EE.UU. debe prepararse para un mundo sin Hugo Chávez
Por: Roger Noriega
Fuente: InterAmerican Security Watch
Es natural que los rumores sobre la salud del dictador venezolano
Hugo Chávez se intensifiquen, ya que él se niega a admitir la verdad
sobre su grave situación de deterioro.
Incluso si Chávez tuviera tiempo suficiente para ser reelegido en
octubre de 2012, es poco probable que pueda completar su mandato de seis
años, dando a la oposición democrática unificada más posibilidades de
obtener el poder. En cualquier caso, los políticos de EE.UU. deben poner
en marcha una política Latino Americana que esté lista para limpiar los
residuos tóxicos dejados por los 14 años del chavismo
anti-estadounidense.
Es posible que Chávez quiera dejar atrás un país que sea difícil de
gobernar. Se le ha dicho a la gente agraviada y enojada que simpatiza
con esta causa que tiene que luchar contra sus vecinos para preservar
los logros de la revolución invisible. Las instituciones democráticas y
los militares han sido puestos al servicio de un partido político y no
al servicio del país.
La economía privada ha sido sistemáticamente desmantelada, con el
desastre económico disfrazado gracias a los petrodólares y a los
préstamos de China. La compañía estatal de petróleo es un gigante
herido, con compañías extranjeras que obtienen enormes ganancias a su
costa. Millones de venezolanos siguen dependiendo de los programas del
gobierno corrupto y el pueblo de Caracas se ha visto obligado a
planificar su vida alrededor de la delincuencia rampante.
A pesar de todo, los líderes de la oposición democrática de Venezuela
se están alineando para desafiar a Chávez y la cantidad de problemas
que su mal gobierno ha generado. La gente olvida que la oposición ganó
la mayoría de los votos en las elecciones de 2010 en el Congreso. Ellos
parecen estar unidos ahora, y las elecciones primarias de febrero deben
consolidar esa unidad. Un candidato que pueda atraer los votos de la
gran mayoría de la clase obrera en Venezuela tiene una gran oportunidad
de ganar la presidencia.
Estos demócratas no quieren o necesitan apoyo externo, pero merecen
la solidaridad internacional. Amigos del pueblo venezolano debe
reconocer este movimiento democrático valiente y rechazar cualquier
intento de represión e insistir en que los resultados de las elecciones
se respeten. No se debe permitir que Chávez y su sequito corrupto queden
exentos de cualquier culpa.
Es una buena noticia que el Presidente Obama haya elegido a una
diplomática experimentada como Roberta Jacobson para la oficina de
Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio
Occidental. Debido a que la señora Jacobson ya está a cargo de esta
oficina de forma interina, ella está en una posición, incluso antes de
que el Senado ratifique su nominación, para tomar medidas efectivas que
respondan a una larga lista de serios desafíos.
Cualquier esfuerzo por restaurar la política de EE.UU. debe comenzar
con el reconocimiento de que la actitud pasiva ante Chávez ha fracasado
miserablemente – lo que sugiere la indiferencia o la ignorancia que ha
desmoralizado a nuestros amigos y que ha animado al resto. Con el
desvanecimiento de Chávez de la arena política, es necesario acabar con
las amenazas que se dejan atrás y aprovechar las oportunidades creadas
cuando salga del escenario.
Debemos empezar por tranquilizar a nuestros amigos en la región y
demostrarles que queremos construir alianzas sólidas para avanzar en
nuestra prosperidad mutua y en materia de seguridad. La Casa Blanca
puede comenzar este rumbo con la aprobación del tratado de libre
comercio con Colombia – que fue nuestro mejor amigo y aliado en la
región y al que hemos descuidado en los últimos años.
Debemos enviar una clara señal a China que comunique nuestra
inconformidad en cuanto a sus planes de sustituirnos como compradores
del petróleo venezolano, especialmente cuando las inversiones de
empresas de EE.UU. han sido arrebatadas por el gobierno
venezolano. Debemos decirles a los rusos que nos preocupa que ellos
estén vendiendo $9 mil millones en armas y que estén fabricando armas en
nuestro vecindario – ya que estas armas acaban en manos de la guerrilla
colombiana, de los narcotraficantes mexicanos y de los terroristas del
Medio Oriente.
Debemos utilizar medidas enérgicas en lo que se refiere a la
aplicación de la ley para desmantelar el narco-estado que Chávez ha
construido y que transporta cocaína a nuestras costas. Los
narco-generales de Chávez, que están desesperados por mantener el poder
en Venezuela, deberán enfrentar a la justicia aquí o en una nueva
Venezuela.
La alternativa a la negligencia no es la confrontación. Podemos
empezar por compartir información con nuestros vecinos para demostrar la
complicidad que el peligroso régimen de Chávez mantiene con el
narcotráfico, el apoyo ilegal que ese gobierno otorga para el programa
nuclear de Irán (y la extracción de uranio y otros minerales
estratégicos), y el apoyo que existe a una red de Hezbollah en Venezuela
y otros países. Podemos trabajar con nuestros aliados regionales para
arreglar este lío, pero ya no podemos evadir estas amenazas.
A pesar de que debemos evitar la creación de enemigos, también
debemos reconocerlos donde quiera que se encuentren. El primer encargado
de la política de América Latina en la administración de Obama adoptó
una política que buscaba aplacar a nuestros enemigos y hacer caso omiso a
nuestros amigos. Al igual que Chávez, esta política retrograda es una
cosa del pasado. Esta es una simple proposición: Trabajemos atentamente
con nuestros amigos y combatamos las amenazas de nuestros enemigos.
Roger F. Noriega fue embajador ante la Organización de Estados
Americanos de 2001-2003 y Secretario Adjunto de Estado de 2003-2005. Él
es un investigador visitante en el American Enterprise Institute y
director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a EE.UU. y a
clientes extranjeros, y contribuye en
www.interamericansecuritywatch.com.
Etiquetas: narcoterrorismo
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