Reventemos la tenaza opresora
Por: Jesús Antonio Petit Da Costa
Fuente: Frente Libertad
*Atacando desde afuera (gobierno en el exilio) y desde adentro (resistencia clandestina)
Terminamos 2017 sumidos en una hecatombe socioeconómica y humana. La economía cayó en 12-14% (una barbaridad) y la inflación pasó del 2.000%. Un caso único de hiperestanflación (recesión extrema con hiperinflación), que trae por consecuencia desempleo masivo (más del 70% entre descubierto y encubierto), desnutrición y hambruna que ha afectado primero a los trabajadores tanto desempleados como empleados (salario de hambre: US$ 6 al mes y 0.21 por día—Bs. 797.510 total entre 123.110 precio dólar). Se ha profundizado así el proceso de destrucción material y humana del país, que no se detiene sino sigue camino a la aniquilación total. “No existe en la historia del planeta un desastre mayor que éste”, ha dicho el profesor Richard Thaler, Premio Nobel de Economía de 2017, quien nos ha emplazado a los venezolanos exclamando: “¿Será que en Venezuela no hay nadie que frene ese gran desastre que está haciendo su presidente?”
No lo ha habido hasta ahora, para vergüenza nuestra, porque todos los brotes de rebelión han sido ahogados por la oligarquía gobernante actuando como tenaza: los títeres que ejercen el gobierno delegado de Cuba y los colaboracionistas de la MUD presentándose como oposición. Entre ambos han atenazado al pueblo con la tesis leguleya de la salida electoral, que sólo ha servido para engañarlo mientras ellos se reparten cargos y presupuesto. Afortunadamente Maduro, jefe de los títeres, y la MUD colaboracionista ya no tienen pueblo. Lo perdieron. Está abierto, pues, el espacio para la rebelión cívico-militar. A los formalistas recordémosle que desde Santo Tomás de Aquino el derecho de rebelión contra la tiranía es regla moral sacrosanta, convertida luego en constitucional. Y con mayor razón si la motiva la urgencia de sobrevivir ante el peligro de muerte por hambre o desamparo sanitario (estado de necesidad). Y aún más si se cumple así el deber patriótico de restablecer la independencia, soberanía y honor nacional perdidos ante Cuba, derrocando a una narcotiranía de traidores a la patria.
Ha llegado el momento de actuar, haciéndolo en dos frentes: el de afuera y el de adentro. Repito mi sugerencia cómo organizar el de afuera (un De Gaulle con tropa). Hay dos millones de venezolanos en el extranjero, entre exiliados y refugiados. Es un ejército inactivo. Procedamos a movilizarlo. Que un grupo de exiliados solicite al TSJ legítimo que declare que la AN ha incurrido en estas omisiones constitucionales:
1) Después de declarar roto el orden constitucional el 23-10-16, no procedió a restablecer la vigencia efectiva de la Constitución como lo ordena el 333; y,
2) Después de cesar a Maduro en el cargo de presidente el 09-01-17, conforme al 233, no procedió a nombrarle sustituto, el cual asumirá en el mismo acto la función de Comandante en Jefe de la FAN, debiéndose convocar a elección presidencial dentro de los 30 días siguientes, que con este fin se le cesó antes del 10-01-17. Y que declaradas estas omisiones constitucionales, que son obvias, el TSJ le fije un plazo a la AN para subsanarlas. Si la AN no lo hace, el TSJ procede en consecuencia nombrando el Presidente en el exilio, quien con tal carácter solicitará apoyo internacional para liberar a Venezuela encabezando en este sentido la movilización de exiliados y refugiados.
Si por cualquier motivo esta vía se cierra (por obediencia del TSJ a los colaboracionistas), sugiero entonces que los 2 millones de venezolanos en el extranjero elijan un presidente en el exilio votando del mismo modo que lo hicieron en el plebiscito del 16-07-17. El presidente en el exilio (De Gaulle con tropa de exiliados y refugiados), que sería provisional hasta el restablecimiento de la democracia, tendría como tarea conseguir apoyo internacional para derrocar la narcotiranía de los traidores a la patria. Y, como tal, serviría de elemento de presión sobre la AN dominada por los colaboracionistas y sobre todo daría impulso a la movilización interna, ya que dentro del país actuaría simultáneamente una red clandestina, repitiéndose la experiencia vivida en la Francia ocupada y aquí durante la dictadura anterior: una dirección en el extranjero y una red adentro.
Ambos frentes constituirían la ALIANZA LIBERTADORA, la cual rompería la tenaza opresora que integran títeres y colaboracionistas, libertando a Venezuela de la narcotiranía comunista, servil a Cuba, causante de todas las desgracias que padece el pueblo.
Etiquetas: FANB, Hiperinflacion, Legitimo TSJ, MUD CORRUPTA, narcoestado, Petit da Costa
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