El rentismo chavista

Por: Orlando Ochoa

No deja de ser paradójico que una presunta "revolución" socialista se estanque en una versión estatista ideologizada del mismo problema que hundió a los partidos políticos tradicionales, en particular a partir de los años setenta. El rentismo (conocido en inglés como rent-seeking behaviour) es la conducta económica centrada en la búsqueda de privilegios y beneficios rápidos, a través de asociaciones para delinquir con funcionarios públicos encargados de la contratación de proveedores, otorgar créditos preferenciales, colocaciones de depósitos o bonos en banca privada, regulaciones sectoriales, etc. En la medida que la conducta económica rentista invade una gran parte de la economía, lo cual ocurre en medio de instituciones políticas y económicas debiles y propensas a la corrupción, el gobierno distribuye otra clase de renta, la petrolera, entonces se puede llegar a constituir una poderosa red de actividades improductivas.

El rentismo tiene como adversa consecuencia social y económica la desviación del uso de parte del capital humano más capaz de una sociedad de los esfuerzos del trabajo creativo y competitivo para asumir tareas de gestión de renta que generan riqueza fácil. Las conductas rentistas, las cuales incluyen la corrupción y el fraude, existen en las sociedades en mayor o menor medida, pero al pasar a ser una conducta predominante, activa en la apropiación de riqueza privada - no hay creación de valor - vía el lucro de vínculos cercanos con políticos y funcionarios del Estado en diversos sectores que abarcan toda la economía, se convierten así en un complicado obstáculo para enfrentar el atraso y la diversificación de la economía.

La conducta rentista ha entrampado a Venezuela en un rumbo político y económico de declive que viene de atrás y va más allá del anticipable fracaso del socialismo chavista. El líder del proceso ha aceptado el rentismo en el entorno del gobierno y de la familia, al igual que ocurrió en el pasado reciente, esto muestra un enorme cinismo pues sabe que participan de los peores males de las sociedades atrasadas. En el ambiente de pugnas rentistas y corrupción generalizada no puede funcionar ninguna economía sana, sea socialista o capitalista, sino una lucha entre grupos por el poder de acceso a la renta petrolera, lo cual genera el llamado "efecto voracidad", mientras las mayorías viven en la pobreza.