El incómodo Walid Makled
Fuente: El Colombiano
La cita este viernes entre los presidentes Juan Manuel Santos y Hugo Chávez sería una más dentro de las buenas relaciones que ahora marcan la agenda bilateral, de no ser porque está sobre la mesa el tema de la extradición, a Caracas o a Washington, del confeso narcotraficante venezolano Walid Makled, autorizada por la Corte Suprema de Justicia. Una prueba ácida para Santos.
Después de la reunión bilateral en la que se anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, el año pasado, una cita como la de este viernes entre Santos y Chávez no tenía tanto valor para el vecino país y para Estados Unidos. La razón: se da en momentos en que la Corte Suprema de Justicia colombiana avaló la extradición del confeso narcotraficante venezolano, Walid Makled, preso en Bogotá.
Makled es requerido por la justicia estadounidense por delitos de narcotráfico y es pieza clave dentro de las investigaciones que se siguen en contra de altos funcionarios del gobierno venezolano por tráfico de drogas, asociación para delinquir y lavado de activos. En Venezuela es solicitado, además de lo anterior, por homicidio.
En otras palabras, la decisión que adopte el Presidente Juan Manuel Santos, respecto de adónde extraditará a Makled, tendrá implicaciones directas en Venezuela y en Estados Unidos y, por ende, afectará, no sabemos cómo, las relaciones de Colombia con ambos países. De hecho, con la misma velocidad con que la Canciller María Ángela Holguín salió a decir que el tema Makled no hará parte de la agenda oficial prevista para el viernes, voceros del Partido Republicano en Estados Unidos calificaron la extradición a ese país del confeso narcotraficante como "una cuestión de honor".
En Venezuela, la oposición ha dicho que Santos tiene en sus manos el futuro político de Chávez. La extradición de Makled hacia Venezuela, como prometió hacerlo el Presidente colombiano, representaría un triunfo para el Coronel y su círculo más cercano de colaboradores, pues no es un secreto el poder y la presión que el presidente venezolano ejerce sobre la justicia de su país.
Si la decisión es enviarlo a Estados Unidos, las pruebas que dice tener Makled podrían ser la oportunidad para desenmascarar la urdimbre de corrupción y los presuntos vínculos que comprometen a algunos sectores del chavismo con el narcotráfico y las Farc y, por ende, un golpe a su menguada credibilidad.
Makled, quien durante muchos años fue un aliado incondicional y protegido por el régimen socialista, es hoy la principal amenaza para las aspiraciones de reelección de Chávez en 2012 y, lógico, para la libertad de la que aún gozan varios de sus amigos.
Dentro de la copiosa información que ha entregado Makled a autoridades estadounidenses sobre sus relaciones con funcionarios del gobierno venezolano, y que deberá someterse a la comprobación de la justicia, llama la atención que la mayoría implica a personas clave en la lucha contra el narcotráfico.
De la lista, publicada por varios diarios venezolanos, hacen parte Hugo Carvajal, director de la Dirección de Inteligencia Militar; Motta Domínguez, comandante de la Guardia Nacional (GN) Bolivariana; Néstor Reverol, director de la Oficina Nacional Antidrogas; Franklyn Márquez, jefe del Comando Regional (Core) N.° 1 de la GN; Alexis Maneiro, exjefe del Core 7 de la GN; Ramón Rodríguez Chacín, exministro del Interior, presuntamente vinculado con las Farc. También se ha mencionado a Firaz El Aissami, hermano del actual ministro de Justicia, Tarek El Aissami.
De ahí el valor político y estratégico que representa Walid Makled para Venezuela y Estados Unidos, y el "chicharrón" que tiene entre sus manos el Presidente Juan Manuel Santos. Esta sí es realmente la prueba ácida de la relación entre los dos "nuevos mejores amigos". ¿Alguna duda?
La cita este viernes entre los presidentes Juan Manuel Santos y Hugo Chávez sería una más dentro de las buenas relaciones que ahora marcan la agenda bilateral, de no ser porque está sobre la mesa el tema de la extradición, a Caracas o a Washington, del confeso narcotraficante venezolano Walid Makled, autorizada por la Corte Suprema de Justicia. Una prueba ácida para Santos.
Después de la reunión bilateral en la que se anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, el año pasado, una cita como la de este viernes entre Santos y Chávez no tenía tanto valor para el vecino país y para Estados Unidos. La razón: se da en momentos en que la Corte Suprema de Justicia colombiana avaló la extradición del confeso narcotraficante venezolano, Walid Makled, preso en Bogotá.
Makled es requerido por la justicia estadounidense por delitos de narcotráfico y es pieza clave dentro de las investigaciones que se siguen en contra de altos funcionarios del gobierno venezolano por tráfico de drogas, asociación para delinquir y lavado de activos. En Venezuela es solicitado, además de lo anterior, por homicidio.
En otras palabras, la decisión que adopte el Presidente Juan Manuel Santos, respecto de adónde extraditará a Makled, tendrá implicaciones directas en Venezuela y en Estados Unidos y, por ende, afectará, no sabemos cómo, las relaciones de Colombia con ambos países. De hecho, con la misma velocidad con que la Canciller María Ángela Holguín salió a decir que el tema Makled no hará parte de la agenda oficial prevista para el viernes, voceros del Partido Republicano en Estados Unidos calificaron la extradición a ese país del confeso narcotraficante como "una cuestión de honor".
En Venezuela, la oposición ha dicho que Santos tiene en sus manos el futuro político de Chávez. La extradición de Makled hacia Venezuela, como prometió hacerlo el Presidente colombiano, representaría un triunfo para el Coronel y su círculo más cercano de colaboradores, pues no es un secreto el poder y la presión que el presidente venezolano ejerce sobre la justicia de su país.
Si la decisión es enviarlo a Estados Unidos, las pruebas que dice tener Makled podrían ser la oportunidad para desenmascarar la urdimbre de corrupción y los presuntos vínculos que comprometen a algunos sectores del chavismo con el narcotráfico y las Farc y, por ende, un golpe a su menguada credibilidad.
Makled, quien durante muchos años fue un aliado incondicional y protegido por el régimen socialista, es hoy la principal amenaza para las aspiraciones de reelección de Chávez en 2012 y, lógico, para la libertad de la que aún gozan varios de sus amigos.
Dentro de la copiosa información que ha entregado Makled a autoridades estadounidenses sobre sus relaciones con funcionarios del gobierno venezolano, y que deberá someterse a la comprobación de la justicia, llama la atención que la mayoría implica a personas clave en la lucha contra el narcotráfico.
De la lista, publicada por varios diarios venezolanos, hacen parte Hugo Carvajal, director de la Dirección de Inteligencia Militar; Motta Domínguez, comandante de la Guardia Nacional (GN) Bolivariana; Néstor Reverol, director de la Oficina Nacional Antidrogas; Franklyn Márquez, jefe del Comando Regional (Core) N.° 1 de la GN; Alexis Maneiro, exjefe del Core 7 de la GN; Ramón Rodríguez Chacín, exministro del Interior, presuntamente vinculado con las Farc. También se ha mencionado a Firaz El Aissami, hermano del actual ministro de Justicia, Tarek El Aissami.
De ahí el valor político y estratégico que representa Walid Makled para Venezuela y Estados Unidos, y el "chicharrón" que tiene entre sus manos el Presidente Juan Manuel Santos. Esta sí es realmente la prueba ácida de la relación entre los dos "nuevos mejores amigos". ¿Alguna duda?
Etiquetas: General Alexis Maneiro, Motta Dominguez, narcoestado, Walid Makled
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