Maduro, premio Nobel de la paz
LA PLUMA CONTRA LA ESPADA
Por: José Manuel Patón
Fuente LaTribuna de Talavera
El que un conductor de autobús de Caracas con el que había tenido la típica conversación de bar el 'general Chaves', se convirtiera en presidente de un país, así del tirón, carece de importancia. Aquí también hay cajeras de ministras, también así del tirón o del chupetón, y nadie se inmuta. No tengo nada en contra de los conductores de autobús en general, porque conducir un autobús implica una responsabilidad muy alta, tanto para los que viajan en el autobús como para el resto de los viandantes. Pero ello exige un carnet de primera, tras un examen psicológico, no sea que por un quítame esas pajas de un conflicto familiar estrellen el autobús como le pasó a aquel piloto que estaba cabreado con el mundo y estrelló el avión llevándose por delante a un montón de pasajeros inocentes. No sé si en Venezuela exigirán examen psicológico para conducir un autobús, pero parece que no, porque a Maduro se le ha ido la pinza totalmente, y no ha podido renovar el carnet de conducir.
Resulta que el tal Maduro, que reprime a la oposición mediante censura y encarcelamiento, que reprime las manifestaciones a tiros, ahora pretende que países democráticos como EE.UU. y España encarcelen a su oposición. Pues así está pasando. Maduro, el tirano que gobierna Venezuela de donde ha huido el 25% de la población, cifra solo equivalente a la Ucrania en guerra, pretende que España meta en la cárcel y entregue, para su encarcelamiento y tortura en las cárceles venezolanas actuales, a la presidenta y vicepresidenta del parlamento venezolano, que tuvieron que huir de su país como tantos por temor a la dictadura estalinista de Venezuela. Los conejos cazando a los cazadores.
La policía chavista ha encontrado un nicho perfecto para perpetrar otras de sus estafas políticas. Como resulta que Venezuela firmó hace mucho un convenio para la extradición de los delincuentes, el gobierno venezolano ha aprovechado la existencia de este convenio internacional para pedir el apresamiento de los que se han exiliado a terceros países para no sufrir la persecución política. No han cometido ningún delito, no han sido juzgados por vulneración de ningún código penal, ni siquiera han sido condenados por dar un tirón a un bolso de una anciana. Lo único que han cometido es oponerse a una dictadura que han convertido a Venezuela en un país pobre, y habiendo sido acogidos por una democracia, son víctimas de la chifladura y vehemencia de un opresor.
Seguro que si encarcela a todos los opositores exiliados, reprimiendo manifestaciones a tiros, convertirá a Venezuela en el país más pacífico del mundo, pobre, muerto de hambre, pero sin que nadie se atreva a poner en duda la palabra del Señor. Así están Irán, Corea del Norte, etc., donde para ejemplo de los disidentes los cuelgan en una grúa o los lapidan en la plaza más importante de la capital, para escarmiento y miedo de los que quedan. Maduro así podrá presumir de un país pacífico y pedir que le den el premio Nobel de la Paz.
¡Qué güebos!
Etiquetas: Nicolas Maduro
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