La Oposición Bolivariana
Por: Argelia Ríos
El gobierno teme a una reacción de los sectores populares. Las tensiones en ese campo están identificadas. Es cierto, como dice el timonel, que las condiciones no son equivalentes a las que estuvieron presentes en las circunstancias del 27 de febrero de 1989... Sin duda, el país ha cambiado, aunque es ése cambio el que le añade novedosos riesgos al momento... Es evidente que, al menos por lo pronto, el programa diario del presidente no está generando el efecto esperado. Hasta la propaganda rinde menos frutos. Quienes más le prestan atención al mandatario son los ciudadanos que le adversan: aquéllos a quienes no está dirigido el esfuerzo pedagógico... La ausencia de alimentos básicos esteriliza los temas `hiperpolíticos´ de la revolución. Por causa de necesidades tangibles, los seguidores del presidente lo están comenzando a evaluar de un modo más pragmático. La realidad arrastra a Chávez al campo de donde había logrado distanciase por largo rato.
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El líder del "gran salto" -del Socialismo del Siglo XXI, de la multipolaridad, de la solidaridad internacional y de la nueva geometría del poder- está hoy expuesto a la rutina propia de los jefes de Estado `normales. Para su pesar, la escasez y la espiral inflacionaria no tienen soluciones prontas, ni siquiera adoptando las decisiones más acertadas... En un contexto como éste, cualquier otra iniciativa ideológica `grandi-efectista´ del presidente luciría descolocada del mapa de prioridades del venezolano corriente. Desde luego, Chávez es un hombre arriesgado para quien el peligro es una afición... Eso explica la inquietud de los cuadros políticos del proceso. La habilidad del Presidente para reinventarse les tranquiliza, aun cuando ya comienzan a preguntarse si la capacidad personal del jefe alcanzará para contener el desconcierto de su clientela, e impedir que ésta haga un salto hacia la crítica abierta y violenta.
El líder del "gran salto" -del Socialismo del Siglo XXI, de la multipolaridad, de la solidaridad internacional y de la nueva geometría del poder- está hoy expuesto a la rutina propia de los jefes de Estado `normales. Para su pesar, la escasez y la espiral inflacionaria no tienen soluciones prontas, ni siquiera adoptando las decisiones más acertadas... En un contexto como éste, cualquier otra iniciativa ideológica `grandi-efectista´ del presidente luciría descolocada del mapa de prioridades del venezolano corriente. Desde luego, Chávez es un hombre arriesgado para quien el peligro es una afición... Eso explica la inquietud de los cuadros políticos del proceso. La habilidad del Presidente para reinventarse les tranquiliza, aun cuando ya comienzan a preguntarse si la capacidad personal del jefe alcanzará para contener el desconcierto de su clientela, e impedir que ésta haga un salto hacia la crítica abierta y violenta.
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Pocas veces el mundo bolivariano se ha sentido como ahora, atento al suspenso de una coyuntura tan frágil. La preocupación está justificada: el pueblo "empoderado" jamás reaccionará con los códigos propios de la clase media. Los pobres no sienten miedo. Tampoco están cansados, porque ahora es cuando comienzan a ensayar la protesta. José Vicente Rangel intuye que Chávez puede salir muy mal parado de este trance... Un error de cálculo, o una lectura equivocada del entorno puede transformarse en el disparadero de eventos que sólo podrían sofocarse mediante la represión... Si eso ocurriera, "el proceso" y el líder perderían sus encantos. El futuro del chavismo sin Chávez quedaría marcado por ese sino. Por ahora, sus exponentes no tienen acompañamiento popular. Pero eso es sólo por ahora. El conflicto dividiría a la alianza y cambiaría la actual soledad de esa "oposición bolivariana"
Pocas veces el mundo bolivariano se ha sentido como ahora, atento al suspenso de una coyuntura tan frágil. La preocupación está justificada: el pueblo "empoderado" jamás reaccionará con los códigos propios de la clase media. Los pobres no sienten miedo. Tampoco están cansados, porque ahora es cuando comienzan a ensayar la protesta. José Vicente Rangel intuye que Chávez puede salir muy mal parado de este trance... Un error de cálculo, o una lectura equivocada del entorno puede transformarse en el disparadero de eventos que sólo podrían sofocarse mediante la represión... Si eso ocurriera, "el proceso" y el líder perderían sus encantos. El futuro del chavismo sin Chávez quedaría marcado por ese sino. Por ahora, sus exponentes no tienen acompañamiento popular. Pero eso es sólo por ahora. El conflicto dividiría a la alianza y cambiaría la actual soledad de esa "oposición bolivariana"
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