Hugo Chávez está caído y creo que él ya lo sabe
Por: Gustavo Coronel
Una revolución enchinchorrada y embasurada está llegando a su fin....
Escuchen lo que dice sobre las sanciones de USA contra PDVSA, las cuales no han sido gran cosa: “Nosotros tenemos bajo la manga, y bajo la mesa, todavía infinidad… [no dice infinidad de qué] … No hemos jugado ninguna carta, la respuesta que se dio es la respuesta que había que dar, pero nosotros no hemos jugado ninguna carta”.
Que clase de respuesta es esta? No es una respuesta de dignidad ofendida. No es una respuesta estratégica. No es una respuesta coherente. Es un balbuceo.
La debilidad de esta respuesta indica la debilidad general de su situación política. Aunque muchos venezolanos crean que hay Chávez para rato, todas las señales objetivas apuntan al rápido deterioro de su régimen. Por ejemplo:
· La deuda externa sigue creciendo de manera galopante y está peligrosamente concentrada en manos de un país imperialista, China, el cual no vacilará en cobrarla en términos de nuestra soberanía nacional. Sin embargo, es una relación que tarde o temprano entrará en conflicto con los Estados Unidos, país que tiene más valor para China que Venezuela.
· Está poniendo casi todo el peso de su popularidad electoral en su anunciado programa de viviendas, el cual no arranca. Es muy probable que el fracaso de este programa se haga más y más evidente, a medida que nos acerquemos a las elecciones de diciembre 2012;
· La producción petrolera nacional continúa bajando y PDVSA no tiene dinero, gerencia o voluntad para hacer el trabajo de mantenimiento e inversión que le garantize al régimen el ingreso que requiere desesperadamente. De allí el endeudamiento galopante que se hace a través de esa empresa, deuda que monta ya a unos $70.000 millones, al incluír la deuda China de $32.000 millones. La empresa se viene abajo estrepiosamente, ahogada por la corrurpción y la ineptitud;
· En Guayana la situación es más que desesperada, caótica. Las empresas están arruinadas, no tienen caja para pagar a sus trabajadores y los conflictos laborales han llegado ya a la etapa de la violencia;
· La crisis eléctrica se ha acentuado y está fuera de control, a pesar del inmenso gasto que ha hecho el régimen, un gasto diseñado para atender emergencias y no para resolver los problemas sectoriales de manera estructural. No hay soluciónes estructurales a corto o a mediano plazo para esta crisis. Enfrentar la emergencia ha costado unos $2000 millones que están practicamente perdidos, con el agravante que buena parte de este dinero ha sido prestado por el BID y por la CAF y deberá ser pagado por los venezolanos;
· Lo que era un PetroEstado se ha convertido, más y más, en un NarcoEstado, en la medida en la cual altos niveles del régimen se han involucrado, directa o indirectamente, en el negocio de la droga o como aliados de narcotraficantes. La lista de Makled es impresionante e incluye a ministros (as), hijos de ministros (as), generales de variada importancia, contralmirantes, banqueros, militares de diversa graduación, eructadores, toda una fauna burocrática que ha convertido la vida criminal una fuente de importantes ingresos;
· El inicio del fin de la actitud tolerante del gobierno de Obama hacia Venezuela, obligado por el cambio en la correlación de fuerzas en el Congreso de ese país. A pesar de todas las braviconadas del régimen sobre su independencia y autosuficiencia, lo cierto es que depende hoy, más que nunca, en el dinero que le llega de USA pr la venta del millón de barriles diarios que le hace (volumen que ha bajado en unos 300.000 arriles diarios en los últimos años);
· La probable caída de sus amigos Gadaffi, ya, y Assad, mañana, el debilitamiento político de Ahmadinejad en Irán, la transición forzosa de Cuba hacia la democracia, los enredos de Morales en Bolivia, todo ello incide sobre su progresiva pérdida de capacidad de convocatoria internacional;
· El éxodo de sus ideólogos. Ya nadie de valor intelectual lo acompaña. En www.aporrea.com comienzan a salir artículos críticos del régimen, algo que parecía impensable hace escasos meses. Heinz Dieterich lo fustiga abiertamente. Ya nadie habla seriamente del Socialismo del Siglo XXI (en verdad, nunca se habló pero al principio tuvo algun impacto)
· La misma figura pública del comandante-presidente se ve empequeñecida, abogatada, renqueante. Sus apariciones públicas son fugaces y sin ímpetu. Aunque esto pudiera ser una condición transitoria, hay pocas dudas de que su capacidad de generar entusiasmo ha declinado.
Tengo la impresión de que, aunque esto no sea enteramente advertido por el grueso de la sociedad venezolana, ya ha comenzado una transición, por llamarla de alguna manera, hacia un nuevo escenario político. No excluyo la posibilidad de que el “chavismo” pueda jugar un papel, hasta importante, en ese nuevo ecenario pero creo que lo de la “revolución a la cubana” está esencialmente muerto y enterrado. Los actos arbitrarios que pretenden mantener esa trayectoria encuentran cada vez mayor repudio entre los venezolanos.
La revolución ha muerto y lo que queda de ella es un país arruinado y un hombre cansado, obeso, en tareas de sobrevivencia política, ya sin ánimos de transformación radical de un país que tiene mucho de criticable, pero también tiene una fuerte vocación democrática que viene de regreso,” arrollando como é”.
