¿Puede esperarse un viraje de la MUD?
Por: Jesús Antonio Petit da Costa
Todo indica que la MUD correrá la suerte de las mujeres de los faraones: será enterrada junto con el gobierno títere del cual es comparsa.
La MUD era una alianza electoral de los partidos, hasta entonces de oposición, que participaban en las elecciones. Tenía por finalidad concentrar los votos para obtener mejores resultados. Posteriormente se convirtió en un partido de partidos (partidocracia) bajo el dominio de los colaboracionistas, quienes imponen su criterio. Entonces la MUD dejó de ser alianza electoral de oposición para transformarse en partido colaboracionista. Todos los partidos de oposición abandonaron su independencia y se sometieron a los colaboracionistas, que son mayoría en su seno, los que, a tal fin, invocan la unidad para imponer la renuncia a la oposición de calle. Nada que ponga en peligro la estabilidad de la tiranía comunista, que les retribuye su colaboración con cuotas de poder.
Así, pues, la MUD no es ya una alianza electoral de oposición sino un partido colaboracionista. Si fuese oposición, y no colaboracionista, tendría por objetivo primario liberar a Venezuela del dominio de Cuba combatiendo al gobierno títere mediante el uso de todas las formas de lucha. Hasta habría adoptado un lema parecido al que tuvo AD desde su fundación: “por una Venezuela libre y de los venezolanos” que ahora, cuando tiene mayor vigencia, los adecos mismos han abandonado. Si fuese oposición, y no colaboracionista, combatiría el comunismo, no sólo por contrario a la democracia, sino por ser una imposición imperial de Cuba en contra de la voluntad del pueblo venezolano. Si fuese oposición, y no colaboracionista, exigiría la destitución y enjuiciamiento del Alto Mando Militar y de todos los demás oficiales que se han proclamado “socialistas y chavistas”, rebelándose así contra la Constitución. Todo militar “socialista y chavista” es un golpista y como tal debe ser tratado. Si fuese oposición, y no colaboracionista, habría denunciado la reelección indefinida por servir de excusa constitucional a la perpetuación de la tiranía instaurada por el gobierno títere de Cuba y, en consecuencia, habría convertido en bandera suya la no-reelección, por lo menos la inmediata, obligando a sus miembros a renunciar a la reelección en sus cargos. Todos los reeleccionistas son cómplices de la perpetuación de la tiranía, de la cual se hacen parte, como clase dominante, al pasar por encima del principio republicano por excelencia que es la alternabilidad. Si fuese oposición, y no colaboracionista, imputaría a Cuba y el comunismo todos los males que padecemos los venezolanos: pobreza, inflación, escasez, inseguridad, deterioro de la calidad de vida, de la educación, de la salud, etc. y no simplemente a la incapacidad e ineficiencia de los gobernantes. Si fuera oposición, y no colaboracionista, imputaría la corrupción generalizada a la perpetuación en el poder de las mismas camarillas, convertidas en una sola oligarquía que se ha apoderado del país y ha saqueado sus riquezas valiéndose de la reelección indefinida. Si fuera oposición, y no colaboracionista, no rechazaría otra salida de la situación actual distinta a la electoral. Si fuera oposición, y no colaboracionista, habría aprovechado el ocultamiento de la partida de nacimiento de Maduro y del acta de defunción de Chávez para crear una crisis constitucional que podría concluir en una elección presidencial. Esto indica que ha pactado con Maduro que se quede hasta 2.019.
Al transformarse la MUD de alianza electoral, que debió seguir siendo, en partido colaboracionista, los partidos miembros perdieron su perfil ideológico y su autonomía estratégica, degenerando en maquinarias electorales de busca-puestos y cuida-puestos. Nada los diferencia, excepto las ambiciones personales de los dueños de las franquicias. De este modo, al quedar vacíos de mensaje y amarrados al clientelismo, se han convertido en instrumentos de la dominación de Cuba y de comparsas del gobierno títere. Son éstos, Cuba y sus títeres, los que tienen perfil ideológico y claridad estratégica. Los colaboracionistas de la MUD no son más que unos habladores de paja, sin sustancia y sin brújula.
La MUD, por ser apéndice y comparsa del gobierno títere, está condenada a correr su suerte. Sólo la salvaría dar un viraje estratégico. ¿ Es posible? No lo creo. No hay en los viejos partidos, AD y COPEI, nadie que los resucite asumiendo los principios de sus fundadores. No hay en los nuevos partidos, UNT y PJ, un aliento de vida interior, sino apetencia burocrática. No veo grandeza en ellos. Todo se les va en menudeo y trastienda.
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