Venezuela: el país más corrupto de América Latina
Por ANTONIO MARIA DELGADO
Fuente: Nuevo Herald
Venezuela encabeza la lista de las naciones más corruptas de América Latina del 2010, indicó el martes Transparencia Internacional poniendo en relieve un fenómeno que ha empeorado en los últimos años debido a la concentración de poderes del gobierno, su mayor control sobre la economía y la falta de mecanismos para fiscalizarlo.
Según el Indice de Percepción de la Corrupción 2010, presentado por la organización con sede en Berlín, Venezuela desplazó a Haití como el país de la región con más baja calificación, obteniendo sólo 2.0 de los 10 puntos otorgados a las naciones más transparentes.
La mayoría de los otros países latinoamericanos también salió mal parada en la medición, con muy pocos de ellos superando el nivel intermedio de los cinco puntos, incluido Brasil, con 3.7 puntos; Colombia y Perú, ambas con 3.5; México con 3.1; Argentina con 2.9; y Ecuador con 2.5.
Chile fue el país que registró la mejor calificación de transparencia, con una lectura de 7.2 puntos que le colocó por encima de los 7.1 puntos obtenidos por Estados Unidos. La nación norteamericana descendió notablemente en la última medición, retrocediendo desde los 7.5 puntos que mostró en el 2009.
Expertos consultados por El Nuevo Herald dijeron que las bajas calificaciones en materia de transparencia que algunos de los países de la región han estado recibiendo en los últimos años, se debe a la adopción de políticas y de sistemas de gobierno que promueven el amiguismo y el tráfico de influencias y desmotivan el juego limpio y la meritocracia.
Rafael Di Tella, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, afirmó que esto puede notarse en Venezuela y otros países de la región, donde el Estado ha asumido un extraño papel intervencionista sobre la economía, creando un sistema --que en su opinión-- obedece muy poco a preceptos socialistas.
"Una cosa muy mala en América Latina es que hemos asociado el socialismo con el amiguismo y hemos creído que el socialismo es decirle ‘No' a la meritocracia'', comentó Di Tella, quien ha escrito tratados sobre la corrupción y su impacto en las economías latinoamericanas.
"Al tener una especie de socialismo sin planificación, el modelo termina siendo una cosa medio rara, muy discrecional, que termina generando una gran inclinación a lugares oscuros donde puede haber extorsión y donde la gente se vea forzada a pagar para poder operar'', añadió.
Mercedes De Freitas, directora Ejecutiva de Transparencia Venezuela, dijo que son muchos los lugares oscuros que existen dentro del país petrolero.
"Hasta hace cinco años, Venezuela tenía cinco o seis países latinoamericanos con puntuaciones inferiores'', dijo De Freitas. "Hoy en día no hay nadie en América Latina que esté peor que nosotros en percepción de corrupción''.
Añadió que esto se debe a una combinación de factores cuyo efecto se ha vuelto más agudo con el correr del tiempo, incluyendo el fuerte ingreso de petrodólares que ha tenido el país, una inexistente separación de poderes y un sistema de contraloría que es muy débil.
"En Venezuela la separación de poderes es una quimera; no hay separación de poderes'', declaró De Freitas. "Como es público y notorio, el presidente de la República da órdenes al Poder Judicial, al Tribunal Supremo y al Fiscal. El sistema de contraloría también es muy débil y también está muy subrogado al poder Ejecutivo, de modo que el país no cuenta con los sistemas necesarios para combatir la corrupción''.
De Freitas amplió que la falta de transparencia es pronunciada en el manejo de contrataciones, muchas de las cuales son otorgadas a través de negociaciones directas sin que las autoridades convoquen licitaciones.
"Ahora hay menos mecanismos, menos claridad, todo se hace en secreto'', comentó De Freitas. "La población venezolana no tiene acceso a la información. No sabe cómo se maneja el dinero dentro de los ministerios, dentro de las empresas petroleras y el público no se entera por qué se toman las decisiones. Y eso crea unos riesgos importantísimos''.
Por otro lado, han sido muy pocas las veces en que las autoridades han castigado los casos de corrupción que estallan ante la opinión publica. Entre éstos puede citarse el reciente caso de Producción y Distribución Venezolana de Alimentos (PDVAL), que implicó la descomposición de miles de toneladas de alimentos adquiridas por el gobierno como resultado de presuntas prácticas de corrupción.
John Price, director gerente de Kroll InfoAméricas, una firma especializada en investigaciones corporativas de Miami, dijo que el creciente control del Estado sobre la economía, aunado a los altos precios del petróleo, y el actual régimen cambiario empleado por Venezuela son factores que estimulan la corrupción.
Gran parte del incremento en el ingreso de petrodólares fue destinada a proyectos sociales e infraestructurales cuya ejecución, en muchas ocasiones, fue otorgada a compañías sin la debida supervisión.
Esa práctica, según Price, conduce al pago de sobreprecios y a pagos realizados por debajo de la mesa.
Situación similar ocurre con la ola de expropiaciones que realiza el gobierno, que convierten al Estado en el único accionista, y al no contar con los debidos mecanismos de fiscalización crea la oportunidad para el enriquecimiento ilícito por parte de sus nuevos empleados.
Además está el sistema cambiario que, de acuerdo con Price, permite a personas con acceso interno la compra de dólares a una tasa determinada y su fácil venta a otra más alta.
Etiquetas: corrupción
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