¡Amante de la Libertad!
Por: María Walter
Gráfica: Simón Bolívar, Óleo de Quijano. Bogotá, Colombia
De la infinidad de experiencias vividas por Bolívar, no podía esperarse sino que, estando ya, en lecho de enfermo, asumiera en plenitud de sus facultades, la muerte como solo un amante de la libertad puede hacerlo -viviendo cada instante, percatándose de cada suceso, respirando cada bocanada- conciente de cuanto le costaba ese respirar acompasado de la tos.
Mientras todo ello, sucedía en el plano de lo físico, en lo mental, pasaba revista a su vida, imagen tras imagen mostraban con claridad, antiguas dificultades; donde los impedimentos de la unión; quienes los enemigos; quienes restándole confianza, dejaron de estimarlo, apartándolo. Heridas lacerantes venidas unas tras otras, en forma de pasajes de vida mostraban equívocos humanos... Momento tardio para rectificaciones, sin embargo, crucial oportunidad que la vida ofrece aún en proximidades del morir, huellas futuras...
Ninguna persona se escapa a esa hora del trance del morir, una tras otra, las imágenes, llegan, nítidas, recuento de todo lo pasado, balance perfecto de lo que está por entregarse como páginas de vida.
Mientras la tos jugaba a quitarte definitivamente el aire, la idea de proseguir te impulsa a la Ultima Proclama, tus últimos votos por la felicidad de la Patria , esa gran Patria soñada, que hoy, se rompe a dentelladas, incapaces los hombres al parecer de encontrar la ruta exacta hasta el propio centro del corazón. Emparentados con la mentira, rinden discursos en cuanto jolgorio y palco esté dispuesto, las oportunidades las ofrecen las fiestas patrias, así, batallas pasadas, esas que costaron vidas, horas sin descanso a monta de caballo o a pie, lanza en mano, espada en voz, son excusa perfecta para condecoraciones, desfiles militares, develación de bustos, coronas florales, obsequio de replicas de armas, vajillas o charolas, grandes agasajos, trajes de moda, òleos enmarcados en Palacios de Gobierno, total, la Patria ha adquirido ese dejo amargo propio de las traiciones que, solo es posible dejarlo de lado, cuando las risas de los niños llegan presurosas preguntando tu nombre, Simòn
... Una y otra vez, la danza de las pasiones viscerales juega al dominio.
Una y otra vez, cual soldado dispuesto a la batalla, gritas con voz firme de granadino : "La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las Naciones". (Proyecto de Constitución para Bolivia, 25 mayo de 1826).
¿Còmo descansar en paz si el sueño de Libertad sigue irrealizado?
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