¿Fin del capitalismo?
Por: José Rafael López Padrino
La debacle financiera de las corporaciones Bear Stearns, IndyMac Bank, Fannie Mae y Freddie Mac Lehman Brothers, AIG y Washington Mutual, (las dos principales compañías de financiamiento y garantías hipotecarias de Estados Unidos),reflejan la magnitud de la crisis que viven los mercados hipotecarios internacionales con epicentro en los EE.UU.El estallido de la burbuja especulativa de la industria inmobiliaria demuestra como el Estado que suele ser indiferente en los periodos de bonanza (tendencias especulativas), utiliza todos sus recursos para el rescate de los rufianes especuladores de Wall Street. El plan de rescate presentado por Henry Paulson, Secretario del Tesoro norteamericano, implica el desembolso de cuantiosos recursos financieros (700 mil millones de dólares), lo cual seguramente tendrá un fuerte impacto en la crisis presupuestaria, trayendo consigo importantes recortes en programas sociales, educativos y ciencia-tecnología.
La conducta intervencionista del Estado ante esta crisis de los mercados hipotecarios nos lleva a formular la siguiente interrogante: ¿Si el Estado puede intervenir para salvar a corporaciones que tomaron riesgos imprudentes en los mercados de la vivienda, por qué no puede intervenir para impedir que millones de estadounidenses sufran inminentes ejecuciones hipotecarias y por ende la pérdida de sus viviendas? La respuesta es que el Estado norte-americano está para servirle a los intereses del gran capital y no a los intereses de la mayoría de los estadounidenses. Es por ello que hemos visto a un Mr Bush extremadamente activista, intensamente intervencionista, dispuesto a hacer cualquier cosa necesaria para salvar a estos mercaderes de la especulación inmobiliaria, independientemente del abultado déficit fiscal que originará dicho plan. Así que el sucesor de Bush (McCain - Obama) heredará un déficit fiscal de dimensiones colosales, lo que comprometerá la política fiscal del futuro gobierno del Tío Sam. Pero además, el paquete de rescate tampoco podrá revertir la tendencia en la declinación del dólar como moneda de reserva mundial y su descenso frente a otras divisas, ni los índices inflacionarios que padecen los estadounidenses. Todo eso implica una mayor presión inflacionaria, precisamente en momentos en que la Reserva Federal no puede aumentar la tasa de interés so pena de profundizar la crisis y agravar el descalabro del sistema bancario. Hay que alertar que una profundización de la crisis económica norte-americana traerá consigo una prolongada recesión en el resto de las economías, incluyendo a los países latinoamericanos.
Hay que acotar que esta crisis, al igual que las otras del pasado, ni son nuevas ni representan ningún colapso del sistema capitalista. Ya Marx lo había sentenciado: la economía capitalista se desenvuelve necesariamente en oscilaciones cíclicas que se alternan entre prosperidad, crisis, recesión y reactivación (Carlos Marx, El Capital III). Así, que resulta ridículo e insólito escuchar al atrevido ignorante del tte coronel afirmar que la crisis del mercado global representa la muerte de la ideología del "capitalismo y su libre mercado". Con tales afirmaciones demuestra un profundo desconocimiento de la teoría marxista y explica la orfandad ideológica de su fantasmagórico socialismo del siglo XXI.
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