Islamismo nuclear y Venezuela
Por Luis DE LION
Fuente: Runrunes
La escala del tiempo para los líderes religiosos iraníes no representa la misma noción que para los occidentales. 36 años han transcurrido desde la instauración del República Islámica de Irán y doce años de negociaciones, finalmente Irán, es hoy la primera teocracia potencia nuclear.
Así resulta del pre-acuerdo alcanzado entre las grandes potencias e Irán, sobre el tema nuclear iraní, que debe ser convertido en acuerdo definitivo a más tardar el 30 de junio.
Los principales puntos de lo acordado señalan que, Irán finalmente acepta limitar su programa nuclear y reducirlo así solo a fines civiles. También se compromete a reducir sus existencias de Uranio enriquecido y a cerrar la planta de Fordo. El reactor nuclear de Arak será modificado y se reducirá de 20.000 a 6.000 el número de centrífugas en actividad.
Las sanciones internacionales, que asfixiaron económica y diplomáticamente a Irán obligándolo a sentarse en la mesa de negociaciones, serán levantadas en función del respeto por parte de Teherán de las obligaciones acordadas.
Un acuerdo que Obama, se ha apresurado en calificar de “histórico”, mientras Francia, se ha mostrado más prudente sobre el alcance del mismo.
De esa manera, la infraestructura nuclear iraní ha quedado intacta y las sanciones levantadas. Visto así, no hay duda que el acuerdo es una victoria diplomática para Irán. Una nación que durante los últimos 20 años, insistió en negar la existencia de su programa nuclear, luego, ante la evidencia, ocultó su amplitud y el aspecto militar del mismo.
Por su parte la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) posee suficiente información sobre la capacidad nuclear militar iraní. No necesita Irán varias bombas nucleares para cumplir su reiterada promesa de borrar a Israel del mapa. Con una sola le basta.
De esa manera, hemos llegado a ésta nueva era nuclear, en la que en toda lógica, le tocará a Turquía, Egipto y Arabia Saudita convertirse respectivamente en potencias nucleares.
Todo ello justo cuando el mundo observa la insurgencia del Estado Islámico, con el mismo espanto, que observó la insurgencia de los Ayatolas en 1979. Ante esa perspectiva, no es imprudente plantearse si, dentro de 30 años en la hipótesis que el Estado Islámico se consolide, podría también convertirse en potencia nuclear. Fanáticos religiosos, oscurantistas, negacionistas y brutales. Son algunos de los puntos en común entre Irán y el Estado Islámico. A pesar que, en el plano religioso y político, los islamistas chiíes y suníes viven una interminable guerra. Tienen en común, una misma visión del mundo.
Por último, no puedo pasar por alto, la implicación y el apoyo de la Venezuela de Chávez, a favor de las actividades nucleares iraníes. Un soporte que comenzó oficialmente el 24 de septiembre 2005 cuando solo Venezuela votó contra la resolución que condenaba las actividades nucleares iraníes, en el Consejo de la AIEA. De allí en adelante Caracas jugó cuadro cerrado con Irán, al punto de Venezuela, arriesgarse a violar las sanciones que la ONU le impuso a Teherán.
Etiquetas: sanciones Irán
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