Las complicaciones de la relación Venezuela-Estados Unidos
Fuente: OBSERVANTO
Por: Sebastián Do Rosario *
A principios de este año, el 9 de Marzo de 2015, Barack Obama declaró que Venezuela era una “amenaza para la seguridad nacional” e impuso sanciones contra siete funcionarios venezolanos por presuntas violaciones a los derechos humanos en su país. El hecho tensó aún más la relación diplomática entre ambos países, que desde 2008 no tienen Embajadores en sus respectivas capitales y, desde la muerte de Hugo Chávez en 2013, su sucesor en el poder – Nicolás Maduro – ha incrementado su retórica contra Washington. Maduro incluso llegó a mencionar que estas sanciones atentaban contra el pueblo de Venezuela y que se avecinaba una intervención militar norteamericana en territorio venezolano…la cual no ocurrió.
La declaración de Venezuela como una “amenaza” para la seguridad nacional norteamericana fue el primer paso necesario para iniciar un programa de sanciones; decisión que estuvo más bien vinculada a presiones domésticas opositoras que critican férreamente la política exterior del mandatario norteamericano hacia Cuba, quien luego de extensas negociaciones con los Castro ha emprendido la reapertura mutua de Embajadas. Si bien las tensiones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos son reales, la realidad muestra también que las relaciones comerciales entre ambos países han sido fructíferas: Estados Unidos es uno de los principales compradores del petróleo venezolano. De hecho, antes de que se realizara en Panamá la Cumbre de las Américas, el Consejero del Departamento de Estado, Thomas A. Shannon Jr. visitó Caracas y se reunió con Maduro y con Delcy Rodríguez, la Ministro de Relaciones Exteriores, en vistas de continuar el diálogo diplomático que tienda a “normalizar” las relaciones entre ambos países. Poco después, Benjamin J. Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas, en una entrevista telefónica con periodistas sostuvo que “Estados Unidos no considera que Venezuela represente algún tipo de amenaza para nuestra seguridad nacional” .
El deterioro que viene sufriendo la relación entre Estados Unidos y Venezuela se debe una combinación de factores domésticos y externos en ambos países. Es claro que Venezuela realmente no representó ni representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y que esta medida -entre la variedad de opciones disponibles - tomada por el gobierno norteamericano, a pesar de lo grave que puede parecer por las palabras utilizadas, en la práctica sólo afectó a siete personas que no podrán pisar suelo norteamericano ni realizar negocios con ciudadanos o empresas norteamericanas.
Creo que es necesario evaluar el rol desempeñado hasta el momento por un actor institucional clave como la UNASUR y repensar estrategias a futuro que puedan garantizar unas relaciones estables y duraderas entre Venezuela y Estados Unidos en particular, y de la región con Estados Unidos en general; teniendo en cuenta que la existente dinámica facciosa de la política norteamericana tiende a debilitar los intentos de normalización de las relaciones de Estados Unidos con Venezuela. Cabe preguntarse también si esta dinámica no ha terminado beneficiando a Maduro y su postura intransigente, ya que no ha hecho más que alentar al mandatario venezolano a presionar por más concesiones para el Poder Ejecutivo venezolano , al mismo tiempo que debilita a la oposición.
La delicada situación en Venezuela - que recientemente ha llevado a cabo elecciones legislativas- requiere que la UNASUR continúe ofreciendo los buenos oficios necesarios para aunar posiciones entre el gobierno de Maduro y la oposición, a la vez que sirva de apoyo al diálogo entre Venezuela y Estados Unidos en la búsqueda de la normalización de sus relaciones. Algunas de las principales amenazas para los Estados Unidos y los países de América Latina y el Caribe son principalmente transnacionales y no estatales (como el narcotráfico, el tráfico de personas) y requieren de la estabilidad de las relaciones para emprender firmes iniciativas cooperativas que apunten a darle una solución. El deterioro de estas relaciones afectaría seriamente a la estabilidad de Venezuela ya que se expondría a más decisiones unilaterales de Estados Unidos; así como también afectaría a la UNASUR, la cual quedaría relegada a un plano secundario y sin capacidades para presionar diplomáticamente sobre Maduro.
Etiquetas: narcotráfico, terrorismo
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