La decadencia de Chávez
Por: Robin Rodríguez
Faltan 4 años para que se concrete una nueva elección presidencial; sin embargo el desesperado intento del gobierno de llevar a los venezolanos a la enmienda para establecer la reelección del comandante, solo se puede explicar como un intento de mantener un proceso que ha entrado en una profunda crisis, la cual amenaza con su extinción. Chávez debe garantizar la reelección, ya que de tener fecha de salida, traería desde ya, el incremento de contradicciones entre los distintos grupos existentes en el chavismo por el poder.
En vista que hemos tenido una falsa revolución que incrementó la dependencia a la importación de las cosas que utilizamos o consumimos (en 2008 las compras al exterior sumaron 47 mil 601 millones de dólares); reforzó la dependencia de los ingresos petroleros, con la particularidad que el barril se podría ubicar este año en un promedio de 40 dólares (con una drástica disminución de la producción y un presupuesto calculado con un barril de petróleo en 60 dólares), e incrementó la dependencia financiera con la banca mundial, con la cual tenemos una deuda que supera los 40 mil millones de dólares (incluyendo la deuda de PDVSA). Indudablemente que el panorama no es nada halagador, cuando lo contrastamo con la corrupción, el derroche de multimillonarios recursos y la ineptitud que caracteriza al régimen.
Igual a las cúpulas podridas del pasado que fueron sustituyendo sus discursos rimbombantes con una represión cada vez más generalizada, como repuesta a la decadencia del régimen bipartidista; Chávez opta por el incremento del autoritarismo y la arbitrariedad para sostenerse en poder. Luego de ser derrotado en su intento de reformar la constitución el 2 de diciembre de 2007; aplicó 26 decretos leyes que contemplan muchos de los aspectos que contenía la reforma y ahora convoca una enmienda sobre una reelección que ya fue negada por el pueblo.
No pasaran algunos meses en que el país sea sometido a un paquete de medidas económicas que el régimen tratará de imponer, haciendo uso de algunas maniobras que conllevaran a la manipulación mediática (la hegemonía comunicacional de la que habló el ex ministro izarra), conflictos entre los venezolanos y una bestial represión. Por esta razones, los sectores verdaderamente revolucionarios que están fuera o dentro del chavismo, los militares nacionalistas, los empresarios e intelectuales progresistas, los sectores de avanzada de la iglesia y todos los genuinos luchadores sociales que hacen vida a lo largo y ancho del país, debemos establecer puntos de encuentros para perfilar una alternativa política de corte progresista, nacionalista y revolucionaria capaz de enfrentar esta falsa revolución e imposibilitar el regreso de las cúpulas del pasado.
Debemos impulsar el NO A LA ENMIENDA pero al mismo tiempo, es necesario construir un referente político que encause los deseos de cambio de la población, ya que la actual oposición esta imposibilitada por su esencia antipopular de representar los deseos y necesidades del pueblo venezolano.
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