Ni vírgenes ni santos escapan ya a la violencia en la Venezuela chavista
La Iglesia acusa al régimen bolivariano
Imágenes religiosas son tiroteadas y mutiladas. La Iglesia católica acusa al régimen bolivariano. El mandatario tildó a obispos de “diablos con sotana”.
Fuente: Intereconomía - La Gazeta
Con el trágico índice de 48 homicidios por cada 100.000 habitantes, Venezuela es considerado hoy por hoy uno de los países más violentos e inseguros del mundo, donde ocho de cada diez habitantes teme por sus bienes, su integridad y su vida. Pero los acontecimientos de los últimos días revelan que los ciudadanos de a pie no son los únicos que deben preocuparse, pues ni las vírgenes ni los santos están exentos de aparecer en las páginas de las crónicas rojas de los diarios.
Desde el pasado 26 de mayo, comenzaron a registrarse en el país hechos inusitados. Ese día, los residentes de Barquisimeto, capital del estado Lara, a unos 400 kilómetros al oeste de Caracas, amanecieron con la noticia de que una gran estatua de la Virgen de la Divina Pastora, la patrona de la entidad, amaneció tiroteada, y las ovejas que la acompañaban decapitadas.
Al día siguiente, en el vecino estado Yaracuy, una talla del doctor José Gregorio Hernández, un médico venezolano que murió a principios del siglo XX y que se hizo famoso por atender a los enfermos pobres, razón por la cual el papa Juan Pablo II lo declaró venerable, y que en la actualidad se encuentra en proceso de beatificación, fue decapitada. Horas después, en la ciudad llanera de Guanare (Portuguesa), a unos 450 kilómetros al suroeste de Caracas, una estatua de la Virgen de Coromoto, la patrona de Venezuela, apareció sin manos.
Pero las imágenes católicas no fueron las únicas atacadas. El 30 de mayo, un grupo de supuestos damnificados irrumpió en la sinagoga Beth Abraham de Caracas y permaneció en su interior durante varias horas. Esa misma semana, algunos líderes de la comunidad judía en el país habían solicitado al ministerio Público que abriera una investigación contra la ex directora de una radio pública por difundir mensajes antisemitas en otro medio del Estado.
Para el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Baltazar Porras, estos acontecimientos, y otros ocurridos en años previos, forman parte del clima de polarización política instalado en el país casi desde la llegada de Hugo Chávez al poder. Desde hace años el jefe del Estado está enfrentado con la jerarquía de la Iglesia católica, a la que acusa de estar aliada con la oposición para derrocarlo, y varias veces se ha referido a algunos obispos como “diablos con sotanas”.
Tras calificar como un “peligro” para el derecho constitucional a la libertad religiosa estos sucesos, el prelado exigió de las autoridades “adelantar con diligencia las investigaciones pertinentes que lleven a esclarecer las causas e identificar y sancionar a los responsables de estos hechos”.
Ocurridos los ataques, el Gobierno se apresuró a condenarlos y a prometer que hallaría a los culpables y los llevaría ante los jueces. La fiscal general, Luisa Ortega Díaz, designó a tres jueces para investigar los hechos y el ministro del Interior, Tareck el Aissami, aseguró que tenían vídeos de los presuntos responsables.
Sin embargo, hasta el momento nadie ha sido detenido, ni mucho menos sentado en el banquillo de los acusados, con lo cual las vírgenes y los aspirantes a santos engrosan ahora la estadística según las cuales apenas tres de cada cien casos de delitos comunes que llegan a la Fiscalía venezolana terminan siendo enjuiciados.
Etiquetas: antisemitismo
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