El mapa que muestra las rutas del imperio narco de Hezbollah
La venta de drogas se convirtió en una de las principales fuentes de financiamiento de la organización terrorista libanesa creada por el régimen iraní para promover sus intereses en Medio Oriente y en el resto del mundo.
Fuente: INFOBAE
Las evidencias se apilan en Medio Oriente y en distintas partes del planeta. El involucramiento de Hezbollah en el submundo del narcotráfico es cada vez más profundo, al punto de que ya se puede hablar de un imperio, que desde el Líbano se extendió ya a toda la región y que tiene ramificaciones que llegan incluso a Europa y a América Latina.
En Arabia Saudita, por ejemplo, las autoridades aduaneras del puerto de Jeddah incautaron el mes pasado más de 5 millones de pastillas de Captagon ocultas en un cargamento de frutos —principalmente granadas— procedente del Líbano. Casi al mismo tiempo, en el puerto Rey Abdulaziz de Dammam se incautaron pastillas de anfetaminas escondidas en otro envío de granadas procedentes del Líbano, según informó Arab News. Esta sucesión de incidentes llevó a las autoridades sauditas a prohibir directamente la importación de frutas y verduras libanesas.
Waleed Al-Bukhari, embajador de Arabia Saudita en el Líbano, reveló recientemente que en los últimos seis años se frustró el contrabando de más de 600 millones de pastillas provenientes del Líbano. Eso es sólo lo que se detectó. Es decir, la punta del iceberg. El periódico The Independent Persian consultó a una fuente con acceso a información oficial que aseguró que detrás de todo este tráfico está Hezbollah, la organización terrorista chiíta libanesa que responde directamente a la Guardia Revolucionaria de Irán.
Las rutas de un imperio
El Captagon es una de las principales marcas con las que se comercializa la fenetilina, una anfetamina conocida por sus efectos inhibidores del miedo y estimulantes, que se ha difundido mucho entre los combatientes que participan de los distintos frentes de batalla abiertos en Medio Oriente. Esta droga no sólo está circulando mucho en Arabia Saudita. También ha sido detectada en Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y Jordania.
En muchos casos, el origen es Líbano. Pero en otros es Siria. Justamente, Hezbollah controla una parte importante de la porosa frontera entre estos dos países, desde que se convirtió en un aliado central para la supervivencia del régimen de Bashar al Assad. Esa frontera se convirtió en una pieza clave de las rutas del narcotráfico de la organización, que nacen en el Valle de la Becá, donde se produce buena parte de la droga, y a través de Siria llega hasta Jordania y a muchos otros países.
El general de brigada Adel Machmouchi, ex jefe del Departamento Antinarcóticos de las Fuerzas de Seguridad Interna del Líbano, dijo que la redada en Jeddah expuso al Líbano como uno de los países que no cooperan con los organismos internacionales de lucha contra las drogas. En una entrevista televisiva, sugirió que los organismos de seguridad libaneses implicados deberían tener “un control más estrecho” sobre zonas como el Valle de la Becá, donde se producen distintos tipos de drogas. Machmouchi afirmó que en el Líbano hay unas 20 fábricas dedicadas a la producción de pastillas de Captagon.
Las fuerzas de seguridad libanesas han detenido hasta ahora a cuatro personas sospechosas de estar relacionadas con el cargamento incautado en Arabia Saudita. Los medios de comunicación locales especularon con que las granadas procedían de Siria a través de distintos puestos fronterizos. Es que las rutas son de doble circulación, ya que Hezbollah también produce en Siria, donde tiene mucha presencia territorial. Se cree que allí se originó la droga incautada en Jeddah.
Después de cambiar el certificado de origen de sirio a libanés, el cargamento fue enviado a Arabia Saudita a través del puerto de Beirut, que carece de dispositivos mínimamente sofisticados para detectar drogas. La alta fuente citada por The Independent Persian sostuvo que “el Captagon fue producido en Siria, transportado a Beirut y luego enviado a Arabia Saudita”.
