Los pedigüeños buscan otro líder
Ahora que el petróleo está a precio de gallina flaca, el presidente Hugo Chávez podría comenzar a descubrir gran cantidad de espaldas, en el sitio donde antes observaba anchas sonrisas de jalabolivarianos.
Crónicas desde Nueva York - TalCual
Harry Blackmouth
Ambrose Bierce decía en su Diccionario del diablo que la espalda era "la parte de la anatomía de un amigo que una persona tiene el privilegio de contemplar en la adversidad". En los próximos meses, y ahora que el petróleo está a precio de gallina flaca, el presidente Hugo Chávez tendrá amplias oportunidades de descubrir esa amarga verdad. Los planes faraónicos concebidos por Chávez para reemplazar al imperio en su patio trasero tendrán que ser revisados. Y realmente, hay mucho que revisar.
Harry Blackmouth
Ambrose Bierce decía en su Diccionario del diablo que la espalda era "la parte de la anatomía de un amigo que una persona tiene el privilegio de contemplar en la adversidad". En los próximos meses, y ahora que el petróleo está a precio de gallina flaca, el presidente Hugo Chávez tendrá amplias oportunidades de descubrir esa amarga verdad. Los planes faraónicos concebidos por Chávez para reemplazar al imperio en su patio trasero tendrán que ser revisados. Y realmente, hay mucho que revisar.
Hace un año, en diciembre de 2007, The Associated Press hizo una reseña de algunas de las promesas que había formulado Chávez al club de los pedigüeños: –Ecuador: una participación en una refinería cuyo costo asciende a 5.000 millones de dólares.
–Argentina: 5.100 millones de dólares en bonos estatales.
–Brasil: Una participación en una refinería cuyo costo asciende a 4.500 millones de dólares.
–Nicaragua: Una refinería por 3.500 millones de dólares.
–Bolivia: 800 millones de dólares en ayuda. Eso incluye proyectos de electricidad, y préstamos a bajo interés.
–Petróleo a precios preferenciales para 17 países, con un gasto total de 1.600 millones de dólares.
–Ayuda para el desarrollo: 772 millones de dólares. Eso incluía el envío de médicos cubanos a Haití; el tratamiento a enfermos del SIDA en Nicaragua; y viviendas baratas en la República Dominicana.
Después están los armamentos adquiridos en Rusia y en Bielorrusia, incluidos aviones Shukoi, modernos sistemas de defensa contra misiles y al menos 100.000 rifles Kalashnikov. Se trata de desembolsos cuyo costo es imposible de evaluar, aunque ¿quien puede ponerse a mezquinar en gastos a la hora de defender a la patria? Hubo otros gastos difíciles de calibrar, pues el presidente de Venezuela controla el tesoro sin rendirle cuentas a nadie, como ocurre con todo gobernante que se respete.
¿Cuantos maletines voladores volaron a otras latitudes? Sólo en el caso de Argentina se habla de un mínimo de 800.000 dólares y un máximo aproximado a los cinco millones de dólares.
¿Y cuanto dinero aportará Venezuela al Banco del Sur? Se estimaba que el capital inicial sería de 7.000 millones de dólares. Todos los gobiernos que prometieron financiar la institución son como esos pistoleros lerdos del Lejano Oeste que muerden el polvo pues siempre hacen el gesto de sacar el arma, y nunca se arriesgan. Y si todos muestran timidez, no queda otro recurso que acudir a Chávez el intrépido, para que saque su chequera petrolera y corra con los gastos.
Pero con tanto quita y no pon, se acaba el montón. Y si a eso se suma que el crudo ha perdido desde julio de este año 73% de su valor, las cosas no lucen exactamente promisorias.
EL EXCREMENTO
DEL DIABLO SE VUELVE PURO EXCREMENTO
Según LatinSource, una consultoría de América Latina, por cada reducción de 10 dólares en la cotización del crudo, el gobierno venezolano pierde 5.000 millones de dólares en ingresos (1,4 por ciento del Producto Bruto Interno).
