El chavismo y el marxismo
Por: Orlando Ochoa
Los extremismos ideológicos suelen ser dañinos para la sociedad porque llevan implícito una sobre simplificación de las causas de los problemas socioeconómicos, para luego proponer recetas de salvación. Ciertamente, el ambiente internacional conflictivo de la Guerra Fría durante la segundad mitad del siglo XX no era el más adecuado para contrastar el pensamiento sobre la libertad y la igualdad. Era usual ver a integrantes de un bando u otro, citar las brutales dictaduras apoyadas por la Unión Soviética y sus aliados o por los países occidentales, como muestras de excesos ideológicos. Hoy día podemos aspirar a evaluar críticamente la democracia y la economía de mercado sin los prejuicios del siglo XX, así como analizar las causas de la inviabilidad del socialismo real y el sacrificio humano que implicó su fracaso político y económico. La racionalidad económica no es incompatible con la sensibilidad social y con políticas para atacar las causas de la exclusión, la desigualdad y la pobreza extrema. El replanteamiento de la economía socialista, en la tradición marxista, no es una tendencia internacional, es sólo un plan del gobierno venezolano que atrae a grupos radicales dispersos por el mundo.
El caso de Venezuela con Hugo Chávez fue visto por sectores radicales de la izquierda como un relanzamiento de un nuevo experimento socialista en el siglo XXI, con la ventaja de disponer del petróleo y de un líder carismático que podía reintentar hacer la revolución marxista en forma pacífica con apoyo popular. El tiempo demostró que el presidente Chávez ha favorecido una extraña mezcla doctrinaria de propuestas de socialismo marxista-leninista radical (Primer Plan Socialista 2007-2012), unido a una falsificación del ideario de Simón Bolívar y el ejercicio cotidiano de un repugnante aprovechamiento la élite cívico-militar del peor capitalismo financiero especulativo asociado al régimen de control cambiario. Algunos soñadores en la igualdad extrema se deben sentir decepcionados. Otros seguidores, aprovechadores de oficio de la renta petrolera, se benefician de la situación, contribuyendo al deterioro institucional y al desbordamiento de la corrupción. En este clima de desperdicio de la segunda gran bonanza petrolera de los últimos 40 años, la cual termina en recesión y alta inflación, también se propaga, casi con total impunidad, el narcotráfico, el secuestro y la violencia en las áreas populares de las grandes ciudades venezolanas.
Ahora que es evidente la degeneración ética y el fracaso económico del proyecto chavista, es cuando el Gobierno decide proceder a acelerar cambios legislativos para introducir nuevos experimentos con propiedad colectiva (los previos fracasaron), centrados en nacionalización de grandes o medianas empresas privadas, para convertirlas en socialistas, a pesar de evidencia de crecientes pérdidas y rápido deterioro de compañías recientemente tomadas y politizadas. El chavismo recurre al extremismo ideológico abierto justamente en el momento que su apoyo en la opinión pública también decae. Parece que el atractivo de ser el representante auto designado de una “dictadura del proletariado” es irresistible para el presidente Chávez, en particular cuando las ventajas de la democracia “burguesa” ya no son aprovechables. Luego de una desastrosa gestión, violación sistemática de la Constitución, tolerancia de la corrupción en el entorno más cercano, lo único que le queda al chavismo más inescrupuloso es huir hacia adelante y crear las nuevas instituciones socialistas que puedan intentar evitar, eventualmente, entregar el poder a un gobernante de otra tendencia política. Cualquier excusa ideológica, teoría de conspiración nacional o internacional, o “defensa” del pueblo frente a la oligarquía, será buena para dicho fin.
2 Comments:
Análisis muy interesante. La verdad es que yo también me lo pregunto. Pero creo que tu país tiene resistencias, tanto institucionales como geoestratégicas, más fuertes de las que nadie puede pensar (el primero, el "gorila" rojo) como para adentrarse en un plan tan descabellado... Sin duda lo intentará, pero no será ese intento su tumba definitiva, pregunto. Lo peor de todo, creo, son los elementos descontrolados dispuestos a tomarse la justicia por su mano. Es un tema muy interesante, visto desde el distanciamiento y, con las entradas de tu blog, habrá tiempo para comentarlo.
Aprovecha para visitar mi blog ronpaulporlalibertad.blogspot.com
salam
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