Concesiones por parte de los Estados Unidos perjudicarán al pueblo Cubano
Por: Roger Noriega
Fuente: IASW
[Traducción por IASW]
[Traducción por IASW]
Durante los últimos 15 años, el régimen de Castro ha intentado atraer a las empresas extranjeras a Cuba ofreciendo salarios de esclavos y bienes robados. El costo de hacer negocios ahí es que usted le paga los sueldos de los trabajadores al régimen, se hace socio del gobierno y se compromete a ejercer presión contra el embargo de EE.UU.
Esto puede sonar increíble, pero hay empresarios estadounidenses que analizan estas condiciones lamentables y se preguntan, “¿Qué puedo hacer para formar parte de esto? “La ley de Estados Unidos prohíbe “comerciar con el enemigo.” Así que la gente que no tiene ningún interés particular en cambiar “al enemigo” se propone cambiar la política de EE.UU.
Por ejemplo, el presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., Thomas J. Donohue, acaba de terminar una visita a Cuba, citando “evidencia de que estamos viendo … una extraordinaria expansión de la libertad empresarial….” Esto es absurdo y demuestra que el señor Donohue no ha aprendido nada desde la primera vez que se emocionó con las “reformas” de Castro hace 15 años.
De acuerdo con el Índice de Libertad Económica para el 2014 del Heritage Foundation, Cuba registró “caídas de dos dígitos en la libertad comercial y la libertad de inversión” en el último año. Eso es toda una hazaña, ya que sólo Corea del Norte ocupa un puesto más bajo que Cuba entre los 178 países clasificados en el estudio. Si el señor Donohue está interesado en promover la libertad económica, las últimas personas en el planeta que debe cortejar son los compinches de la dictadura de Castro.
En las últimas semanas, otros grupos han hecho un llamado para reformar nuestra postura sobre Cuba y no para reformar Cuba. El 19 de Mayo el Consejo de las Américas en Nueva York emitió un “Carta abierta al presidente Obama” recomendando iniciativas para apoyar la “actividad económica independiente.” Entre los firmantes de este mensaje se encuentran funcionarios estadounidenses jubilados, los cuales en su mayoría, en mi experiencia personal, nunca mostraron el menor interés en la causa de la libertad en Cuba cuando se encontraban en una posición para hacer algo al respecto. Muchas de las ideas que apoyan para fomentar la libertad económica tienen algún mérito. Sin embargo, el defecto fatal es su llamado a un diálogo que legitime a un régimen que constituye un obstáculo insuperable para la libertad política y económica en Cuba.
“Dar oxígeno al Gobierno cubano sería dar la espalda al pueblo de Cuba.” Así es como la líder disidente Berta Soler califica la propuesta del Consejo de las Américas. El disidente Manuel Cuesta Morúa evaluó que los firmantes “No saben cómo está funcionando esto aquí” y cuestionó la falta de referencia a los derechos humanos en la misiva. José Daniel Ferrer de la Unión Patriótica de Cuba comentó que “Dada la realidad actual y las reglas que los Castro mantienen, sería imposible que los trabajadores por cuenta propia o a las organizaciones independientes pudiesen recibir esos créditos o ayudas.”
El viaje de la Cámara de Comercio y la carta del Consejo llegan poco después de una encuesta realizada en febrero sobre la política de Cuba publicada por un sitio web de Washington que se ha comprometido a poner fin al bloqueo de EE.UU. Durante décadas, estos mismos expertos se burlaron de la política de EE.UU., diciendo que estaba manipulada por políticas crasas. Así que su monumental contribución a este debate es un recurso de concesiones unilaterales al régimen de Castro a causa de una encuesta.
Estas iniciativas tienen tres cosas en común: beneficiaran al régimen, acabarán por afectar al los cubanos y están siendo promovidas por personas que no tienen un verdadero interés en lo que sucede en la isla. Estos expertos tienen la corazonada de que ellos saben más que expertos en la materia, que gente con lazos en la isla o hasta gente que un vive en la isla. Y, con muy pocas excepciones, no conocen a nadie en la isla que tenga que pagar el precio si los Estados Unidos torpemente ayuda a que un régimen jadeante recupere el aliento.
Por supuesto, no todo el mundo que se preocupa por el pueblo cubano tiene las mismas ideas sobre la mejor manera de lograr un cambio allí. Sin embargo, la mayoría piensa que dar concesiones sería benéfico, pero se olvidan que esto solo beneficiaría al régimen.
Luego está Charlie Crist, quien, como gobernador de Florida, ha mirado a los ojos de los exiliados cubanos , escuchado sus historias desgarradoras y tal vez hasta se limpió una lágrima o dos. En su intento por ganar su antiguo trabajo, Crist ha cambiado radicalmente sus ideas en lo que se refiere a Cuba, comprometiéndose a dar concesiones y a impulsar con el régimen de Castro, involucrándose en un juego donde sabe que hay vidas en juego.
El presidente Obama ha relajado algunas restricciones a viajes familiares y remesas de dinero, pero se ha negado a hacer más concesiones a menos que el régimen haga cambios significativos en la forma en que trata a los cubanos. Esperemos que siga apoyando esa posición.
Roger F. Noriega fue embajador de EE.UU. ante la Organización de los Estados Americanos y secretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental en la administración del presidente George W. Bush desde 2001 hasta 2005 y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma , Visión Américas, representa a clientes estadounidenses y extranjeros.
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