La tragedia social como discurso
Por: José Rafael López Padrino
Las trágicas inundaciones provocadas por las lluvias que han azotado al país en las últimas semanas han demostrado una vez más el grado de incompetencia del régimen del vocinglero de Miraflores. Todos recordamos el deslave-vaguada del estado Vargas en el año 1999 y la vaguada en Caracas y Vargas del 2004. Los resultados fueron un alto número de fallecidos (cifra aún indeterminada), el surgimiento de un ejercito de damnificados, así como cuantiosos daños materiales. A 11 años de la catástrofe de Vargas muchos de esos damnificados siguen a la espera de los hogares "dignos" prometidos.
Lamentablemente, las dolorosas experiencias del pasado no han servido para nada. La incapacidad de las autoridades y los niveles de corrupción existente en el gobierno han hecho imposible disponer de planes y recursos para dar respuesta rápida y adecuada frente a estas calamidades. Las lluvias llegaron de nuevo y los venezolanos de escasos recursos siguen habitando zonas de alto riesgo, las viviendas no se han edificado, las obras diseñadas para evitar futuras desgracias no se han construido en su totalidad, y muchas de ellas se han convertido en fuentes de corrupción cívico-militar. El comandante minoría ha utilizado esta nueva tragedia para sus perversos fines políticos.
Cínicamente ha culpado al capitalismo del desastre ocasionado por las lluvias, en lugar de reconocer que su gobierno ha sido incapaz de construir nuevas viviendas a pesar de la bonanza petrolera. No acepta que no se han creado los sistemas de drenaje urbanos en planicies inundables, donde se han asentado desarrollos altamente vulnerables a las precipitaciones. Igualmente, que no se han desarrollado planes de mantenimiento periódico para evitar la deposición de sedimentos en ríos y canales de desagüe. Que se han gastado millones de dólares en una carrera armamentista desenfrenada y en regalos a "gobiernos amigos", en lugar de construir soluciones habitacionales.
El vocinglero del Palacio de Misia Jacinta ha montado un teatro demagógico con la tragedia que viven millares de venezolanos. Pretende recuperar la conexión emocional con sectores que ya no se sienten motivados por su discurso fraudulento. Obviamente hay un trasfondo electoral con la finalidad de aumentar su popularidad de cara a las presidenciales del 2012. Oficializó irresponsablemente la ocupación urbana del parque ’’Guaraira Repano’’ al elevar la cota de construcción (80 y 100 metros), ha anunciado un falaz plan de viviendas que contempla la construcción de cientos de miles de casas en los próximos dos años. Muchos de los damnificados de hoy no lo serían de haberse construido las viviendas necesarias, desde hace al menos diez. Además, ha solicitado a las focas de la Asamblea Nacional una nueva Ley Habilitante para atender la emergencia que atraviesa el país, la cual lejos de resolver la situación servirá de pretexto para imponer nuevos impuestos regresivos neoliberales como el IVA y el IDB.
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