Nexos con Hezbolá y líos de Saab golpearían a Maduro y a sus alfiles
A versión de que El Aissami es cercano al grupo terrorista, se une supuesto lavado con cajas Clap.
Por: UNIDAD INVESTIGATIVA
Fuente: El Tiempo - Bogota
Agentes le tomaron fotos a Delcy Rodríguez con la típica ‘hatta’ o pañuelo que algunos relacionan con Hezbolá. Foto: Archivo particular
En los últimos días, agentes de la DEA han ingresado en varias oportunidades a la prisión española Soto del Real, donde está recluido el general (r) Hugo Carvajal, exjefe de inteligencia y contrainteligencia venezolano.
El militar se resiste a ser extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, bajo el argumento de que es un mero acto político. Pero accedió a dialogar con los federales para obtener beneficios judiciales a cambio de información que tiene sobre Nicolás Maduro y los alfiles que lo mantienen en el poder.
EL TIEMPO estableció que uno de los temas sobre el tapete es el de los nexos del régimen con el grupo terrorista Hezbolá, calificado por el gobierno Trump como la principal amenaza de seguridad de su país.
Hay quienes creen que ese tema, unido a la gigantesca operación de lavado de activos con las llamadas cajas de alimentos Clap –revelada hace 8 días por el Departamento del Tesoro–, podrían terminar por cerrarle el cerco internacional al régimen de Maduro. Y en ese capítulo, un colombiano es clave: Ález Saab Morán. Pasaportes y tierra
Sobre Hezbolá, hay indicios de todo tipo. Sus voceros fueron los primeros en salir a respaldar a Maduro, el 24 de enero, luego de que Juan Guaidó se proclamó presidente interino. Tres días después, desde Beirut, el embajador venezolano Jesús González se reunió con Mohammad Raad, jefe parlamentario de Hezbolá, quien declaró que “la resistencia islámica está al lado de Venezuela y su liderazgo legítimo”.
Y a los ocho días, en el Congreso de los Pueblos, la vicepresidenta Delcy Rodríguez –quien tiene varios viajes a países donde hace presencia Hezbolá– fue fotografiada con la tradicional ‘hatta’ o ‘kufiyya’, el pañuelo palestino que también suele usar Hasan Nasrallah, líder de ese grupo extremista.
“Nuestra solidaridad con el pueblo palestino (...) Sabemos que ha sido una de las víctimas del imperialismo y del sionismo”, dijo Rodríguez en esa ocasión.
Pero más allá del simbolismo de estos episodios, Carvajal tendría cómo demostrar supuestas alianzas de Hezbolá con Tareck El Aissami, vicepresidente del área Económica y ministro de Industria de Venezuela.
El autoproclamado chavista radical es de origen sirio-libanés y a él se le atribuye haber gestionado que 173 sirios, libaneses, jordanos, iraquíes e iraníes ligados a Hezbolá obtuvieran pasaporte venezolano para sacarlos del radar de los agentes que les siguen la pista.
La operación se habría coordinado desde las embajadas venezolanas en Damasco (Siria) y Jordania, donde trabajó Husam El Aissami, familiar de Tareck El Aissami, a quien Estados Unidos ya ha sancionado.
Además, EL TIEMPO estableció que desde hace al menos tres años, miembros de Hezbolá se asentaron en el estado de Bolívar, rico en minas de oro y diamante. Se dice que están cerca del lago Guri –origen de la reciente oleada de apagones– y que mantienen anillos de seguridad.
La información la confirmó el diputado opositor, oriundo de esa región, Américo de Grazia, quien también precisó que la llegada del grupo terrorista acabó con el ingreso que por turismo tenía esa zona.
“No se sabe a cambio de qué Tareck El Aissami ayudó a esa gente a llegar. Compraron las tierras donde funcionaban negocios legales y sacaron a la gente”, le dijo De Grazia a EL TIEMPO.
El jueves, el periódico ‘The New York Times’ reveló que la inteligencia venezolana tiene documentos que probarían los nexos de Tareck El Aissami con Hezbolá.
El factor Saab
Estados Unidos también está atento a la suerte del colombiano Álex Saab, testaferro de Maduro, según la fiscal en el exilio Luisa Ortega.
Este miércoles, la Fiscalía intentará imputarle cargos –por tercera vez– por contrabando de telas y pedirá una circular roja de Interpol para su captura.
A ese caso se le une una indagación reservada por sus supuestos nexos con Hezbolá, que un agente de la Dijín filtró, y su lucrativo negocio con las llamadas cajas Clap, que para Estados Unidos lo convierten en “facilitador financiero del régimen”.
La defensa de Saab niega tajantemente el testaferrato, el lavado y el contrabando, y más aún los nexos con Hezbolá. Pero algunos creen que si termina enredado por las Clap o le expiden la circular roja, sería un gran golpe para el régimen.
Por ahora, Estados Unidos le sigue el rastro al negocio de las Clap que Saab trasladó a Turquía. Poco después de que el barranquillero aterrizó allí, empezó el intercambio de oro venezolanas por alimentos turcos.
Y la DEA también indaga una nueva denuncia que ya conoce la Fiscalía de Colombia: la pérdida de 230.000 armas de bases castrenses venezolanas. La ONG FundaRedes dice que una parte del arsenal habría terminado en manos del Eln y de las disidencias de las Farc.
En cuanto a Hezbolá, Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, ya lanzó una advertencia: “Sus células activas están impactando en las vidas de los venezolanos y de América del Sur. Y tenemos una obligación de bajar ese riesgo”.
UNIDAD INVESTIGATIVA
u.investigativa@eltiempo.com
En Twitter: @uinvestigativa
Etiquetas: Alex Saab, Clap, Departamento del Tesoro, Hezbollah, lavado de dinero
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