Sanciones a Pdvsa: Entrampados en el discurso

Como era de esperarse, el circo antiimperialista animado por las figuras emblemáticas del oficialismo en defensa de Pdvsa y de la patria no se hicieron esperar; siempre dentro del falso supuesto de la defensa nacional

Por: Raquel Gamus

La decisión del gobierno norteamericano de sancionar a 7 empresas de hidrocarburos PCCI (Jersey/Irán), Royal Oyster Group (UAE), Speedy Ship (UAE/Irán), Tanker Pacific (Singapur), Ofer Brothers Group (Israel), Associated Shipbroking (Mónaco) y Pdvsa (Venezuela), además de responder a los objetivos de su política exterior frente al terrorismo, se inscribe en un consenso de la comunidad internacional de sancionar a los países que comercien con Irán.

De hecho el estatuto sobre el cual se basa la sanción (Cisada) fue aprobado el 1º de julio de 2010, poco después que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptara la Resolución 1929 aprobada por unanimidad; decisión respaldada también por la Unión Europea.

Se entiende que ni las otras 6 compañías tienen la jerarquía de Pdvsa, ni la trascendencia de las sanciones es la misma. Es conocida la creciente presión de sectores políticos norteamericanos para actuar de manera más decidida contra el gobierno de Chávez que traspasa los espacios republicanos, tal como confirman las declaraciones del legislador demócrata Eliot Engel a la Voz de América cuando afirma que la relación entre Venezuela e Irán es “perturbadora” y “es algo de lo que ahora se está hablando en el Congreso como nunca se habló antes”, por lo que es de presumir que esta sanción a Pdvsa se aproveche para favorecer ese clima de asedio político.

Como era de esperarse, el circo antiimperialista animado por las figuras emblemáticas del oficialismo en defensa de Pdvsa y de la patria no se hicieron esperar; siempre dentro del falso supuesto de la defensa nacional.

No faltaron las ofertas de sacrificio entre las que resalta el del presidente de la Asamblea Nacional que promete resguardar la dignidad soberana, así haya que comer ñame y sardina.

El canciller a la vez que hizo gala de autosuficiencia revolucionaria, tuvo la precaución de señalar que suspender los envíos de crudo a Estados Unidos en represalia sería una medida extrema, o sea, que en realidad no es para tanto.

Lo que confieso no haber entendido es la posición de destacados sectores no oficialistas, porque si bien es cierto que la tradición imperialista del vecino del norte obliga a estar alerta a arbitrarias intromisiones, creo que en este caso lo más adecuado era pedir las explicaciones que como venezolanos nos conciernen sobre las razones por las cuales Pdvsa anda metida en Irán, política que bajo ningún concepto responde a nuestro Interés Nacional, que sólo obedece a una muy riesgosa e inconveniente política exterior del gobierno revolucionario que prioriza las alianzas antiimperialistas por encima de otros objetivos, que olvida que soberanía no es sinónimo de capricho, y que no se pueden obviar acuerdos y resoluciones, ni desconocer el equilibrio de poder mundial por muy odioso que resulte.

Mientras el discurso antiimperialista entrampaba a todos los sectores del país, el presidente Chávez modificó arbitrariamente los estatutos de Pdvsa para reforzar la presencia del gobierno en la directiva en la persona de dos ministros probadamente revolucionarios como son Maduro y Giordani. ¿No habrá que pedir explicaciones al respecto?