Escuchen lo que dice sobre las sanciones de USA contra PDVSA, las cuales no han sido gran cosa: “Nosotros tenemos bajo la manga, y bajo la mesa, todavía infinidad… [no dice infinidad de qué] … No hemos jugado ninguna carta, la respuesta que se dio es la respuesta que había que dar, pero nosotros no hemos jugado ninguna carta”.
Que clase de respuesta es esta? No es una respuesta de dignidad ofendida. No es una respuesta estratégica. No es una respuesta coherente. Es un balbuceo.
La debilidad de esta respuesta indica la debilidad general de su situación política. Aunque muchos venezolanos crean que hay Chávez para rato, todas las señales objetivas apuntan al rápido deterioro de su régimen. Por ejemplo:
· La deuda externa sigue creciendo de manera galopante y está peligrosamente concentrada en manos de un país imperialista, China, el cual no vacilará en cobrarla en términos de nuestra soberanía nacional. Sin embargo, es una relación que tarde o temprano entrará en conflicto con los Estados Unidos, país que tiene más valor para China que Venezuela.
· Está poniendo casi todo el peso de su popularidad electoral en su anunciado programa de viviendas, el cual no arranca. Es muy probable que el fracaso de este programa se haga más y más evidente, a medida que nos acerquemos a las elecciones de diciembre 2012;
· La producción petrolera nacional continúa bajando y PDVSA no tiene dinero, gerencia o voluntad para hacer el trabajo de mantenimiento e inversión que le garantize al régimen el ingreso que requiere desesperadamente. De allí el endeudamiento galopante que se hace a través de esa empresa, deuda que monta ya a unos $70.000 millones, al incluír la deuda China de $32.000 millones. La empresa se viene abajo estrepiosamente, ahogada por la corrurpción y la ineptitud;
· En Guayana la situación es más que desesperada, caótica. Las empresas están arruinadas, no tienen caja para pagar a sus trabajadores y los conflictos laborales han llegado ya a la etapa de la violencia;
· La crisis eléctrica se ha acentuado y está fuera de control, a pesar del inmenso gasto que ha hecho el régimen, un gasto diseñado para atender emergencias y no para resolver los problemas sectoriales de manera estructural. No hay soluciónes estructurales a corto o a mediano plazo para esta crisis. Enfrentar la emergencia ha costado unos $2000 millones que están practicamente perdidos, con el agravante que buena parte de este dinero ha sido prestado por el BID y por la CAF y deberá ser pagado por los venezolanos;
· Lo que era un PetroEstado se ha convertido, más y más, en un NarcoEstado, en la medida en la cual altos niveles del régimen se han involucrado, directa o indirectamente, en el negocio de la droga o como aliados de narcotraficantes. La lista de Makled es impresionante e incluye a ministros (as), hijos de ministros (as), generales de variada importancia, contralmirantes, banqueros, militares de diversa graduación, eructadores, toda una fauna burocrática que ha convertido la vida criminal una fuente de importantes ingresos;
· El inicio del fin de la actitud tolerante del gobierno de Obama hacia Venezuela, obligado por el cambio en la correlación de fuerzas en el Congreso de ese país. A pesar de todas las braviconadas del régimen sobre su independencia y autosuficiencia, lo cierto es que depende hoy, más que nunca, en el dinero que le llega de USA pr la venta del millón de barriles diarios que le hace (volumen que ha bajado en unos 300.000 arriles diarios en los últimos años);
· La probable caída de sus amigos Gadaffi, ya, y Assad, mañana, el debilitamiento político de Ahmadinejad en Irán, la transición forzosa de Cuba hacia la democracia, los enredos de Morales en Bolivia, todo ello incide sobre su progresiva pérdida de capacidad de convocatoria internacional;
· El éxodo de sus ideólogos. Ya nadie de valor intelectual lo acompaña. En www.aporrea.com comienzan a salir artículos críticos del régimen, algo que parecía impensable hace escasos meses. Heinz Dieterich lo fustiga abiertamente. Ya nadie habla seriamente del Socialismo del Siglo XXI (en verdad, nunca se habló pero al principio tuvo algun impacto)
· La misma figura pública del comandante-presidente se ve empequeñecida, abogatada, renqueante. Sus apariciones públicas son fugaces y sin ímpetu. Aunque esto pudiera ser una condición transitoria, hay pocas dudas de que su capacidad de generar entusiasmo ha declinado.
Tengo la impresión de que, aunque esto no sea enteramente advertido por el grueso de la sociedad venezolana, ya ha comenzado una transición, por llamarla de alguna manera, hacia un nuevo escenario político. No excluyo la posibilidad de que el “chavismo” pueda jugar un papel, hasta importante, en ese nuevo ecenario pero creo que lo de la “revolución a la cubana” está esencialmente muerto y enterrado. Los actos arbitrarios que pretenden mantener esa trayectoria encuentran cada vez mayor repudio entre los venezolanos.
La revolución ha muerto y lo que queda de ella es un país arruinado y un hombre cansado, obeso, en tareas de sobrevivencia política, ya sin ánimos de transformación radical de un país que tiene mucho de criticable, pero también tiene una fuerte vocación democrática que viene de regreso,” arrollando como é”.
Etiquetas: narcoestado
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