Petróleos de Venezuela se ha dedicado con entusiasmo a financiar toda clase de obras sociales, y eso le impide dedicarse con ahínco a apuntalar su infraestructura y a mantener sus pozos en buen estado. Fonden, Fondo de Desarrollo Nacional, se está vaciando gracias al libre albedrío de Chávez, que saca dinero siempre que lo considera necesario –y siempre lo considera necesario– a ese barril con fondos bastante mermados.
"El fin del boom del petróleo podría señalar la perdición para Chávez", pues "el petróleo ha sido su oxígeno político", señaló The Economist. El petróleo, recordó la revista británica, "representa 90% de las exportaciones de Venezuela y más de la mitad de los ingresos del gobierno".
En octubre, el presidente de Venezuela anunció que se conformaba con una cotización del crudo a 80 dólares el barril. El viernes, la cesta venezolana de crudos alcanzó un valor de 34,49 dólares por barril, el nivel más bajo en cuatro años, y 45 dólares menos que el precio que conformaba a Chávez.
Inclusive cuando el crudo venezolano alcanzó en julio de este año un techo de 129,54 dólares por barril, ya la economía estaba comenzando a deteriorarse de manera vertiginosa. Un bolívar "fijo y sobrevaluado ha alentado las importaciones", dijo The Economist. El crecimiento del PBI, que en 2006 fue de 10,3%, vino acompañado de una inflación de 17%.
Las últimas cifras, indicó la revista "es que el crecimiento (del PBI) fue de 7,1% y la inflación de 36%.
La deuda externa pasó de 30.000 millones de dólares a 44.000 millones de dólares. El costo del crédito ha subido. Las estadísticas opacas hacen difícil evaluar el espacio de maniobra que tiene el señor Chávez. Tal vez Fonden cuente con 15.000 millones de dólares. Y las reservas del banco central son de unos 27.000 millones de dólares".
Venezuela, pese al optimismo jactancioso de Chávez, no está blindada contra la crisis económica (aunque su gobierno parece blindado ante la realidad).
¿Qué hará Chávez ahora que Venezuela está, a nivel económico, entre la espada y la espada? Para The Economist, "deberá elegir entre perder influencia en el exterior, y perder popularidad a nivel interno". El presidente venezolano parece haber optado, a regañadientes, por negar favores a algunos miembros del club de los pedigüeños. Por ejemplo, "ha cancelado su promesa de construir una refinería petrolera en Nicaragua", dijo The Economist. Pero con un manirroto como Chávez, nunca se sabe.
Aunque no podrá complacer a todo el mundo, como lo hizo en el pasado. Los billetes de banco carecen de un atributo: la elasticidad, y es posible que a poco de andar, muchos presidentes latinoamericanos hagan llover reproches sobre el manirroto que los embarcó en proyectos faraónicos y ahora los deja en la estacada. Tal vez a partir de ahora, Chávez comience a encontrar gran cantidad de espaldas, en el sitio donde antes observaba anchas sonrisas de jalabolivarianos.
–Argentina: 5.100 millones de dólares en bonos estatales.
–Brasil: Una participación en una refinería cuyo costo asciende a 4.500 millones de dólares.
–Nicaragua: Una refinería por 3.500 millones de dólares.
–Bolivia: 800 millones de dólares en ayuda. Eso incluye proyectos de electricidad, y préstamos a bajo interés.
–Petróleo a precios preferenciales para 17 países, con un gasto total de 1.600 millones de dólares.
–Ayuda para el desarrollo: 772 millones de dólares. Eso incluía el envío de médicos cubanos a Haití; el tratamiento a enfermos del SIDA en Nicaragua; y viviendas baratas en la República Dominicana.
Después están los armamentos adquiridos en Rusia y en Bielorrusia, incluidos aviones Shukoi, modernos sistemas de defensa contra misiles y al menos 100.000 rifles Kalashnikov. Se trata de desembolsos cuyo costo es imposible de evaluar, aunque ¿quien puede ponerse a mezquinar en gastos a la hora de defender a la patria? Hubo otros gastos difíciles de calibrar, pues el presidente de Venezuela controla el tesoro sin rendirle cuentas a nadie, como ocurre con todo gobernante que se respete.
