Poder Judicial Envilecido
Por: José Rafael López Padrino
Con la llegada de Hitler al poder, Alemania se transformó en un Estado policial. Mediante la militarización de la sociedad y los mecanismos represivos representados por los cuerpos paramilitares nacionalsocialistas, los aparatos policiales y un sistema judicial al servicio del Führer, todo aquel individuo que se le consideraba peligroso, era duramente reprimido o simplemente eliminado físicamente dentro del "marco legal del Estado Alemán". De esta manera el régimen nazi logró mantener la supremacía y monopolio de la doctrina nacionalsocialista.
Con la llegada de Hitler al poder, Alemania se transformó en un Estado policial. Mediante la militarización de la sociedad y los mecanismos represivos representados por los cuerpos paramilitares nacionalsocialistas, los aparatos policiales y un sistema judicial al servicio del Führer, todo aquel individuo que se le consideraba peligroso, era duramente reprimido o simplemente eliminado físicamente dentro del "marco legal del Estado Alemán". De esta manera el régimen nazi logró mantener la supremacía y monopolio de la doctrina nacionalsocialista.
La administración de justicia en Venezuela se ha convertido, al igual que en el Estado Alemán, en un elemento más del aparato coercitivo del Estado que maneja el tte coronel a su discrecionalidad. El Poder Judicial perdió su independencia, y se ha transformado en una instancia donde priva la miseria humana, el servilismo y la deshonestidad. La nominación y designación de pésimos magistrados y jueces que responde más a la lealtad política para con el régimen que a su formación profesional, ha sido un hecho común durante esta administración. Todos ellos constituyen una nueva tribu que justifican los abusos y crímenes que se comenten en nombre del proceso y que reptan bajo la bota pestilente del "Comandante-Presidente". Centenares de ciudadanos han sido sometidos a juicios viciados y condenados sin razón, bajo el imperio de un Estado de derecho que no obedece al marco jurídico de la República, sino a la voluntad del autócrata de Sabaneta.
Ejemplo de estos " delincuentes con toga y birrete" lo constituye el caso del Juez Carlos Oronoz del Tribunal Segundo de Control Penal del estado Bolívar, quien falló en favor de Héctor Maicán, imputado de haber asesinado a Renny Rojas, trabajador de Ferrominera. Resulta inverosímil que el juez de la causa haya eliminado la imputación por el delito de homicidio calificado por motivos fútiles e innobles y solamente lo haya acusado por el porte ilícito de arma y lesiones leves (según este jurisconsulto bolivariano la muerte de Rojas fue una lesión leve). Otro buen ejemplo de la degradación moral y la miseria ética del Poder Judicial lo constituye Luisa Estella Morales, presidenta del TSJ, destituida dos veces del Poder Judicial por irregularidades cometidas durante sus ejercicios como juez, y quien no ha hecho otra cosa, más que cumplir la voluntad del déspota del Palacio de Misia Jacinta.
¿Cómo se ha llegado a este extremo en materia jurídica? ¿Cómo pudo degradarse, aún más, el Poder Judicial y caer en manos de esta sarta de "mal llamados juristas de la revolución"? Ello ha sido producto del ascenso al poder de un proyecto "facho societal" (Sousa Santos) que ha impuesto un fascismo de Estado, con la aplicación selectiva y discrecional de las Leyes de la República, lo cual ha violentado el Estado de derecho y ha envilecido al Poder Judicial.
Esta situación deplorable del Poder Judicial es uno de los "logros" del régimen autoritario y corrupto del tte coronel.
Etiquetas: Ferrominera, jueces del horror
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