La ONU se volvió un organismo sin dientes
EL CONSEJO DE Seguridad de la ONU fue hecho para otra época y, aparte de ser una tribuna para ventilar problemas, poco aporta en la solución de conflictos. Los últimos enfrentamientos así lo demuestran.
Por: Juan Pablo Tobón - El Colombiano.com
Cada vez que un nuevo conflicto ingresa a la agenda internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU se ve más obsoleto y deja en entredicho su objetividad para impartir justicia.
El poder de veto de los cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia y China, involucrados con intereses políticos son, según analistas consultados por este diario, las pruebas para asegurar que este organismo fue hecho para otro contexto, para otra época, cuando su papel mediador superó la posguerra (Segunda Guerra Mundial) y cuando Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial tras la derrota del socialismo de la Unión Soviética.
Luis Guillermo Patiño, director de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana, asegura que el Consejo tuvo mucha fuerza después de la Segunda Guerra, pero "a partir de la posguerra fría otros actores, como Brasil, India, Indonesia y México, han ido apareciendo", explica el analista para justificar que este grupo "no comprende que el mundo ha cambiado".
Un caso que, según Patiño, muestra que los vetos de la ONU son movidos por influencias y son cumplidos sólo por algunos y en ciertos casos, fue cuando Francia vetó la invasión estadounidense a Irak. "Estados Unidos hizo caso omiso", recuerda.
¿Sanciones? depende
De igual forma, las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad, en muchos casos pasadas por alto, como en el tema nuclear con Irán, muestran la debilidad del organismo.
Según Bryce Wakefield, del centro de análisis Woodrow Wilson, de Estados Unidos, "si un estado hace caso omiso de alguna sanción, no hay nada que el Consejo de Seguridad puede hacer, a menos que individualmente tengan algún tipo de influencia sobre un estado".
Un caso que refleja los intereses de los cinco miembros es el ataque de Corea del Norte a la corbeta Cheonan en marzo, donde murieron 46 personas. El hecho fue condenado por el organismo, más no sancionado.
Según Patiño, la alianza del régimen de Kim Jong Il con China fue una garantía para evitar sanciones.
De igual forma, la proyección nuclear norcoreana ha sido pasada por alto gracias a la presencia del Gobierno de Pekín en las decisiones importantes. En 2009, el secretario general, Ban Ki-moon, calificó su fabricación de armas nucleares de "grave violación de las resoluciones del organismo".
En otro contexto, según explica el docente, sería pretender que Rusia apoye una eventual sanción a Venezuela por permitir la presencia de las Farc en su territorio, teniendo en cuenta el comercio armamentista que existe entre ambas naciones o que Estados Unidos no utilice su poder de veto para una sanción a Israel por el ataque a la Flotilla de la Libertad o por la construcción de viviendas en territorio ocupado por Palestina.
Por eso, Wakefield también está de acuerdo en que este Consejo de Seguridad es "anticuado y no refleja la presencia de naciones como Japón, Alemania y Brasil", que se han vuelto más influyentes en la escena mundial y que aportarían objetividad y justicia.
Sobre el tipo de sanciones que, por ejemplo, Irán ha recibido por su proyecto nuclear, el analista del Instituto de Paz de Estados Unidos, George Lopez, explica que "se les prohibe a los bancos iraníes participar en nuevas empresas o en la apertura de sucursales en otras naciones". Sin embargo, estas medidas no han parado su trabajo nuclear, que hasta hoy el Gobierno iraní asegura es pacífico.
Además, agrega el experto, en la ONU existen incentivos económicos a los países que renuncien a materiales nucleares y que permitan la verificación internacional.
Son tan polémicas las penas que, agrega Lopez, "el Secretario General y otros altos funcionarios no destacan el papel de las sanciones de las Naciones Unidas en las estrategias y políticas".
La Asamblea y el Consejo
A pesar de este tipo de sanciones, Juan Carlos Escobar, internacionalista de Eafit, considera que este organismo "es mueco" y que si "uno de los poderosos necesita el apoyo de un débil, éste le presta los dientes".