¿Cuantos maletines voladores volaron a otras latitudes? Sólo en el caso de Argentina se habla de un mínimo de 800.000 dólares y un máximo aproximado a los cinco millones de dólares.
¿Y cuanto dinero aportará Venezuela al Banco del Sur? Se estimaba que el capital inicial sería de 7.000 millones de dólares. Todos los gobiernos que prometieron financiar la institución son como esos pistoleros lerdos del Lejano Oeste que muerden el polvo pues siempre hacen el gesto de sacar el arma, y nunca se arriesgan. Y si todos muestran timidez, no queda otro recurso que acudir a Chávez el intrépido, para que saque su chequera petrolera y corra con los gastos.
Pero con tanto quita y no pon, se acaba el montón. Y si a eso se suma que el crudo ha perdido desde julio de este año 73% de su valor, las cosas no lucen exactamente promisorias.
EL EXCREMENTO
DEL DIABLO SE VUELVE PURO EXCREMENTO
Según LatinSource, una consultoría de América Latina, por cada reducción de 10 dólares en la cotización del crudo, el gobierno venezolano pierde 5.000 millones de dólares en ingresos (1,4 por ciento del Producto Bruto Interno).
Petróleos de Venezuela se ha dedicado con entusiasmo a financiar toda clase de obras sociales, y eso le impide dedicarse con ahínco a apuntalar su infraestructura y a mantener sus pozos en buen estado. Fonden, Fondo de Desarrollo Nacional, se está vaciando gracias al libre albedrío de Chávez, que saca dinero siempre que lo considera necesario –y siempre lo considera necesario– a ese barril con fondos bastante mermados.
"El fin del boom del petróleo podría señalar la perdición para Chávez", pues "el petróleo ha sido su oxígeno político", señaló The Economist. El petróleo, recordó la revista británica, "representa 90% de las exportaciones de Venezuela y más de la mitad de los ingresos del gobierno".
En octubre, el presidente de Venezuela anunció que se conformaba con una cotización del crudo a 80 dólares el barril. El viernes, la cesta venezolana de crudos alcanzó un valor de 34,49 dólares por barril, el nivel más bajo en cuatro años, y 45 dólares menos que el precio que conformaba a Chávez.
Inclusive cuando el crudo venezolano alcanzó en julio de este año un techo de 129,54 dólares por barril, ya la economía estaba comenzando a deteriorarse de manera vertiginosa. Un bolívar "fijo y sobrevaluado ha alentado las importaciones", dijo The Economist. El crecimiento del PBI, que en 2006 fue de 10,3%, vino acompañado de una inflación de 17%.
Las últimas cifras, indicó la revista "es que el crecimiento (del PBI) fue de 7,1% y la inflación de 36%.
La deuda externa pasó de 30.000 millones de dólares a 44.000 millones de dólares. El costo del crédito ha subido. Las estadísticas opacas hacen difícil evaluar el espacio de maniobra que tiene el señor Chávez. Tal vez Fonden cuente con 15.000 millones de dólares. Y las reservas del banco central son de unos 27.000 millones de dólares".
Venezuela, pese al optimismo jactancioso de Chávez, no está blindada contra la crisis económica (aunque su gobierno parece blindado ante la realidad).
¿Qué hará Chávez ahora que Venezuela está, a nivel económico, entre la espada y la espada? Para The Economist, "deberá elegir entre perder influencia en el exterior, y perder popularidad a nivel interno". El presidente venezolano parece haber optado, a regañadientes, por negar favores a algunos miembros del club de los pedigüeños. Por ejemplo, "ha cancelado su promesa de construir una refinería petrolera en Nicaragua", dijo The Economist. Pero con un manirroto como Chávez, nunca se sabe.
Aunque no podrá complacer a todo el mundo, como lo hizo en el pasado. Los billetes de banco carecen de un atributo: la elasticidad, y es posible que a poco de andar, muchos presidentes latinoamericanos hagan llover reproches sobre el manirroto que los embarcó en proyectos faraónicos y ahora los deja en la estacada. Tal vez a partir de ahora, Chávez comience a encontrar gran cantidad de espaldas, en el sitio donde antes observaba anchas sonrisas de jalabolivarianos.
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