Así no derrotamos a Chávez
Por: Robin Rodríguez
Entre las cosas que han representado fortalezas para Hugo Chávez, se encuentran los extraordinarios recursos financieros, dado a los precios del petróleo, siendo la invasión a Irak uno de los factores que contribuyeron para que se dispara el barril del petróleo; la segunda fortaleza ha sido lo que mucha gente cree que representa el presidente, ya que en su demagogo y manipulador discurso, refleja muchas de las necesidades del pueblo y sus deseos de redentores de sus intereses; cuestión que contrasta con el tipo de oposición que ha tenido, donde la ambición, el sectarismo y la falta de compromiso con los pobres de este país imposibilita un discurso y una estrategia que toque las fibras de los sectores populares.
La pobreza del debate político y teórico, ha facilitado que el régimen de Chávez incida en los prejuicios de algunos generadores de opinión; logrando que realicen una equivocada caracterización de su figura y manera de gobernar. Creando así un debate entre los defensores del capitalismo con el socialismo del siglo XXI que representa un "sancocho ideológico" bien distante de las tesis de Marx o de Lenin. Con estas maniobras, Chávez logra ocultar el carácter entreguista de sus políticas económicas a la vez que vende la idea ante los más pobres, que representa lo opuesto a los generadores de la desigualdad, la dependencia de la nación y de todos los males sociales que nos aquejan. Utilizando para ello los mismos mecanismos perversos aplicados por gobiernos fascistas como el de Benito Mussolini y Adolfo Hitler.
Lamentablemente tenemos una oposición compuesta con varios dirigentes desgastados ante los ojos del pueblo y unos medios de comunicación que la mayoría, privilegian los espacios para los sectores más reaccionarios del país. De allí que comparto lo expuesto por el periodista Rafael Poleo, sobre la necesidad de conformar una nueva oposición donde las organizaciones e individualidades de izquierda contrarias ha esta falsa revolución, comencemos a jugar un papel mas destacado en la conducción de las luchas y el debate sobre un gobierno que garantice los intereses de los mas pobres, a la vez de lograr la unidad del país entorno a un proyecto progresista, verdaderamente democrático y de bienestar colectivo.
Como revolucionario he comenzado los contactos con dirigentes populares, organizaciones de izquierda e individualidades del campo del progresismo para contribuir en la construcción y consolidación de esta nueva corriente de oposición al régimen, porque bajo la conducción de sectores reaccionarios, así no derrotamos a Chávez, ni logramos los cambios que reclama el país.
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