Y es que en la Asamblea de la ONU, donde un voto de China vale igual a uno de Uganda, se mueven intereses para mover influencias en temas manejados por el VIP de la ONU, como Escobar califica al grupo de los cinco poderosos. Es decir, la objetividad permanece ausente y es influenciada por las potencias.
Los diez miembros de la Asamblea, que son elegidos cada dos años, son: Austria, Boznia y Herzegovina, Brasil, Gabón, Japón, Líbano, México, Nigeria, Turquía y Uganda.
A pesar de que Escobar descalifica la labor de este organismo, acepta que "es mejor que exista a que no", pues así no se tomen las decisiones que muchas veces el mundo espera, este espacio sirve de tribuna para que el mundo conozca realidades que afectan a los países.
Por ejemplo, en el caso de la OEA, organismo que Escobar califica de "más mueco que la ONU", "es muy difícil que resuelva el caso de las Farc en Venezuela", pero ve de forma positiva que Colombia le muestre al mundo, que haga una especie de lobby, incluso en Unasur, para convencer al planeta de que el gobierno de Hugo Chávez alberga terroristas.
Con este panorama, es difícil esperar soluciones a grandes conflictos de estos organismos internacionales.
Sin embargo, existe la Corte Penal Internacional, (CPI ), que hace días generó una noticia que revolucionó a Serbia y que podría ocasionar nuevos movimientos políticos: decretó legal la independencia de Kosovo.
Sin embargo, reflexiona el docente de Eafit, "qué pasa si Serbia dice: no me parece y qué". Además, recuerda, hay casos similares que se pueden complicar, como el deseo de Cataluña de independizarse de España.
Respecto al tema colombovenezolano, Escobar ve difícil que en la CPI se resuelva el caso, pues "una cosa son las fotos y las coordenadas y otra es comprobar el contacto, por ejemplo, de Chávez con algún guerrillero". "Venezuela puede decir que la guerrilla se metió a mi territorio, yo no tengo la culpa", comenta.
Otro que es pesimista con el futuro de este conflicto es Luis Guillermo Patiño, pues comprobar las pruebas "puede tardar años" y llevar el caso a otro organismo, como la ONU, según él, no será ningún progreso, pues "ninguno de ellos se desliga de intereses políticos".
Por: Juan Pablo Tobón - El Colombiano.com
Cada vez que un nuevo conflicto ingresa a la agenda internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU se ve más obsoleto y deja en entredicho su objetividad para impartir justicia.
El poder de veto de los cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia y China, involucrados con intereses políticos son, según analistas consultados por este diario, las pruebas para asegurar que este organismo fue hecho para otro contexto, para otra época, cuando su papel mediador superó la posguerra (Segunda Guerra Mundial) y cuando Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial tras la derrota del socialismo de la Unión Soviética.
Luis Guillermo Patiño, director de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana, asegura que el Consejo tuvo mucha fuerza después de la Segunda Guerra, pero "a partir de la posguerra fría otros actores, como Brasil, India, Indonesia y México, han ido apareciendo", explica el analista para justificar que este grupo "no comprende que el mundo ha cambiado".
Un caso que, según Patiño, muestra que los vetos de la ONU son movidos por influencias y son cumplidos sólo por algunos y en ciertos casos, fue cuando Francia vetó la invasión estadounidense a Irak. "Estados Unidos hizo caso omiso", recuerda.
¿Sanciones? depende
De igual forma, las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad, en muchos casos pasadas por alto, como en el tema nuclear con Irán, muestran la debilidad del organismo.
Según Bryce Wakefield, del centro de análisis Woodrow Wilson, de Estados Unidos, "si un estado hace caso omiso de alguna sanción, no hay nada que el Consejo de Seguridad puede hacer, a menos que individualmente tengan algún tipo de influencia sobre un estado".
Un caso que refleja los intereses de los cinco miembros es el ataque de Corea del Norte a la corbeta Cheonan en marzo, donde murieron 46 personas. El hecho fue condenado por el organismo, más no sancionado.
Según Patiño, la alianza del régimen de Kim Jong Il con China fue una garantía para evitar sanciones.
