Tengo Hambre
Por: Roberto Fischler
Tengo hambre de ver a dirigentes políticos que tengan principios morales y honestos, que no tengan el lastre de viejas costumbres partidarias enraizadas y fracasadas.
Tengo hambre de ver una juventud prominente con sus bríos latentes y desbordantes de clamor por un cambio que enderece el timón y lleve a buen puerto todos los sueños y anhelos de la Patria.
Tengo hambre de que todos, cuando nos toque elegir lo hagamos con razonamientos propios, inteligentemente y no nos dejemos llevar por los viejos politiqueros que solo tratan de que sembremos sus almácigos para beneficio propio, y ellos cosechan la espiga dorada y nos dejan las migajas que acostumbran.
Tengo hambre de ver como somos capaces de erguirnos en conjunto para reclamar por nuestros derechos y la justicia verdadera, sin perder el sano juicio y la prudencia para que escuchen nuestros estridentes clarines de los que somos dueños, los ciudadanos decentes que estamos de pié junto a las estatuas de bronce de nuestros ancestros que han luchado hasta perder la vida para que nosotros vivamos en Paz en Libertad y Justicia.
Tengo hambre de Paz y por ella no claudico, no negocio mi hambruna por promesas de fantasiosos acomodos o dádivas pasajeras, todavía me respeto a mí mismo, porque me siento con la Fuerza de mirar de frente a mis Amigos y a los otros que no comulgan con mis ideas, y a estos les hago conocer un viejo apotegma de un educador argentino que fue presidente del país sureño: Domingo Faustino Sarmiento “ Las ideas no se matan “.
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1 Comments:
No es hambre amigo Roberto, es añoranza; es nostalgia por lo que fue nuestra esencia, nuestros horizontes; más, digo fue por esa elegía vuestra a lo que está dentro de cada uno de nosotros. "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados" nos enseña el profeta; nuestra causa no está perdida. En vuestro filosofar recrea al guerrero quien luego de tantas lides enfunda la espada y tomó su pluma para narrar historias en la calma del hogar; sin embargo, no deja de ser quien es; por tanto esta presto para cuando los impíos destrocen banderas y conviertan la patria en abismo, enfundar la lira y desenvainar el sable.
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