La veleidosa OEA
Fuente: La Tribuna
En Honduras existen distinguidos profesionales, especializados en Derecho Internacional, que han participado y con mucho éxito en diversas conferencias y reuniones de trascendencia regional y mundial, como la ONU, la OEA y especialmente la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en cuyos cónclaves han dejado plasmado su talento y capacidad en defensa de los legítimos derechos de Honduras.
Los diferendos fronterizos y otros problemas de carácter jurídico internacional, que les ha tocado defender y exponer en varias asambleas, tienen gran connotación y resonancia nacional, regional, continental y mundial, porque al exponer sus tesis jurídicas, siempre lo han hecho con contundencia en la presentación de las pruebas irrefutables, amparadas en la verdad, la justicia y el derecho.
Nos ha causado suma extrañeza, que en la actualidad ningún internacionalista hondureño, excepto los de la Cancillería, haya alzado su voz defendiendo los legítimos derechos de Honduras, a raíz de la perversa suspensión acordada por la OEA, en una asamblea que más parecía un circo de barrio. Los representantes no tuvieron empacho en castigar una nación celosa de su soberanía que siempre ha aspirado a vivir en paz y armonía con sus vecinos y amigos, y no en el desorden institucional y anarquizado que viven algunos miembros de ese remedo de organismo, cuyo Secretario General es el tristemente célebre José Miguel Insulza , que no es más que un vil instrumento de los países del Alba, de UNASUR, y que los comanda y maneja a su antojo, el sargentón golpista Hugo Chávez Frías, seguido por una claque de lacayos, que aparentan ser demócratas, pero que en el fondo no son más que aprendices de dictadores tropicales.
Los pueblos libres de América, ven con profundo desdén y desprecio a los representantes de la OEA, por su conducta impropia, errática y acomodada al plegarse a los intereses de los países poderosos, cuando éstos les solicitan su consenso, sus votos, para intervenir unilateralmente en los destinos de otros, cuando se ven afectados en sus intereses políticos y económicos.
La conducta de esos países ricos y poderosos se ve reflejada en las históricas invasiones de los Estados Unidos a aquellos países sin potenciales bélicos, que son vulnerables a las agresiones guerreristas por parte de aquellos estados que pretenden ejercer su predominio en el mundo.
Los ejemplos de países agredidos y en los que han inmolado sus pueblos están en Irak, Afganistán, Pakistán, donde fue asesinado por tropas estadounidenses el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, por haber ometido flagrantes actos de terrorismo contra la unión americana, acto que hoy celebra con jubilosa alegría el pueblo de Estados Unidos.
A Honduras la castiga severamente la OEA, por los acontecimientos registrados el 28 de junio de 2009, al ser derrocado el Presidente Manuel Zelaya Rosales, por flagrantes violaciones a las leyes de la administración pública y sus coqueteos políticos con el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, el Alba y la pandilla de lacayos de UNASUR.
Ante todos esos acontecimientos, y después de varios cabildeos y encerronas con otros presidentes y representantes de organismos internacionales, el gobierno de Honduras ha estado negociando su reconocimiento y el reingreso a la OEA, con todos aquellos países que por el golpe de Estado suspendieron o rompieron relaciones diplomáticas. Las peticiones de Lobo Sosa lo han llevado en puntillas, sigilosamente, a negociar con el peor enemigo de este país, Hugo Chávez Frías, para que Colombia y Venezuela puedan mediar y dar su voto favorable para que Honduras pueda volver a la OEA, con el goce de sus derechos y prerrogativas, y a los organismos de crédito internacional como el BID, el Banco Mundial y otras agencias especializadas en dar financiamiento.
Para nosotros, cualquier negociación es buena, con tal que se haga con amigos sinceros, sin intereses preconcebidos, como los que usa Chávez, que condiciona sus ayudas y gestiones, con el fin de que los hondureños aceptemos la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente y se le perdonen todos los delitos y faltas cometidas en el ejercicio del poder a Manuel Zelaya Rosales, algo que ya logró con el veredicto de la Corte de Apelaciones al fallar a favor del acusado en todos los actos civiles que se le imputan.
Es repugnante y vergonzoso que el presidente de un país libre y soberano se preste a negociar unilateralmente los destinos de una nación con el peor de sus enemigos. Por último, queremos hacer un llamado ferviente y respetuoso a los representantes de los organismos nacionales, asociaciones de la defensa de la soberanía nacional y en especial al Colegio de Abogados de Honduras, y todos los profesionales de derecho internacional, para que al unísono, con altivez y energía, se pronuncien en contra de las pretensiones de doblegar la imparcialidad, objetividad y honradez de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y demás tribunales de la República, para que rectifiquen esos monstruosos fallos judiciales y que Honduras se abra el camino para reingresar a la veleidosa OEA.
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