La Responsabilidad De Chávez
Por: Orlando Ochoa
Cuando falta motivación democrática, los conceptos de contrabalance de poder en las instituciones, administración con uso transparente de los recursos y responsabilidad fiscal, pierden sentido, todo se pone en función del proyecto del líder y su excusa ideológica. Si el Presidente, con casi 10 años en el poder, evaluara en forma cruda las cifras del gasto público, los sobreprecios por corrupción en obras públicas, las pérdidas en inversiones financieras turbias, empresas estatales y en el financiamiento sin recobro a núcleos endógenos, EPS, cooperativas y comunas, por mencionar algunos casos, se daría cuenta del gigantesco desperdicio de recursos. De cómo sus improvisadas ideas económicas que ejecutan sus colaboradores, con beneficios particulares, volverán a agotar la renta petrolera, aumentar la deuda pública y a generar una crisis igual o peor a las anteriores de los años ochenta y noventa.
Imaginemos que en algún encuentro casual con un economista extranjero el presidente Chávez - libre de prejuicios y resentimientos por una hora - llegase a discutir y a entender cómo en un gobierno desordenado con más de 140 cambios de ministros en 10 años y justicia politizada, el mal uso de recursos fiscales en medio de distorsiones por controles de cambios, precios y tasas de interés corrompen a una sociedad y a su economía. Si comprendiera también que los proyectos "socialistas" no funcionan, solo entregan dinero petrolero a unos pocos y humillan a las grandes mayorías mientras esperan a ver si alcanzará para ellos. Lo que se obtiene es mucho más corrupción e inflación y menos producción. Quizás el Presidente comprendería también, tarde, por qué los rusos y los chinos abandonaron la planificación económica central y ahora regulan la propiedad privada.
Si llegara a prevalecer el sentido de responsabilidad de Hugo Chávez ante el daño que él le ha hecho a los venezolanos, agravado por el rápido aumento en los crímenes violentos y la delincuencia organizada, probablemente se deprimiría, sentiría una íntima vergüenza y buscaría la forma de entregar el gobierno a un sucesor capaz de rectificar. Si por el contrario, eludiera la responsabilidad, simplemente continuaremos oyendo un discurso de escaso contenido, con consignas huecas contra "imperialistas, oligarcas, pitiyanquis y otros traidores".
Etiquetas: Análisis Económico
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