Nadie Es Completamente Inocente
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Fecha: 17/05/05
Cuando el vituperado diputado Tascón publicó su lista, que sirvió para perseguir a los opositores, fue aupado a rabiar por quienes hoy lo condenan. La jauría de aduladores que hacen presa del diputado, creen que reprobándolo, se congracian con el Presidente. A fin de cuentas y en justicia fue éste quien tomo la iniciativa de lanzar a la basura la infausta lista junto con su mentor.
El diputado Tascón está recibiendo una dosis letal de su propia medicina. Este personaje en Nueva Esparta atropelló e insultó a la militancia revolucionaria, para adular al defenestrado gobernador Navarro. Aprovechando la nocturnidad junto con sus perseguidores de hoy, en otrora cómplices, vulneró el derecho de los ciudadanos neoespartanos de escoger a sus representantes, para las elecciones de octubre de 2004.
Los injustos están condenados a sufrir las consecuencias de sus propias iniquidades. Igual suerte aguardará a los verdugos del diputado Tascón. Se trata de un círculo perverso e infame. Una especie de espiral de miserias humanas, que carcomen las entrañas de esas organizaciones que parecieran constituirse mas bien, para medrar a expensas del poder circunstancial ostentado y hostigar a los débiles, que para satisfacer las necesidades y aspiraciones del pueblo que los eligió.
Las acciones deplorables del Diputado Tascón deben ser sancionadas por los venezolanos en general, pero en particular por todos los factores de izquierda, quienes a lo largo del siglo XX, sufrimos discriminaciones, atropellos, persecuciones políticas, destierros, perdida de seres queridos en cárceles infernales o torturados por los esbirros de turno.
Si el Diputado Tascón estaba consciente del daño que estaba causando a inocentes, cuyo único delito fue pensar de manera distinta, jamás lo sabremos. Tal vez lo sospechaba y no hizo nada para evitarlo. Aunque soy de la opinión que nadie es completamente inocente.
Cuando el vituperado diputado Tascón publicó su lista, que sirvió para perseguir a los opositores, fue aupado a rabiar por quienes hoy lo condenan. La jauría de aduladores que hacen presa del diputado, creen que reprobándolo, se congracian con el Presidente. A fin de cuentas y en justicia fue éste quien tomo la iniciativa de lanzar a la basura la infausta lista junto con su mentor.
El diputado Tascón está recibiendo una dosis letal de su propia medicina. Este personaje en Nueva Esparta atropelló e insultó a la militancia revolucionaria, para adular al defenestrado gobernador Navarro. Aprovechando la nocturnidad junto con sus perseguidores de hoy, en otrora cómplices, vulneró el derecho de los ciudadanos neoespartanos de escoger a sus representantes, para las elecciones de octubre de 2004.
Los injustos están condenados a sufrir las consecuencias de sus propias iniquidades. Igual suerte aguardará a los verdugos del diputado Tascón. Se trata de un círculo perverso e infame. Una especie de espiral de miserias humanas, que carcomen las entrañas de esas organizaciones que parecieran constituirse mas bien, para medrar a expensas del poder circunstancial ostentado y hostigar a los débiles, que para satisfacer las necesidades y aspiraciones del pueblo que los eligió.
Las acciones deplorables del Diputado Tascón deben ser sancionadas por los venezolanos en general, pero en particular por todos los factores de izquierda, quienes a lo largo del siglo XX, sufrimos discriminaciones, atropellos, persecuciones políticas, destierros, perdida de seres queridos en cárceles infernales o torturados por los esbirros de turno.
Si el Diputado Tascón estaba consciente del daño que estaba causando a inocentes, cuyo único delito fue pensar de manera distinta, jamás lo sabremos. Tal vez lo sospechaba y no hizo nada para evitarlo. Aunque soy de la opinión que nadie es completamente inocente.
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