establecimiento chavista se ha envilecido a un grado tal de abyección que ya se hizo insoportable para la nación, por cuanto mutó plenamente a una naturaleza delincuencial que les permitió, a muchísimos de entre ellos, convertirse en militares acaudalados y en burócratas cuentadantes prominentes de funciones públicas, donde ocurre una especie de gran rebatiña y piñata de actividades de extorsión y depredación de dineros públicos. De ello resultó, que los cuerpos dirigentes de la burocracia del Estado, del partido y de las FFAA se convirtieran una casta de muy prósperos e impunes ladrones.
Ser Alcalde, Gobernador, alto funcionario oficial superior, es sinónimos de rico con patrimonio mal habido y también ya es notorio, en el caso de funcionarios de la oposición eternizados en cargos elegibles de cuentadantes del Estado, o de los entornos clientelares del segmento de dirección opositor, que estos copiaron sin dificultad esas conductas y lo común es encontrarse riquezas mal habidas entre ellos.
Estamos en presencia de una casta capitalista rapiñadora y delincuencial que si bien es roja de ideología postiza, práctica un culto privado a la riqueza y la corrupción y al delito económico, que les hace privilegiados en extremo. Esta no es una burocracia comunista, obligada por controles draconianos a ocultar sus haberes delictivos, esta es una burguesía delincuencial que es consustancial al capitalismo depredador del régimen chavista.
De no ser por la certeza de tener razón en este posicionamiento teórico y político, contra la tesis superficial que estamos ya en una copia del modelo cubano, que reúne características dispares y hasta opuestas a las sobradas manifestaciones de un régimen capitalista como el de Venezuela de 2014, sometido a la putrefacción inducida por la trama de controles y saqueos desde el aparato opresivo del Estado, me hubiera rendido a las supuestas evidencias sobre que ya estaríamos ante un régimen totalitario comunista de tipo castrista.
Y la razón para no aceptar esta impostura teórica y política radica, no solo por constatar la certeza de la extremada fragilidad que implica esa putrefacción del régimen venezolano, muy distinto al régimen socio político de Cuba anquilosado más allá del tiempo y del espacio, sino porque además lo aconsejable entonces sería emigrar si ese fuera el caso, o convertirse en clientela sumisa del régimen, lo cual no acepto como destino personal, ni menos para nuestro país, porque es un hecho que a diferencia del régimen cubano, a esta piltrafa institucional chavista se le puede expulsar del poder apenas “se alineen los planetas” lo que coloquialmente querría significar… cuando coincidan varios disparadores de crisis que tienden a la confluencia hacia el estallido, por implosión o explosión, por ruptura militar o por caos económico-social que lo induzca.
Pero además, al propio tiempo, el aceptar este régimen como si fuera el cubano, considerado como una realidad inmutable, definitiva, representa un fatalismo que nos sumerge bajo una losa de hierro y es lo que quieren los piratas procónsules cubanos que nos gobiernan, razón demás para rechazarla como tesis de hegemones con aspiraciones a ser aceptados con resignación, como ocurrió a los cubanos por más de 5 décadas.
El Chavismo debe y puede ser expulsado del poder cuanto antes mejor. La MUD jugó por 10 años a cohabitar con ellos, aspirando a ser considerados “esclavos de adentro” y los están logrando. El país de cimarrones rebeldes e insurrectos terminará por echar a esta casta delincuencial del poder y para ello hay que comenzar por construir una dirección política que tenga ese objetivo y no el de sumisión alcahuete solo rentable para los que también practiquen el negocio clientelar.
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