Antoine Kanaan, redactor jefe del Lebanon Law Review, también se mostró convencido que Hezbollah estuvo detrás del Captagon decomisado en Jeddah. Consultado por Arab News, coincidió en que el origen más probable es Siria, ya que la granada ni siquiera se produce comercialmente en el Líbano. En cambio, Siria es un importante productor, especialmente en zonas como Daraa. La única duda es si la droga se camufló entre los frutos en el Líbano o llegó empaquetada así desde Siria.
La llegada a Europa
En cualquier caso, para tener dimensión del alcance del imperio narco de Hezbollah basta con considerar su penetración en territorio europeo. A principios de abril, las autoridades griegas incautaron en el principal puerto del país, el Pireo, más de cuatro toneladas de marihuana ocultas en un cargamento de máquinas de hacer postres, que se dirigía a Eslovaquia. Fue gracias a un aviso de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense. Las fuerzas de seguridad griegas estimaron el valor de la droga en USD 4 millones.
Tres meses antes, a principios de 2021, la policía italiana quemó 85 millones de pastillas de anfetaminas, un cargamento de 14 toneladas, que había sido decomisado en junio de 2020. Fuentes policiales informaron que el contrabando procedía del puerto sirio de Latakia. En un principio se pensó que la droga había sido enviada por ISIS, pero una investigación más exhaustiva terminó apuntando a que fue una operación conjunta de Hezbollah con el régimen sirio, que está apelando al narcotráfico para financiarse.
También las Fuerzas de Defensa de Israel acusaron a Hezbollah de contrabandear marihuana en su territorio. Es que el Líbano es conocido por ser uno de los principales productores mundiales de cannabis sativa, que se cultiva ampliamente en zonas consideradas bastiones de la organización terrorista chiíta, como Baalbek y Hermel.
La conexión latinoamericana
Lo cierto es que los tentáculos del negocio narco de Hezbollah se extienden también hasta América Latina. El mes pasado fue arrestado en Guatemala Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, alias el Fruto, que además de haber sido alcalde del municipio de Agulilla, en el estado mexicano de Michoacán, está acusado de traficar hasta media tonelada de metanfetaminas a Florida luego de haber pactado el cargamento con un narcotraficante asociado con Hezbollah.
De acuerdo con un reporte de las autoridades de Estados Unidos, Comparán Rodríguez, viejo operador de los Caballeros Templarios, se había reunido en enero con el comprador de drogas de la organización islámica. En aquella cita, realizada en Cali, Colombia, el Fruto se presentó como líder de Cárteles Unidos y aseguró que podía suministrar grandes cargamentos de metanfetaminas al operador de Hezbollah. Finalmente acordaron un envío de media tonelada desde México, pasando por Texas, hasta Miami, Florida.
Sobre los vínculos con la organización terrorista de Hezbollah, el Departamento de Justicia de Estados Unidos no ofreció mayores detalles. Aunque, de confirmarse tal nexo, no sería la primera vez que autoridades norteamericanas identifican operaciones de grupos extremistas con cárteles mexicanos. El 15 de octubre de 2018 se conformó un grupo especial para combatir el crimen transnacional, cuyos objetivos prioritarios serían la Mara Salvatrucha (MS-13), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, el Clan del Golfo y, precisamente, Hezbollah.
Por otro lado, son conocidas desde hace tiempo las fuertes conexiones de Hezbollah con la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil, donde viven más de 5 millones de personas de origen libanés. Se cree que los contactos locales facilitan y ocultan las operaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero y financiación del terrorismo de la organización terrorista en esta zona.
Etiquetas: Cartel de Jalisco Nueva Generación, Cartel de Sinaloa, Clan del Golfo, Financiación del Terrorismo, Hezbollah, israel, Libano, Mara Salvatrucha, narcotrafico, Republica Islamica de Iran, terrorismo
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