Obsesión Armamentista
Por: José Rafael López Padrino
La obsesión de los regimenes totalitarios por la seguridad interna y externa usualmente les genera mayor inseguridad. El afán por eliminar esos fantasmagóricos riesgos, los lleva a un irracional armamentismo. En este reciente viaje al exterior, el nuevo gendarme de los llanos además de comprar lealtades y reestablecer nexos amistosos con "confesos aliados del imperio" (¡Porque no te callas!), aprovechó para darle continuidad a su desquiciada carrera armamentista en la Rusia imperial y capitalista. De nuevo, el pretexto ha sido la necesidad de prepararse militarmente ante la inminente "invasión de los marines del Tío Sam al suelo patrio". El visitante de Miraflores en nombre de la paz, justifica así uno de los más ambiciosos planes armamentistas de Latino América en los últimos años.
Recordemos que hace muy poco tiempo, el Estado venezolano adquirió 24 cazabombarderos Sukhoi-30MK2, cincuenta helicópteros de diversos tipos y cien mil fusiles Kalashnikov AK-103, así como la instalación de una fábrica de éstos fusiles y sus municiones en el país. En este nuevo periplo a la Rusia capitalista el tte coronel dispuso la compra de veinte sistemas antiaéreos Tor-M1, nueve submarinos, de los cuales tres serán diesel-eléctricos de la clase "Varshavianka", una veintena de aviones de vigilancia costera y varios helicópteros de combate Mi-28N. Obviamente, el régimen utiliza los petrodólares para embarcarse en una desenfrenada carrera armamentista totalmente injustificada.
Estos fabulosos gastos militares inciden negativamente en las condiciones de vida de la población en general. ¿Cuantos hospitales, ambulatorios, escuelas, carreteras, viviendas, etc. podrían construirse con esas cuantiosas inversiones en armas? ¿Cuantas becas de estudio, cuantos programas de salud y seguridad social, podrían financiarse? El oficialismo ha justificado tales adquisiciones con el peregrino argumento de equipar a la Fuerza Armada para mantener la seguridad de la nación frente una supuesta agresión del Imperio. Sin embargo, todos sabemos cuan falaces son tales afirmaciones. Primeramente, no existe la menor posibilidad que Mr. Danger Busch se embarque en una nueva campaña militar, sin haber superado los fiascos bélicos en Irak, y Afganistán. Segundo, las relaciones comerciales que existen entre el Centauro de Sabaneta y la Casa Blanca son excelentes, a pesar de las diatribas políticas. No en balde la PDVSA roja-rojita le suministra en forma segura a Mr. Danger aproximadamente un millón de barriles diarios de oro negro para que alimente su maquinaria industrial y pueda continuar con sus aventuras bélicas. Tercero, la política entreguista del régimen en el ámbito energético le ha permitido a las transnacionales, mayoritariamente de capital Norte-americano adueñarse del 40% de la riqueza del subsuelo nacional a través de la constitución de las empresas mixtas. Finalmente, Venezuela no esta en guerra con ninguna otra nación para justificar estas gigantescas inversiones militares.
Realizar estos gastos militares frente a la precaria realidad económica y social en la que viven los venezolanos es una política perversa e inhumana destinada a incrementar las penurias de la población. La nación padece las consecuencias de un proyecto cuartelario que pretende imponer un régimen capitalista de estado, con disfraz socialista, que esta asfixiando al país. La inflación, la especulación, la pauperización, la corrupción, el desempleo, la flexibilización laboral y la falta de inversiones reproductivas, han conducido a un agravamiento de las calamidades de carácter social de todos los venezolanos, pero en especial de los más necesitados. ¿Con qué autoridad moral puede hablar el tte coronel diciendo que lucha contra la pobreza si continua imponiendo un proyecto capitalista explotador e invirtiendo miles de millones de dólares en una desenfrenada carrera armamentista?
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