¿Con Estados Unidos o contra Estados Unidos?
Por: Jesús Petit da Costa
“Si las órdenes no están claras, es culpa del jefe” (Sun Tzu)
Los comunistas que forman el gobierno títere están contra Estados Unidos. Son sus enemigos declarados. Lo dicen con claridad y lo repiten hasta el cansancio. Los colaboracionistas de la MUD, que usurpan la oposición, no los contradicen. Mantienen una actitud ambigua. No se declaran abiertamente contra Estados Unidos, pero tampoco se dicen sus amigos. No hay un movimiento político que defina una posición opuesta a la sostenida por los títeres de Cuba. En este asunto transcendental, como en tantos otros, los títeres de Cuba no tienen contrapeso, porque no ha surgido un liderazgo de contraste, con definiciones claras y rotundas, que las diga sin miedo. Por este motivo reina la confusión en quienes se oponen al régimen, tanta que algunos caen en la trampa que los hace defender a criminales y ladrones como si fueran Venezuela.
En materia de política internacional la pregunta fundamental que debemos hacernos es la siguiente: ¿Estamos con Estados Unidos o contra Estados Unidos? Ya sabemos que la tiranía comunista, que sirve de títere a Cuba, está contra Estados Unidos. En la lógica de la política, como de la guerra, si ellos tienen esa posición la nuestra debe ser la contraria, porque “el enemigo de mi enemigo es mi amigo.” En consecuencia, si los títeres de Cuba son enemigos de Estados Unidos, siguiendo el ejemplo del país al cual sirven, los demócratas que los adversamos debemos ser amigos declarados de Estados Unidos. En esto no puede haber dudas. Y debe quedar claro.
Nuestro país está sometido al dominio de Cuba, representada aquí por un gobierno títere encabezado por un extranjero como lo era Emparam. Entonces nuestra primera tarea es la liberación de Venezuela, esta vez de Cuba. Para lograrlo tenemos varios obstáculos. El primero, Cuba, enemigo de Estados Unidos y de la Venezuela democrática. El segundo, el cerco montado por Cuba para impedir que Venezuela se libere, una especie de Santa Alianza llamada UNASUR integrada por los gobiernos presididos por los miembros de la Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo), enemiga de Estados Unidos y de la Venezuela democrática. El tercero, la alianza de Cuba y su gobierno títere con Rusia, enemigo de Estados Unidos y de la Venezuela democrática, que ha ido convirtiendo a nuestro país en su base militar. El cuarto, la alianza de Cuba y su gobierno títere con el terrorismo islámico, enemigo de Estados Unidos y de la Venezuela democrática. Y, por último, la unión de Cuba y su gobierno títere con las guerrillas colombianas, que han montado en territorio ocupado de Venezuela la principal empresa del tráfico de drogas, el cual usan como arma estratégica contra Estados Unidos, pretendiendo su derrota mediante el envenenamiento de su juventud.
Todos estos enemigos de Estados Unidos son enemigos de la Venezuela democrática. Y todos estos enemigos de la Venezuela democrática son enemigos de Estados Unidos. Si tenemos enemigos comunes, resulta obvio que, en función del interés nacional, debemos estar con Estados Unidos y no contra Estados Unidos. La cuestión es muy sencilla: Estados Unidos tiene que enfrentar a estos enemigos suyos que amenazan su seguridad nacional. En la medida que los enfrente nos ayuda a nosotros en la lucha por la liberación nacional y la democracia. Al golpear Estados Unidos a estos enemigos suyos, nos favorece a los demócratas venezolanos porque son también nuestros enemigos.
La base de la amistad entre Estados Unidos y la Venezuela democrática está en que compartimos enemigos comunes, por lo cual la lucha contra ellos nos beneficia mutuamente. Resulta evidente además que Estados Unidos diferencia entre su enemigo declarado, el gobierno títere, y el pueblo de Venezuela al cual sostiene. Estados Unidos no nos ha invadido ni intervenido; por el contrario, nos sostiene a los venezolanos. Al comprar el petróleo y pagarlo en efectivo Estados Unidos está sosteniendo al pueblo venezolano, porque sin este ingreso sufriríamos hambruna. Es un gesto de amistad hacia nosotros comprar nuestro petróleo obviando que el gobierno títere es su enemigo declarado que se ha unido a todos sus enemigos en el mundo. Los demócratas debemos valorar este gesto y decirlo sin complejo.
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