Venezuela, el último apoyo del aislado régimen sirio
Controvertida
alianza / Los vínculos venezolanos con Al-Assad Caracas
envía cargueros con combustible y burla el embargo
Por William Neuman
Fuente: The New York Times
Hace
un par de semanas, un día antes de que la Asamblea General de las Naciones
Unidas votara por abrumadora mayoría una condena al presidente de Siria, Bashar
al-Assad, por la sangrienta represión de los levantamientos en su país, el
presidente venezolano, Hugo Chávez, llevaba adelante sus propias gestiones
diplomáticas, de muy distinto tenor.
Un barco
propiedad de la empresa petrolera estatal de Venezuela, cuya ubicación fue
registrada por un sistema satelital que rastrea el movimiento de embarcaciones,
navegaba rumbo al puerto sirio de Baniyas. En su segundo viaje a Baniyas desde
diciembre, el barco aparentemente transportaba combustible para apuntalar al
asediado presidente Al-Assad.
El
cargamento venezolano va a contramano de los esfuerzos internacionales para
aislar a Al-Assad y forzar su renuncia, pero Chávez nunca fue ajeno a esa
controversia.
El mes
pasado, fue anfitrión de otro de sus aliados de Medio Oriente, el presidente
iraní, Mahmoud Ahmadinejad, burlándose de las acusaciones de Occidente, que
asegura que Irán planea construir armas nucleares.
Chávez
está en los prolegómenos de una campaña electoral potencialmente difícil,
signada por su lucha contra el cáncer (ver aparte), y la ecuación política
podría estar empezando a cambiar. Si bien las provocaciones como el envío de
petróleo a Siria le rinden entre sus seguidores más acérrimos, podrían
ahuyentar a los votantes que desaprueban su diplomacia petrolera.
La nave
venezolana, el Negra Hipólita -que lleva el nombre de la esclava que fuera
niñera de Simón Bolívar, el prócer idolatrado por Chávez-, arribó al puerto
sirio el 15 del actual, según John H. Paskin, director ejecutivo de Commodity
Flow, una empresa londinense que compila información satelital y otros datos
del desplazamiento de barcos.
Paskin
aseguró que el barco zarpó el 25 de enero del complejo de refinerías
venezolanas de Puerto La Cruz, donde se producen nafta, diésel, y otros
componentes, según la web oficial de Pdvsa, la compañía petrolera estatal
venezolana.
Además,
Paskin dijo que el registro indicaba que la nave realizó otro viaje a Siria el
año pasado: zarpó del complejo de refinerías de Península Paraguaná el 15 de
octubre y llegó a Baniyas el 1° de diciembre.
Cuando se
le preguntó sobre los cargamentos y sobre el posible destino militar del
combustible enviado a Siria, Chávez respondió mencionando sus envíos de
combustible a Estados Unidos, el mayor comprador de petróleo venezolano.
"¿Acaso
alguna vez le preguntamos a Estados Unidos qué hace con el combustible que le
enviamos?", dijo la semana pasada durante un diálogo con periodistas en el
palacio presidencial. "¿Acaso hemos permitido alguna vez a alguien que imponga
condiciones a nuestras ventas de petróleo a Estados Unidos?" Contestándose
a sí mismo, dijo que la respuesta era no. "El nuestro es un país
libre", agregó.
William
Ostick, vocero del Departamento de Estado, dijo que las sanciones
norteamericanas y europeas no prohibían el envío de combustible a Siria.
"Seguimos trabajando con los amigos del pueblo sirio para aumentar las
presiones para que el régimen dé un paso al costado", dijo Ostick.
Venezuela
tiene una de las mayores reservas mundiales de petróleo, y Chávez se benefició
del alto precio del crudo y usó los ingresos por exportaciones para financiar
programas sociales en su país. Además, empleó el petróleo como carta fuerte
para impulsar los intereses venezolanos en el exterior.
En el
pasado, Venezuela brindó apoyo a gobiernos aislados por Occidente, como el
cubano y, más recientemente, el iraní, entre 2010 y 2011, una acción que
recibió la condena de Estados Unidos.
Para
justificar su apoyo a los gobiernos autoritarios de Medio Oriente, Chávez los presenta
como víctimas de la agresión imperialista. En su país, insiste con el mismo
mensaje, que transmiten a diario los medios de prensa estatal: Chávez desafía a
Estados Unidos, como David a Goliat, un relato que tiene mucho impacto entre
sus seguidores.
"Estados
Unidos quiere imponer una nueva hegemonía", dijo Pedro Correa, un
dibujante industrial de 56 años de Santa Teresa de Tuy, una ciudad unos 65
kilómetros al sur del centro de Caracas, y seguidor de Hugo Chávez.
Pero
muchos venezolanos opositores no dudan en criticar a viva voz la
petrodiplomacia del presidente: "Entregó nuestras riquezas a otros
países", dijo Carlos Cedeño, de 55 años, conductor en una hormigonera,
quien apoya a Henrique Capriles, único opositor a Chávez en las elecciones
presidenciales de este año.
Traducción
de Jaime Arrambide
Etiquetas: sanciones onu
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home