Israel y Hamas no son lo mismo
Fuente: El Periódico - Guatemala
Por: CÉSAR A. GARCÍA E.
Israel es –necesariamente– un foco de atención mundial, hoy en día. Esta nación ciertamente sufrida y acosada, objeto de exterminios recurrentes, según lo registra la historia, también objetivo de discriminación, persecución, encarcelamiento en guetos y ejecuciones masivas injustificadas, ha sabido defenderse y lo que ha logrado su aguerrido pueblo, es –desde cualquier punto de vista– plausible. Ello también –necesariamente– ha despertado, durante toda la historia, envidias y odios, porque la gente perdedora –en su mayoría– codicia lo que los ganadores han logrado, por medio de su trabajo… aunque evidentemente no está dispuesta a trabajar como éstos, pero si presta, a arrebatarles lo que han obtenido.
En la Edad Media, los judíos fueron perseguidos, como “responsables de haber crucificado a Jesucristo”. Fue una excusa perfecta, para expropiarlos y asesinarlos. La razón real de estas persecuciones se originaba en la prosperidad económica judía, ya que muchos judíos eran grandes acreedores de gente que no quería pagar sus deudas… optaban entonces por eliminar al acreedor. Pese a que la Revolución Francesa, vindicó parcialmente a los judíos, en Europa, para mediados del siglo XIX, los movimientos antisemitas cobraban otra vez fuerza. Su persecución inició abiertamente –aún en la época de los zares– en Rusia, Rumania y Polonia, donde se cree vivían más de cuatro millones de judíos, estimándose que significaban el 20 por ciento de su población, dispersa en todo el mundo. Rusia finalmente legalizó el antisemitismo y ello indudablemente provocó que, entre los líderes revolucionarios rusos, se contaran muchos judíos que lucharon contra el férreo régimen del zar. La persecución judía de esos años los llevó a vivir en guetos, donde se rehusaron a sentirse vencidos y vivieron en una sorprendente solidaridad, en medio de la precariedad.
Para 1933, el pueblo judío empezaría a experimentar su máximo sufrimiento y luego de perder a pausas sus posesiones, a manos de envidiosos antisemitas, acusados de ser los causantes de todas las crisis económicas alemanas y –otra vez– de matar a Jesucristo, fueron diezmados en el Holocausto… pero no exterminados. Quince años después este admirable pueblo, recuperaría parte de la tierra que en su día le perteneció a Abraham, Isaac, Jacob, David, Salomón y muchos otros notables hombres, líderes del pueblo judío. Israel renació, entonces como una nación… con tierra principalmente desértica que han sabido convertir en un vergel. Hoy sus enemigos –casi el mundo entero– promueven socarronamente su destrucción… la prensa mundial, tristemente –por acción u omisión– se muestra antisemita. El mundo se empeña a equiparar a Hamas, un grupo subversivo e ilegal que usa a los civiles palestinos de escudo humano, con Israel… una nación hecha y derecha que se defiende estoicamente. Solamente del 7 al 9 de julio, Hamas ha lanzado más de 300 cohetes sobre Israel, de los cuales pocos han causado pérdidas humanas porque este pueblo defiende a los suyos… mientras Hamas propone a sus habitantes como carne de cañón y con ello –extrañamente– gana la simpatía del mundo. Dios bendiga a Israel ¡Piénselo!
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home