Totalitarismo en Construcción
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Infructuosos han sido todos los esfuerzos realizados, para transformar y ajustar a los partidos que acompañan al llamado "proceso" de cambios revolucionarios, a los preceptos contentivos en la Constitución. Existe una agenda ya no tan oculta, para torcerle el rumbo a la revolución inspirada originalmente en el pensamiento bolivariano.
Algunos grupos militaristas, se han hecho de posiciones de dirección política partidista y en el alto gobierno, para destruir la institucionalidad y usurpar la totalidad de las relaciones sociales, con el objetivo de sentar las bases para constituir un sistema totalitario, bajo el ardid de estar defendiendo los derechos de las mayorías desposeídas del país.
Las manifestaciones son evidentes: exterminio de las disidencias internas en los llamados partidos del cambio; freno a la libertad de conciencia y a la formación política del pueblo; aniquilación de las organizaciones alternativas afectas al "proceso", para el establecimiento de un partido único; conculcación, limitación o centralización de las actividades económicas privilegiando a la neo oligarquía revolucionaria; cerco sobre los medios de comunicación que proyectan otras visiones de país; ocupación de todos los espacios de lucha popular individuales y colectivos impidiendo su movilización; envilecimiento de la sociedad mediante la corrupción de los liderazgos, a través de dádivas, contratos o créditos a fondo perdido; promoción del centralismo y el liderazgo único e infalible.
La formación política del pueblo, la ética y la conversión de los movimientos de masas en movimientos conscientes con capacidad para discernir e interpretar el momento histórico de la patria, son los antídotos para contrarrestar a los grupos militaristas, impulsores del totalitarismo.
Las cartas están echadas. El futuro del país pende de la capacidad de organización y movilización del pueblo consciente para defender el estado de derecho y dar al traste con el modelo totalitario que esta en plena construcción.
Infructuosos han sido todos los esfuerzos realizados, para transformar y ajustar a los partidos que acompañan al llamado "proceso" de cambios revolucionarios, a los preceptos contentivos en la Constitución. Existe una agenda ya no tan oculta, para torcerle el rumbo a la revolución inspirada originalmente en el pensamiento bolivariano.
Algunos grupos militaristas, se han hecho de posiciones de dirección política partidista y en el alto gobierno, para destruir la institucionalidad y usurpar la totalidad de las relaciones sociales, con el objetivo de sentar las bases para constituir un sistema totalitario, bajo el ardid de estar defendiendo los derechos de las mayorías desposeídas del país.
Las manifestaciones son evidentes: exterminio de las disidencias internas en los llamados partidos del cambio; freno a la libertad de conciencia y a la formación política del pueblo; aniquilación de las organizaciones alternativas afectas al "proceso", para el establecimiento de un partido único; conculcación, limitación o centralización de las actividades económicas privilegiando a la neo oligarquía revolucionaria; cerco sobre los medios de comunicación que proyectan otras visiones de país; ocupación de todos los espacios de lucha popular individuales y colectivos impidiendo su movilización; envilecimiento de la sociedad mediante la corrupción de los liderazgos, a través de dádivas, contratos o créditos a fondo perdido; promoción del centralismo y el liderazgo único e infalible.
La formación política del pueblo, la ética y la conversión de los movimientos de masas en movimientos conscientes con capacidad para discernir e interpretar el momento histórico de la patria, son los antídotos para contrarrestar a los grupos militaristas, impulsores del totalitarismo.
Las cartas están echadas. El futuro del país pende de la capacidad de organización y movilización del pueblo consciente para defender el estado de derecho y dar al traste con el modelo totalitario que esta en plena construcción.
Etiquetas: totalitarismo
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