¿Cuál modelo económico?
Por: Orlando Ochoa
Si en algo no hay divergencias entre gobierno y oposición es en los anuncios para promover el desarrollo de Venezuela y alcanzar el bienestar colectivo con prosperidad y equidad. No obstante, lo importante son los medios que se proponen, las instituciones y políticas gubernamentales. Detrás de toda concepción política o ideológica para promover el desarrollo hay implícito un “modelo económico”. Cualquier modelo por más bien intencionado que pueda ser debe pasar la prueba de su adaptación sensata a las circunstancias de una nación.
Con todo el avance que hemos tenido en el último siglo en las ciencias sociales no existe una noción exacta de cómo hacer avanzar a una sociedad y su economía. Se han identificado los elementos que componen y caracterizan a una sociedad rica, tales como población educada, conocimiento y capacidad tecnológica, capacidad productiva, infraestructura, instituciones y libertad política y económica. La interacción entre estos elementos en el tiempo es compleja y es influida por diversas ideas, modelos y políticas de los distintos gobernantes.
En Venezuela tenemos serios problemas en cada uno de estos elementos y aunque no existe un orden de jerarquía exacto para atenderlos, si sabemos de relaciones de causa-efecto que deben ser tratadas prioritariamente para ordenar las restantes políticas dentro de una estrategia de desarrollo de largo plazo. En el campo económico, sabemos que un alza en los precios del petróleo ha tenido como resultado un aumento del gasto público y privado, del nivel general de precios y la sostenida apreciación real del tipo de cambio. Este patrón genera graves distorsiones en los incentivos a producir y asegura los fracasos recurrentes en los planes para reducir la inflación.
La incapacidad en el manejo adecuado de los ingresos petroleros ha dejado su huella negativa sobre la economía venezolana y la pobreza de su población. Ha inducido bajos niveles de inversión privada y empleo, sin desarrollo de patrones de comercio internacional distintos al petróleo y ha mantenido fuertes estímulos a la corrupción publica y privada bajo precarias instituciones. Sin definir una estrategia de desarrollo que enfrente este y otros problemas educativos e institucionales no hay concepción ideológica, radical o moderada, que le sea útil a Venezuela.
Etiquetas: Análisis Económico
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