China camina hacia el liberalismo
Por: ELMUNDO
GráficaEl secretario general del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, en el gran salón de Pueblo de Pekín. DIEGO TORRES Especial para EL MUNDO Pekín
PLENARIO DEL PCCh Una reunión histórica sin periodistas extranjeros
El Comité del Partido Comunista aprobará reformas económicas sin precedentes
Empezará a permitirse que la tierra circule y los campesinos puedan comerciar con ella
Los derechos humanos y la independencia judicial no están en la agenda de la reunión
El futuro de más de 1.300 millones de chinos depende de lo que decida estos días la cúpula de la organización política más numerosa, cohesionada y poderosa del planeta. El Tercer Pleno del 18º Comité Central del Partido Comunista (PCCh) arrancó el sábado en Pekín. No hubo fotos ni declaraciones. Los líderes se concentran a puerta cerrada hasta el martes en un antiguo hotel de estilo soviético de la capital. Sólo un teletipo de la agencia oficial Xinhua dio fe de que las deliberaciones habían comenzado.
Los dirigentes comunistas han repetido que la reforma política -derechos humanos, independencia del sistema judicial, libertad de prensa- no está en la agenda. Se esperan, sin embargo, avances en el ámbito económico y en la Administración. El programa concreto sólo se conocerá una vez clausurado el plenario, pero la mayoría de los analistas está de acuerdo en algunos asuntos clave.
"Van a apostar por una reforma modesta y progresiva del sector financiero y un cambio para aumentar los ingresos de los gobiernos locales", asegura Wang Fuzhong, profesor de la Universidad Central de Finanzas de Pekín.
"Van a dar pasos para combatir la corrupción y la desigualdad, así como reformas en dirección a una economía de mercado más profunda", añade Dang Guoying, investigador de la Academia China de las Ciencias Sociales.
Uno de los temas centrales es la tierra. La propiedad de los campos de cultivo es colectiva. Los campesinos explotan los terrenos con una especie de contrato de cesión de 30 años. No pueden vender, ni hipotecar, ni alquilar su parcela, lo que limita las opciones financieras para dar el salto a las ciudades.
Legalmente, además, su situación es muy frágil. Las autoridades locales -ávidas de ingresos y de proyectos industriales e inmobiliarios- han expropiado las tierras de decenas de millones de familias en las últimas décadas. Estas operaciones, condimentadas con la corrupción y la violencia de los dirigentes locales, son la principal causa de disturbios en el país.
"No creo que cambie la naturaleza de la propiedad colectiva", asegura Wang. "Aunque empezará a permitirse que la tierra circule y los campesinos puedan comerciar con ella", prevé el economista.
Algunos experimentos están ya en marcha en varias regiones en ese sentido. Willy Lam, docente de la Universidad de Hong Kong, cree que la pauta será extenderlos a más zonas: "A más campesinos se les permitirá monetizar su parcela, pero no a escala nacional".
Otro de los temas clave es el hukou, el sistema de registro de residencia, una especie de pasaporte interno que limita el disfrute de los servicios sociales. Los residentes en Pekín, por ejemplo, tienenpreferencia en su ciudad sobre los forasteros en ámbitos tan dispares como el mercado inmobiliario, las viviendas de protección oficial, la compra de coche o el acceso a la universidad.
En la salud y la educación obligatoria se encuentran muchos obstáculos 'de facto', pero cada vez menos legales. Cada urbe establece sus propios requisitos. Cuanto más atractiva es la ciudad, más difícil es conseguir el 'hukou'. Pekín, por ejemplo, tiene uno de los sistemas más estrictos.
"Lo importante es resolver el problema de toda la gente que vive en un lugar distinto de su registro de residencia", apunta Dang Guoying. "El sistema del hukou se relajará, pero la movilidad de la residencia a nivel nacional es una línea roja", dice Lam.
Etiquetas: Liberalismo
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