De igual forma, la proyección nuclear norcoreana ha sido pasada por alto gracias a la presencia del Gobierno de Pekín en las decisiones importantes. En 2009, el secretario general, Ban Ki-moon, calificó su fabricación de armas nucleares de "grave violación de las resoluciones del organismo".
En otro contexto, según explica el docente, sería pretender que Rusia apoye una eventual sanción a Venezuela por permitir la presencia de las Farc en su territorio, teniendo en cuenta el comercio armamentista que existe entre ambas naciones o que Estados Unidos no utilice su poder de veto para una sanción a Israel por el ataque a la Flotilla de la Libertad o por la construcción de viviendas en territorio ocupado por Palestina.
Por eso, Wakefield también está de acuerdo en que este Consejo de Seguridad es "anticuado y no refleja la presencia de naciones como Japón, Alemania y Brasil", que se han vuelto más influyentes en la escena mundial y que aportarían objetividad y justicia.
Sobre el tipo de sanciones que, por ejemplo, Irán ha recibido por su proyecto nuclear, el analista del Instituto de Paz de Estados Unidos, George Lopez, explica que "se les prohibe a los bancos iraníes participar en nuevas empresas o en la apertura de sucursales en otras naciones". Sin embargo, estas medidas no han parado su trabajo nuclear, que hasta hoy el Gobierno iraní asegura es pacífico.
Además, agrega el experto, en la ONU existen incentivos económicos a los países que renuncien a materiales nucleares y que permitan la verificación internacional.
Son tan polémicas las penas que, agrega Lopez, "el Secretario General y otros altos funcionarios no destacan el papel de las sanciones de las Naciones Unidas en las estrategias y políticas".
La Asamblea y el Consejo
A pesar de este tipo de sanciones, Juan Carlos Escobar, internacionalista de Eafit, considera que este organismo "es mueco" y que si "uno de los poderosos necesita el apoyo de un débil, éste le presta los dientes".
Y es que en la Asamblea de la ONU, donde un voto de China vale igual a uno de Uganda, se mueven intereses para mover influencias en temas manejados por el VIP de la ONU, como Escobar califica al grupo de los cinco poderosos. Es decir, la objetividad permanece ausente y es influenciada por las potencias.
Los diez miembros de la Asamblea, que son elegidos cada dos años, son: Austria, Boznia y Herzegovina, Brasil, Gabón, Japón, Líbano, México, Nigeria, Turquía y Uganda.
A pesar de que Escobar descalifica la labor de este organismo, acepta que "es mejor que exista a que no", pues así no se tomen las decisiones que muchas veces el mundo espera, este espacio sirve de tribuna para que el mundo conozca realidades que afectan a los países.
Por ejemplo, en el caso de la OEA, organismo que Escobar califica de "más mueco que la ONU", "es muy difícil que resuelva el caso de las Farc en Venezuela", pero ve de forma positiva que Colombia le muestre al mundo, que haga una especie de lobby, incluso en Unasur, para convencer al planeta de que el gobierno de Hugo Chávez alberga terroristas.
Con este panorama, es difícil esperar soluciones a grandes conflictos de estos organismos internacionales.
Sin embargo, existe la Corte Penal Internacional, (CPI ), que hace días generó una noticia que revolucionó a Serbia y que podría ocasionar nuevos movimientos políticos: decretó legal la independencia de Kosovo.
Sin embargo, reflexiona el docente de Eafit, "qué pasa si Serbia dice: no me parece y qué". Además, recuerda, hay casos similares que se pueden complicar, como el deseo de Cataluña de independizarse de España.
Respecto al tema colombovenezolano, Escobar ve difícil que en la CPI se resuelva el caso, pues "una cosa son las fotos y las coordenadas y otra es comprobar el contacto, por ejemplo, de Chávez con algún guerrillero". "Venezuela puede decir que la guerrilla se metió a mi territorio, yo no tengo la culpa", comenta.
Otro que es pesimista con el futuro de este conflicto es Luis Guillermo Patiño, pues comprobar las pruebas "puede tardar años" y llevar el caso a otro organismo, como la ONU, según él, no será ningún progreso, pues "ninguno de ellos se desliga de intereses políticos".
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