La Revolución vs. Los Derechos Humanos
Por Alfredo Michelena
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue acusada por el gobierno bolivariano de 'mala fe', 'parcialidad' y 'tergiversar informaciones' como respuesta a las preocupaciones que ha manifestado por la situación de los DD.HH. en el país.
A la Comisión le preocupan las numerosas denuncias sobre la falta de independencia de los poderes del Estado, las restricciones a la libertad de expresión, la polarización social y política, la hostilidad hacia las organizaciones de derechos humanos y la impunidad en casos de violación de DD.HH.
La posición de antagonismo hacia los sistemas de protección DD.HH. no es nueva, pero comenzó a perfilarse claramente cuando el gobierno bolivariano se opuso a la creación al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las NN.UU.
Luego en búsqueda de justificar su proyecto autoritario, la revolución estableció distancia de los conceptos fundamentales de los DD.HH. cuando en la reunión inaugural del Consejo la vice-ministro de Relaciones Exteriores dijo "Todos los derechos son importantes, pero forma parte de la lógica biológica y humana que es mucho más importante alimentarse que poder formar parte de un partido político, tener un trabajo digno que vivir en un sistema democrático, saber leer y escribir que tener libertad de expresión". Al igual que lo hace Cuba y lo hizo la Unión Soviética y el Pol Pot, se pretende acabar con la libertades civiles y políticas para conseguir un desarrollo económico y un bienestar social que nunca llega.
Pero más grave aún es que la violación de los DD.HH. está en aumento. Parece macabro poder decir sin que nadie se inmute que, en lo que va del siglo se han producido casi 100.000 asesinatos, o recordar los abusos policiales o militares en La Paragua, en Kennedy, en Fuerte Mara o en Apure, o referirse a los grupos parapoliciales que deambulan cometiendo crímenes, o a los más de 120 sindicalistas asesinados sólo en el Edo. Bolívar, o a las seis mil víctimas reconocidas de ejecuciones extrajudiciales. Además de que la represión a las protestas reivindicativas ha aumentado significativamente. Quizás nos estamos acostumbrando y aceptamos incomprensiblemente la confiscación de todos los poderes, la existencia de los presos políticos, al apartheid de la lista Tascón, entre otras muchas violaciones.
La CIDH reclama que durante los últimos cuatro años no ha podido realizar una visita oficial para comprobar los avances en los DD.HH. y poder brindar recomendaciones más específicas. Pero esto no es casual, pues es política del gobierno bolivariano no permitir estas visitas, como lo indica que tampoco han aceptado dispensar una invitación abierta a los mecanismos del sistema de DD.HH. de Naciones Unidas, siendo junto a Cuba los únicos países latinoamericanos, con esa ingrata distinción.
El gobierno revolucionario quiere sacar a los sistemas de protección internacional de los DD.HH. fuera de Venezuela para poder actuar con libertad en su proceso de estrangulamiento progresivo de los derechos civiles y las libertades fundamentales.
Los gritos en defensa de los DD.HH. no se oyen y si se oyen no se valoran. La CIDH ha salido muy valientemente a certificar la situación crítica de los DD.HH. en Venezuela, pero lamentablemente parece que habrá que esperar una crisis catastrófica humanitaria. Entonces quizás el mundo político nacional e internacional despierte ante esta cruel situación y asuma defensa de los derechos universales del hombre en Venezuela.
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