¿Es Dudamel un traidor?
Por: Roberto Carlo Olivares
robertocarlo14@hotmail.com
En un país radicalizado y con opiniones antagónicas tan marcadas, es pertinente hacerse esa interrogante y muchas más. Hace algunos días discutí con dos familiares que apoyan a capa y espada a Dudamel, con todo y que saben que el genio musical venezolano ha permitido la politización de su imagen, de su música, y lo peor de todo, de las generaciones de relevo juveniles en las escuelas musicales dirigidas por él y el Maestro Abreu.
En un país radicalizado y con opiniones antagónicas tan marcadas, es pertinente hacerse esa interrogante y muchas más. Hace algunos días discutí con dos familiares que apoyan a capa y espada a Dudamel, con todo y que saben que el genio musical venezolano ha permitido la politización de su imagen, de su música, y lo peor de todo, de las generaciones de relevo juveniles en las escuelas musicales dirigidas por él y el Maestro Abreu.
Mi posición está bien definida: No acepto que una persona pública que hoy en día es considerada un fenómeno artístico a nivel mundial, y es llamado por muchos de los conocedores en la materia y críticos musicales “El Maestro de Maestros”, se haya prestado para esas vagabunderías ideológicas que dejan mucho que pensar y desear de su persona.
Asimismo, le expliqué a mis familiares, que algunos hijos de los botados de PDVSA durante el paro petrolero nacional, fueron expulsados de las academias por venganza o retaliación política, y actualmente no se les permite a los jóvenes de padres opositores firmantes, entrar a las escuelas del maestro Abreu y Dudamel. Escuelas que por cierto, pertenecen a todos los venezolanos y subsisten con nuestros impuestos.
Igualmente, expuse que el gobierno le ha prohibido a las sinfónicas juveniles de la nación, interpretar canciones muy puntuales que el dictador y su harén delincuencial, consideran capitalistas o representativas de la cuarta república. Desde mi punto de vista esa posición es inaceptable, bochornosa y sumisa.
Lamentablemente Dudamel y el Maestro Abreu, han permitido que se politice el arte y la música.
Mis familiares me decían que Dudamel y el Maestro Abreu lo hacían porque no tenían opción, y querían seguir ayudando a los niños humildes de la patria. Sí en realidad es así, entonces creo que los dos genios musicales de Venezuela, le deben al país una disculpa y una explicación apropiada, después de que Chávez sea derrocado y las interrogantes empiecen a ser esclarecidas para el bien común de la nación.
No sería venganza ni persecución, sencillamente serían respuestas necesarias que ayudarían a recomponer el tejido social de la patria. No podemos titubear, nuestra lucha es entre la democracia y el totalitarismo castro-chavista criminal. Dios y el diablo no son compatibles.
El ser colaborador y coparticipe de un régimen dictatorial comunistoide, es algo muy grave que a la larga traerá consecuencias peligrosas. Dado el grado de fama actual que posee Dudamel, de repente las consecuencias nunca serán económicas, pero sí serán morales y espirituales. Creo que el Maestro Abreu y Dudamel han debido darle un parado al régimen desde el principio, actuando con la frente en alto y explicando las razones de sus renuncias irrevocables de manera pública y notoria.
De repente el equivocado soy yo. Pero si hay algo que he podido observar y aprender en los libros, documentales y películas de historia, relacionadas con regímenes totalitarios, es que los académicos, artistas e intelectuales, siempre han tratado de caminar entre dos aguas disimiles e incompatibles, siendo al final del camino devorados por el mismo sistema autocrático que ayudaron a conservar en nombre del arte y la cultura.
Recuerdo el caso del Embajador Milos Alcalay, representante de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace algunos años atrás. El embajador renunció a su plaza diplomática en medio de protestas callejeras estudiantiles y una represión brutal por parte del gobierno venezolano.
Alcalay fue muy enfático al afirmar ante la comunidad internacional y el país entero, que no podía seguir siendo parte de un régimen opresor que violentaba los derechos humanos y asesinaba a estudiantes pacíficos y desarmados, utilizando bandas paramilitares financiadas por el propio gobierno. Esa fue su decisión irrevocable y hasta el día de hoy se la reconozco admirablemente.
Al final de cada jornada los seres humanos colocamos nuestra cabeza en la almohada, y es en ese preciso instante que la conciencia nos recrimina, o en su defecto, nos enaltece. Tal vez no deberíamos juzgar a nadie, otorguémosle a Dudamel y al Maestro Abreu el beneficio de la duda y que sean juzgados por su propia conciencia en el momento apropiado. ¡Venezuela será libre!
Thomas Jefferson
Etiquetas: colaboracionismo, Dudamel
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home