La Moral Del Terrorismo

Por: Noel Valderrama

Mail: valderrama.noel@gmail.com

Fuente: Diario El Tiempo
Gráfica: 14 policias incinerados vivos por las FARC

El terrorista aprovechó la inexperiencia del gobierno del presidente Santos en estas lides de negociación y acuerdos para robarle 32 minutos de atención


El discurso expresado por el representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Iván Márquez, en la reunión realizada en Noruega entre la organización terrorista y el gobierno colombiano, fue el acto de “caradurismo” más grande que se le pueda escuchar a alguien.

Así podemos definir las palabras del terrorista, quien sostuvo que las Farc siempre han buscado la paz en Colombia.

Esto lo decía, mientras agregaba que el gobierno colombiano los obligó a tomar las armas. Tanto caradurismo sólo es conocido en Venezuela, cada vez que el presidente Chávez llama golpista a la oposición.

O más recientemente cuando el ex presidente brasileño, Lula Da Silva, afirmó que “la democracia es la alternancia de poder” luego de hacer campaña a favor de un tercer mandato para Chávez.

Escuchar al terrorista criticar a los miembros del Congreso colombiano y acusarlos de narcopolíticos, fue una terrible contradicción cuando se conoce que las Farc crearon el concepto simbiótico de narcoguerrilla, que dio lugar a la fundación de los carteles de droga más poderosos y sanguinarios del planeta.

En la rueda de prensa, el terrorista aprovechó la inexperiencia del gobierno del presidente Santos en estas lides de negociación y acuerdos para robarle 32 minutos de atención de todos los medios internacionales leyendo el discurso mejor elaborado de toda la triste historia del terrorismo mundial.

La justificación de que tomaron las armas para ayudar a los pobres ya es un discurso bastante conocido en nuestras tierras venezolanas. Exigir la repartición de tierras, mientras incentivaban la siembra, cultivo y venta de droga a los carteles del narcotráfico, en tierras que tomaron a la fuerza, también resulta contradictorio, pero así suelen ser los marxistas cuando no tienen justificación alguna.

Reclamar el crecimiento del gasto militar del Estado colombiano en tiempos en que las Farc aumentaron su artillería, parece locura, pero más desquiciante es cuando se sabe que tienen una estrecha relación con nuestro gobierno venezolano, que ha tenido el mayor gasto militar de Latinoamérica.

Escucharles llamarse a sí mismos víctimas, sugerir cambios en la economía, políticas públicas, sistema de salud e intentar tener un estatus de igual a igual con el Estado colombiano, no es más que la confirmación del estado demencial que rodea a estos criminales. Más aún cuando es conocido que fueron ellos con secuestros, asesinatos de funcionarios colombianos, carros bombas y sus alianzas con los carteles colombianos del narcotráfico quienes provocaron el retraso del desarrollo de Colombia, durante décadas y que apenas en estos tiempos es que empieza a tener una cercanía con la paz y el progreso.

A pesar de todo lo anterior, fue escuchar a Márquez decir que a las Farc les asiste el derecho universal para su accionar violento y criminal, lo que significó la expresión más infeliz que alguien pueda emitir. Justificar las masacres de pobladores, explosiones de autos, secuestros, asesinatos de niños y mujeres, simplemente porque ellos actúan en nombre del pobre, sólo es posible oírlo en personas enfermas, despojadas de toda humanidad y compasión.

Pero allí estaba este delincuente catalogando a las Farc como víctimas de un Estado “opresor”; un Estado que se ha sentado en tres oportunidades a dialogar y llegar a acuerdos, mientras el grupo terrorista lo usó para tomar tierras, atacar civiles y alargar el dolor de los colombianos.
¡Vaya moral!