La Coronela puso a su hijo a cuidar los reales de la Salud.

Por: Braulio Jatar

Fuente: Reporte Confidencial

La médica pediatra, asimilada a la Aviación Militar, ocupó el despacho para la Salud desde el 28 de mayo de 2010, bajo la presidencia del fallecido Hugo Chávez y no fue ratificada en el cargo por presentar problemas de salud “que necesita atender”, dijo el presidente Nicolás Maduro al presentar su Gabinete el 21 de abril de 2013.

En trabajo de la periodista Lissette Cardona en el diario El Nacional nos ilustra sobre el caso de la exminista de la siguiente forma:

Eugenia Sader fue nombrada ministra de Salud por el expresidente Hugo Chávez el 28 de mayo de 2010. En 3 años de gestión, hasta abril de 2013, al menos 10 organizaciones entre públicas y privadas la denunciaron por irregularidades en su gestión frente al despacho que hoy enfrenta la crisis sanitaria más grave en décadas. El 19 de junio fue imputada de peculado doloso, asociación para delinquir y sobregiro presupuestario por el Ministerio Público.

En abril de 2011 Sader constituyó la Comisión de Licitaciones de la fundación. El secretario de esa comisión, encargada de evaluar a las empresas que ejecutarían las obras, era su hijo Eugen Enrique Bejarano Sader, según consta en la Gaceta Oficial 39656 del 4 de abril de 2011. 

Sader, llamada comúnmente “la Coronela”, por el rango que identifica su jerarquía como médico pediatra asimilada a la Aviación Militar Venezolana, fue acusada por ONG y centros de investigación por la omisión de la contratación del servicio de mantenimiento para los equipos de radioterapia del país que paralizaron los tratamientos para los pacientes con cáncer.

A inicios de junio de 2014 el Ministerio de Salud anunció la rescisión de los acuerdos de construcción con Conmed, una de las contratistas, debido a que las obras tenían al menos 10 meses paralizadas. Sin embargo, se había cancelado 80% de los recursos presupuestados. En la Memoria y Cuenta de 2012 aparece una mención al contrato hecho con Conmed, pero la fecha del pago es anterior a la aprobación de crédito adicional de la AN. 

Fundeeh en familia. En 2010, la Memoria y Cuenta reflejó que las obras apenas tuvieron un avance de 49%, por lo que 222 remodelaciones quedaron pendientes por ejecutar y actualmente la lista de espera por cirugías en hospitales llega a 30.000 personas.

En abril de 2011 Sader constituyó la Comisión de Licitaciones de la fundación. El secretario de esa comisión, encargada de evaluar a las empresas que ejecutarían las obras, era su hijo Eugen Enrique Bejarano Sader, según consta en la Gaceta Oficial 39656 del 4 de abril de 2011. La Memoria y Cuenta correspondiente a 2011 omitió las actividades realizadas por la referida dependencia en ese lapso.

Ismael León de Voluntad Popular ha señalado “La señora María Eugenia Sader hizo un convenio con dos proveedores de Argentina para el mantenimiento de estos instrumentos. De los 19 centros oncológicos dotados que había para ese momento en que Sader era ministra, solamente 5 funcionaron, y de esos 5 la mayoría tenía problemas de mantenimiento. Para el 2011 se invirtieron 9.1 millardos de bolívares para remodelar hospitales, pero había casi 600 obras paralizadas. 

Por su parte las diputadas Dinorah Figuera y Nora Bracho pidieron otra interpelación en 2012 por las fallas en la dotación de tratamientos para niños con leucemia del Hospital JM de Los Ríos.

En 2013 la Memoria y Cuenta reveló que la construcción de una planta para la fabricación de antibióticos en el país no se había concluido. Sin embargo, los materiales para fabricarlos se importaron y caducan a finales de este mes.

La Contraloría volvió a advertir con un informe que había poca claridad en la compra de los medicamentos. El documento señalaba que Sefar “adquirió los mismos tipos de medicamentos en cantidades mayores, con porcentajes de incrementos que oscilan entre 21,21% y 9.670,11%, sin justificación” entre 2012 y 2013.

Desde el PSUV , la diputada María Luisa Ososrio señaló que ella misma ha denunciado hechos de corrupción y mencionó, sin dar su nombre, a un tesorero de la República que ya no se encuentra en el país.