Con La Iglesia Ha Topado Chávez

Fuente: La Prensa (NIC)

Con frecuencia se usa la frase: “Con la Iglesia hemos topado”, atribuida a Miguel de Cervantes en el libro Don Quijote de la Mancha , para indicar con ella que es una aventura condenada al fracaso enfrentarse con la Iglesia católica, la cual a lo largo de casi dos mil años ha derrotado a todos sus enemigos que intentaron someterla y destruirla.

Los estudiosos de Don Quijote de la Mancha han aclarado que no es de esa manera que Cervantes expresó la famosa frase, ni se refería a enfrentamientos de ninguna clase con la Iglesia católica. En efecto, la frase de Cervantes escrita en el Capítulo IX de la Segunda Parte de Don Quijote de la Mancha , dice exactamente: “con la iglesia (en minúscula) hemos dado, Sancho”. Y no se refería a la Iglesia católica como institución, sino a la iglesia de la localidad del Toboso, pues al ver su silueta desdibujada por la distancia y la oscuridad nocturna Don Quijote y Sancho creían que era el castillo de Dulcinea, pero en realidad habían dado con el templo del poblado.

Sin embargo, lo cierto es que la frase siempre se ha usado como advertencia de que es muy mal asunto enfrentarse a la Iglesia católica, y que quienes lo han hecho despreciando las enseñanzas de la historia, irremediablemente siempre han terminado mal.

Así ocurrió en Nicaragua, desde la temprana época de la conquista española, cuando los hermanos Contreras se enfrentaron a la Iglesia e inclusive asesinaron al obispo fray Antonio Valdivieso. En la época moderna, la dictadura dinástica somocista de manera insensata se enfrentó en su etapa tardía a la Iglesia católica y lo que logró fue acelerar el proceso de su derrumbamiento. Y la dictadura revolucionaria sandinista de los años ochenta, también chocó con la Iglesia, a la que inclusive reprimió físicamente en las personas de sus obispos y sacerdotes, pero igual que el somocismo los comandantes del FSLN acercaron con esa estupidez el momento de su derrota.

Actualmente, el dictador militar de Venezuela, Hugo Chávez, mentor y financiador del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, está atacando rudamente a la Iglesia católica porque ésta ha asumido la posición eclesial que le corresponde: en defensa del pueblo, de la libertad, la democracia la justicia y los derechos humanos de todos los venezolanos.

El ataque de Hugo Chávez contra la Iglesia católica viene desde hace tiempo, pero se ha agravado últimamente al ser dirigida personalmente contra el cardenal Jorge Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas, después que éste expresara públicamente, a fines de junio pasado, su justificada preocupación porque Venezuela está “avanzando hacia un Estado socialista de corte marxista-comunista”.

Chávez no sólo ataca ferozmente al cardenal Urosa y demás miembros de la jerarquía católica de Venezuela, a quienes califica de “trogloditas” porque se oponen a su proyecto totalitario. Chávez ha arremetido incluso contra el Papa Benedicto XVI, a quien le niega su condición de representante de Cristo. Y ha ordenado revisar los convenios entre el Estado de Venezuela con el Vaticano, mediante los cuales la Iglesia católica recibe algunos fondos estatales para financiar obras sociales de beneficio popular directo, realizadas con ejemplar transparencia, lo que no se puede decir del ejercicio administrativo de Chávez.

En su desborde intimidatorio y su afán represivo contra la Iglesia católica, el régimen de Chávez ha ordenado que se haga comparecer al cardenal Urosa, el próximo martes 20 de julio, ante la Asamblea Nacional que está dominada totalmente por el partido chavista, salvo algunos cuantos disidentes del oficialismo. Al respecto el Obispo de Mérida y primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, monseñor Baltazar Porras, ha expresado que con la intimidación a la Iglesia y sus políticas represivas en general, el Gobierno de Chávez “busca que la gente deje de hablar y de expresar sus opiniones y (que) no se pueda ni abrir la boca…” Y ha dicho el Obispo de Mérida que lo que debería hacer el Gobierno es “ver cómo se le encuentra solución a los problemas de todos los venezolanos, no declarar una política de exterminio para edificar el proyecto político que se quiera”.

Hugo Chávez ha topado con la Iglesia católica, creyendo al parecer que podrá someterla o destruirla. Pero si esto no lo pudieron hacer personajes mucho más poderosos que en el pasado se toparon con la Iglesia, como Nerón, Atila y Stalin, para mencionar tres casos, ¿cómo lo podrá lograr un anacrónico dictador petrolero y bananero del siglo XXI?