La invasión imperial como burladero
Por: José “Cheo” Salazar
Fuente: Mundo Oriental
Fuente: Mundo Oriental
“La burla al dolor ajeno, sólo demuestra la pobreza y miseria humana” Paulo Coelho (1947). Novelista, dramaturgo y letrista brasileño
El chavismo, desde que llegó al poder, ha utilizado como burladero, una supuesta invasión del imperio estadounidense. Todo su estrepitoso fracaso, tropelías y entrega de la soberanía a Cuba, lo justifican con los supuestos ataques gringos. Es el enemigo externo necesario y perfecto, obvio, para la clientela, porque todo el que tiene 4 dedos de frente, conoce perfectamente, que las únicas empresas que compran el petróleo y pagan puntualmente los dólares que sustentan lo poco que queda de la economía venezolana, son las gringas. Viven del supuesto enemigo.
En esa campaña ridícula de que, ya están llegando a las costas del país, la poderosa y temida flota portaaviones, que se preparan para lanzar la bomba atómica y que los marines bajan de los helicópteros en Miraflores, son intentos de manipular la opinión pública, mientras la satrapía cubana, que es la verdadera y autentica invasora, consolida su posición en puertos, aeropuertos, notarías, identificación, Pdvsa, sistemas de salud, educación y lo más bochornoso y aborrecible, en la “gloriosa” Fuerza Armada Bolivariana. En el desfile del 5 de julio, se les fue la mano, ondeando la bandera cubana. La entrega es total.
No hay que olvidar la historia reciente. A finales de la década del 60, los sátrapas del Caribe intentaron invadir a Venezuela por las armas y fueron repelidos y derrotados por la nacionalista, patriótica y gloriosa Fuerza Armada Nacional. En el 98 con la asunción de la mal llamada revolución, Chávez, entregó en bandeja de plata la soberanía y riquezas del país a la satrapía cubana, bajo la mirada impávida y cómplice de la cúpula militar. Ofrecía una unión cívico militar para llevar al pueblo al “mar de la felicidad”. Los resultados están a la vista. Un país en la miseria, la soberanía entregada y una camarilla en el poder, que intenta imponer una dictadura por la fuerza y, a contrapelo de lo que quiere, aspiran los venezolanos. Es traición a la patria.
En medio de la permitida invasión cubana, le llegó al pueblo, también, la invasión del hambre, del alto costo de la vida, de la escasez de alimentos y medicinas, de la inseguridad ciudadana, de la desesperación, la angustia y el mal vivir. No hay calidad de vida. Todo lo destrozaron, acabaron, robaron, saquearon y lo peor, no quieren abandonar el poder sustentados en una cúpula militar de su misma calaña, que utiliza las armas de la República para reprimir, perseguir y asesinar al pueblo, que reclama su derecho constitucional de recuperar la democracia, libertad y calidad de vida. Una tropelía que no les perdonará la historia.
No hay invasión gringa. Hay invasión cubana permitida. No hay democracia porque secuestraron el voto, pero no habrá constituyente que detenga al pueblo en su decisión y determinación de cambio. Equivocados están los que creen que el terrorismo de estado, la brutal y salvaje represión criminal atemorizará al pueblo consciente, valiente y libertario de Venezuela. Nadie en su sano juicio puede querer una invasión gringa, pero tampoco cubana, china o soviética. El antiimperialismo no se pregona. La soberanía se ejerce con patriotismo y dignidad. Punto.
La lucha por la democracia, la libertad, el progreso nos obliga a no abandonar las calles. La presión popular obligará al régimen a permitir una salida a esta terrible situación que tiene al país en vilo, angustiado y en un estado de crispación permanente e insostenible. No más burlas al dolor del pueblo. Basta de miseria y pobreza humana de la cúpula gobernante. Los jóvenes están liderando con dignidad, coraje y valentía esta batalla histórica y no podemos abandonarlos y menos dejarlos solos. Vamos todos…es por Venezuela.
Etiquetas: Invasión Cubana
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